A los 16 años, Lizbeth Vilca Soncco tiene más claro su futuro que miles de adultos. Y de los libros que ha leído, los de educación financiera le han llevado a la meta más clara que tiene: llegar a ser libre financieramente.
David y Eva, sus padres, se dedican a la ganadería de alpacas y ovinos, y saben el valor de los estudios. Como en el distrito de Vila Vila, provincia de Lampa, Puno, la educación era de muy baja calidad, decidieron trasladarse a capital lampeña para que sus dos hijos vayan a un mejor colegio.
Este año, ella ingresó a Senati de Juliaca, gracias a Pronabec, para estudiar Administración de Empresas. Luego estudiará Psicología. Lizbeth no pierde el tiempo. Le gusta leer y tejer. Mientras viajaba a Lima para encontrarse con otros chicos del programa Juntos como ella, tejió una chalina.
En el colegio siempre estuvo en el tercio superior. Siempre le gustó destacar, ser la mejor. Y cuando llegó la pandemia, no tenía un teléfono celular. Sus padres hicieron el sacrificio y le compraron un aparato telefónico que hasta hoy utiliza.
Hace dos años, la joven decidió hacerse adventista. Y ya convenció a sus padres para que le sigan los pasos. En su iglesia, ella también es líder: trabaja con los jóvenes y es maestra de niños. Porque como dice la Biblia, ella quiere “ser cabeza y no cola”.
Toda su vida, desde que nació en el 2006, el Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres (Juntos), del Midis, ha acompañado a su familia. “Juntos es un gran apoyo. Con ese dinero, al menos, mi mamá nos puede comprar los útiles, la ropa”. Sin embargo, recuerda que en sus siguientes pasos son los estudiantes los que deben poner empeño y demostrar su valor.
Zenaida estudiará ingeniería de software
En el caserío de San Sebastián de Seccha (distrito de Santa María del Valle, en Huánuco) no hay energía eléctrica ni colegios. Tampoco saneamiento básico. Por eso, de su etapa escolar, Zenaida Yovani Daza recuerda el largo y sinuoso sendero. Caminaba una hora de ida para llegar a la institución educativa Augusto Rivera Vargas, en el centro poblado de Llacon. Al volver, debía recorrer otros 60 minutos. A veces llovía, o el calor era extremo, lo que aumentaba otros 30 minutos más de caminata.
Cuando llegó la pandemia, Zenaida no tenía teléfono y con el teléfono de su tío, que cargaba con un panel solar, salía al campo a buscar la señal y descargar las tareas. Frente a las adversidades, se daba ánimos. Su mamá Paulina le repetía con constancia, “hija, tienes que salir adelante, para que nuestra familia, nuestra comunidad tenga ese brillo”. Su mamá era la que le preguntaba cada día cuando regresaba de clases, cómo te ha ido, qué has aprendido.
Zenaida está “muy agradecida” con el programa Juntos, del cual es beneficiaria desde la barriga de su mamá. Lo resume mejor: “el programa Juntos tiene la capacidad de darnos un ánimo a todos los beneficiarios para todos seguir adelante”, dice la joven de 17 años.
Ahora, gracias a Beca 18, de Pronabec, Zenaida estudiará Ingeniería de software con inteligencia artificial en el Senati de Huánuco. Eligió la carrera porque está asociada a la física, las matemáticas y la tecnología avanzada, ergo, el futuro.
“Estoy comprometida con toda mi familia a seguir adelante. Posiblemente, luego estudie otra carrera más y ayude a mi comunidad a crecer”. Palabra de mujer.
Franclin optará por ingeniería mecatrónica
Franclin Ocas Cusquisiban tiene 17 años y en agosto empezará a estudiar Ingeniería Mecatrónica en la PUCP. “La mecatrónica es una carrera muy versátil”, dice él, que de niño desarmaba carritos a control remoto solo para conocer cómo funcionaba.
Cuando inició la secundaria, este vecino del caserío de La Victoria, del distrito Llacanora, a media hora de la ciudad de Cajamarca, conocía a la perfección cómo armar y desarmar los bólidos de fantasía. El joven ha vivido solo con su mamá, quien cumplió rigurosamente el requisito de enviarlo a estudiar que exigía el programa Juntos.
“Voy a buscar la manera en que tú puedas estudiar siempre”, le decía Irene, su mamá. “Mi mamá siempre me ha incentivado. En los momentos cuando no había dinero, ella me decía, tienes que estudiar, sí o sí”, cuenta ahora en su primer viaje a Lima. Y Franclin destacó como alumno del COAR Cajamarca. Fue ahí donde aprendió el abecé del lenguaje de la programación.
“El papel del padre es siempre estar atento; incluso el programa Juntos daba charlas de cómo nosotros nos podíamos superar. Mi madre me dio la libertad, pero no caí en el libertinaje, en todo momento siempre fui responsable”, dice con orgullo.
A educarse
“Para reducir la pobreza, no basta con terminar la secundaria. Juntos ofrece a estudiantes de tercero, cuarto y quinto de secundaria charlas vocacionales para que los alumnos puedan postular a universidades e institutos tecnológicos, y así romper con el círculo de la pobreza”, dice la directora ejecutiva del programa Juntos, Jessica Niño de Guzmán.
La semana pasada, un centenar de adolescentes beneficiarios de Juntos, que terminaron satisfactoriamente sus estudios e iniciaron sus carreras técnicas y universitarias, llegaron de todo el país, muchos para conocer por primera vez la capital. Con la actividad se visibiliza el esfuerzo del Estado para sacar a estos hogares de la pobreza.
“Tenerlos en Lima es visibilizar el tema y que los chicos sean el ejemplo para otros que están en pobreza o pobreza extrema y vean que es posible salir adelante, con esfuerzo. Es necesario que el Estado atienda sus necesidades y ellos puedan ser personas productivas”.
El centenar que llegó a Lima es el primer grupo que ha obtenido Beca 18 (el año pasado, Juntos firmó con Pronabec un convenio para que los beneficiarios del primero puedan acceder a las distintas modalidades de becas que brinda el segundo). En ese camino, Niño de Guzmán dice que tocan puertas a universidades e institutos para aumentar los beneficiarios y cumplir su sueño de ser profesionales.
La vocera subraya el papel de los servidores de campo de Juntos, quienes acompañan y brindan información a los hogares sobre el proceso de postulación a las becas de Pronabec. Para este fin se articulan con tambos o municipios.
Cifras y criterios
En la actualidad, Juntos suma 710 mil hogares afiliados en todo el país. La meta es cerrar el año llegando a más de 750 mil hogares. La directora recuerda que en el 2021 se eliminó la valla geográfica (antes solo intervenía en distritos con 40% o más de pobreza).
“Desde la pandemia del covid-19 creció la pobreza en todo el ámbito nacional, incluido el ámbito urbano, y los únicos criterios son la clasificación socioeconómica individual de las familias, que sea pobre o pobre extremo y tenga una gestante o niño pequeño”, recuerda. Por eso, en la actualidad Juntos llega a más de 1860 de los 1890 distritos que hay en el Perú. “Es decir, estamos en casi todo el país. La meta es incrementar en 60 mil hogares más este año y poder acompañarlos”.
Por enfoques
El programa tiene “varios enfoques” relacionados a “espacios críticos”, entre ellos la brecha que hay en la Amazonía en los servicios de salud y educación. Pero Niño de Guzmán recuerda que no se puede exigir a una familia la corresponsabilidad de enviar a sus hijos a la secundaria, si no hay una oferta educativa.
“Este año hemos iniciado una transferencia adicional de ‘alta secundaria’, en 11 distritos. Se transfiere 80 soles adicionales a estudiantes de los tres últimos años de secundaria en aquellos distritos con alta deserción escolar, siempre que se matriculen oportunamente y asistan a clases a diario y culminen el año”.
¿Y se piensa aumentar los 200 soles bimestrales que recibe cada familia? “Lo que pasa el programa necesita es recuperar el valor de los 200, pero con transferencias diferenciadas, alineadas a mejores resultados. Por eso, hay desde el 2022 un adicional para primera infancia: el hogar recibe por un año 100 soles más, si cumple con todo el paquete de salud del niño. Lo mismo hoy buscamos con la alta secundaria”.
Datos
El 97% de los hogares beneficiarios de Juntos tienen por titular a la mamá, a quien se le abre una cuenta y se le hace la transferencia del incentivo monetario de 200 soles cada dos meses.
Durante las jornadas en Lima, los jóvenes visitaron Palacio de Gobierno, el parque de las Aguas, la fábrica Gloria y tuvieron una charla TED.
Para el ámbito del Vraem, desde el 2014 se transfiere un recurso adicional anual a aquellos adolescentes que terminan la secundaria en el tercio superior.
Cifra
148 becarios de las 2,000 becas de Pronabec pertenecen a hogares de Juntos.