Sebastián Ramón León Arce, el joven invidente de 17 años que recientemente ingresó a la Universidad de Ingeniería (UNI), reveló que, debido a su discapacidad, su preparación preuniversitaria requirió de mucha concentración y disciplina mental.
En diálogo con la agencia Andina, el ahora "cachimbo" de la UNI manifestó que desde los 10 años soñaba con ingresar a dicha universidad y por eso ahora se siente muy orgulloso de poder ser parte del alumnado.
León Arce y los tres primeros puestos del examen de admisión 2022-2 fueron reconocidos por las autoridades universitarias en una ceremonia desarrollada el último martes con la asistencia de sus familiares y medios de prensa.
"La UNI es una de las mejores universidades de Sudamérica, me enorgullezco de formar parte de este casa de estudio. Mi discapacidad visual nunca fue impedimento para salir adelante. Mi meta ha permanecido al margen de rendirme, estoy donde estoy gracias a eso".
Comentó que el hecho de no poder ver complicó su preparación, sobre todo en la autonomía al momento de estudiar por su cuenta; sin embargo, añadió, todo lo hice de manera mental y descubrí que sí era posible seguir estudiando.
"Requiere mucha disciplina mental, mucha concentración y practicar. Por ejemplo, con juegos que ejerciten la memoria. Tuve que disciplinar la mente para hacer los gráficos mentales. Desde pequeño tengo una excelente memoria, recuerdo cosas que otros no recuerdan de su infancia. Ese fue mi punto a favor".
El examen de admisión fue el mismo que rindieron los demás y él, como postulante con discapacidad visual, pidió que su evaluación fuese oral. "Una profesora de la universidad me leía las preguntas y yo las respondía, me cuidaba de no cometer errores".
Al animarse a brindar un consejo a quienes aún no han ingresado a la universidad, el estudiante de Matemática mencionó lo siguiente: "si yo puedo, con la discapacidad que tengo, ustedes también. Si yo pude, otros no pueden rendirse".
Entusiasmado, señala que su objetivo es ser uno de los mejores de su clase y confiesa que le llama mucho la atención la investigación, por lo que esa será una de sus metas durante el desarrollo de su carrera.
Ejemplo de superación
Desde hace cuatro años, cuando perdió la visión por un accidente jugando basquetbol, Sebastián demostró una gran capacidad para realizar cálculos y resolver problemas complejos.
El exalumno del colegio y academia Saco Oliveros
participó del proyecto Helicoinspírate, un espacio donde se comparten historias inspiradoras de niños y jóvenes, en el que habló sobre la importancia de vivir con un propósito que nos permita cumplir con nuestras metas.
“Quise seguir adelante, tuve que acostumbrarme a cosas nuevas, pero pude salir airoso de todas ellas. La vida nos pone desafíos que hay que aprender a superar, yo lo estoy haciendo porque creo en mí. No quiero ser una carga, quiero ser una herramienta y solo fallamos cuando dejamos de intentar”, dijo en su testimonio que puede ser visualizado en el siguiente video.
(FIN) RRC