y cuenta con una área de 4.7 hectáreas - dividido en tres sectores, este último por aperturarse- y es uno de los atractivos principales del Parque de las Leyendas. Si bien es un lugar recreativo para que los visitantes puedan tomarse fotos con las diferentes especies de plantas, muchas de ellas en peligro de extinción; también es
, siendo un espacio casi único para el refugio de la fauna local como reptiles, aves, entre otros.
Para conocer de cerca el trabajo de conservación e investigación que se viene realizando, la Agencia Andina conversó con tres especialistas del Jardín Botánico quienes forman parte del equipo científico. La bióloga Carmen Martínez; la especialista en mejoramiento genético, Katherine Quispe y la ingeniera ambiental, María Alejandra Pairazamán. Todas coincidieron en la importancia de visibilizar el Jardín Botánico como un lugar educativo y donde se puede hacer ciencia.
Importante colección botánica
La bióloga Carmen Martínez es la encargada- desde hace cinco años- del mantenimiento de la colección botánica que alberga más de 1,500 especies de plantas nativas y exóticas. El jardín de helechos es el punto de inicio al recorrido del Jardín Botánico y consta de una colección de 41 especies de helechos. Otra colección importante son las coníferas, explica la bióloga Martínez, que se ubica en el primer sector del Jardín Botánico y es el único que lo tiene en Lima.
En esta colección se pueden apreciar ejemplares de continentes de Asia, África, América, Europa y Australia muy bien adaptados al clima y suelo de la ciudad de Lima. En el segundo sector se encuentran una serie de plantas más evolucionadas (con flores y frutos), como crassulas, agaves, aloes, bulbosas, suculentas y rosas. También se podrán encontrar árboles, como pomarrosas, casuarinas, robles, sauces y algarrobos.
En cada espacio, el público hallará carteles informativos e interpretativos con las características principales de cada especie botánica.
Acreditación internacional
Uno de los objetivos para este año es lograr la acreditación internacional que otorga el
BGCI (Botanic Gardens Conservation International), una organización que reúne a todos los jardines botánicos más grandes del mundo, y para ello se debe cumplir una serie de requisitos.
“Uno de ellos es que nosotros contemos con un banco de semillas, y a eso apuntamos este año. Es una forma de hacer conservación in situ. Nuestra colección botánica abarca especies vulnerables de la Costa, Sierra Selva y de otros continentes, lo que tratamos de dar a las plantas es un hábitat muy parecido a donde viven”, detalla la especialista Katherine Quispe.
Otros de los requisitos que pide la organización es tener colecciones documentadas, capacidad de investigación, actividades de conservación, sostenibilidad, ética y educación.
“Si obtenemos esta acreditación vamos a tener mayor visibilidad a nivel mundial pues solo se le otorga a los jardines botánicos más grandes del mundo. Seríamos la primera institución peruana en conseguirlo”, enfatiza Quispe, egresada de la maestría de mejoramiento genético de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
La especialista comenta que, en el Perú, hay 17 jardines botánicos, ubicados en universidades y hospitales; sin embargo, cada uno trabaja de manera independiente, y ese sería el principal problema.
“Este año buscamos fortalecer las relaciones con las universidades para que los estudiantes vengan a realizar sus investigaciones aquí en el Jardín Botánico, somos un laboratorio in vivo. El Parque de las Leyendas tiene un programa de voluntariado y se necesita contar con más jóvenes investigadores, hay muchos temas por desarrollar como el ambiental, taxonomía, forestal o conservación que va ligado con la preservación de la genética”, explica.
Camino a la sostenibilidad
Por su parte, la ingeniera María Alejandra Pairazamán Escobar se desempeña como especialista ambiental de la subgerencia de botánica y una de sus principales tareas es la gestión de la ecoeficiencia del Parque de las Leyendas.
“Al contar con una planta piloto de valorización en el parque, los residuos que tenemos de la poda de los árboles o del mantenimiento del mismo jardín y de las granjas, se procesan y los transformamos en chip (pequeños trozos de madera), compost y humus”, agrega Pairazamán Escobar.
Al año se producen 37 toneladas de compost y 42 toneladas de humus, cifras que se buscan aumentar en un 30% este 2023. “Sería interesante generar alguna alianza con la Municipalidad de San Miguel y así replicar lo que estamos haciendo en el Parque de las Leyendas”, comenta.
En cuanto a los residuos inorgánicos, señala la ingeniera ambiental, se tiene un plan de puntos limpios y orientación al público para que sepan dónde depositar sus residuos.
Finalmente, las tres investigadoras hacen un llamado a la población para que visiten el Parque de las Leyendas y su Jardín Botánico donde no solo podrán pasar momentos agradables con la familia, sino también aprender y valorar nuestra riqueza en flora y fauna.
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