Investigadores desarrollan un envase inteligente que mide la calidad de los alimentos

Contiene una membrana que funciona como sensor y detecta cuando la carne comienza a deteriorarse

El proyecto destaca por su enfoque en la sostenibilidad y la ciencia de materiales avanzada. ANDINA/verónica Calderon

El proyecto destaca por su enfoque en la sostenibilidad y la ciencia de materiales avanzada. ANDINA/verónica Calderon

11:17 | Lima, dic. 16.

Jóvenes investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) han desarrollado el prototipo de un envase inteligente que mide la calidad de los alimentos, particularmente de las carnes. Para este proyecto se han reutilizando desechos agroindustriales como el almidón de la semilla de mango.

Este proyecto de investigación se realizó en la Unidad de Síntesis y Caracterización de Materiales del Centro de Investigaciones Tecnológicas, Biomédicas y Medioambientales (CITBM), el cual se enfoca en el desarrollo de nuevos materiales, nanomateriales y materiales compósitos con propiedades optimizadas para aplicaciones tecnológicas específicas.

Esto incluye la elaboración de membranas poliméricas para sensores o filtros mediante electrohilado.


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Precisamente, para este proyecto la joven investigadora Ana Paula Osores Tinoco desarrolló una matriz polimérica mediante la técnica de electrohilado utilizando desechos agroindustriales, específicamente el almidón de la semilla de mango, para revalorizarlo.

En entrevista con la Agencia Andina, Osores Tinoco, explica que esta matriz o membrana- muy parecido a un parche -está diseñada para funcionar como un sensor inteligente que mide la calidad de los alimentos, especialmente la carne, al detectar gases liberados durante el deterioro.


“Esta membrana va a estar cargada de un compuesto bioactivo específicamente que se llama curcumina. Esta curcumina es sensible a diferentes PH, básicos y ácidos. Entonces este parche al estar dentro del envase va a monitorear la calidad de la carne, ya que en el proceso de almacenamiento, la carne todavía tiene funciones metabólicas y cuando no se lleva un correcto proceso de almacenamiento estas actividades metabólicas incrementan y sueltan gases, como el amoníaco, principalmente”, enfatiza la tesista de ingeniería agroindustrial.

Este amoníaco, agrega la joven investigadora, va a reaccionar con la membrana que se colocó dentro del envase y va a dar un viraje de color. 


“Por ejemplo, va a cambiar de color amarillo a naranja. Cuando esto suceda nos va a indicar que la carne ya no es apto para el consumo, ya no es inocuo, entonces esa carne ya se va a desechar”, detalla Ana Paula.

Este viraje de color de amarillo al naranja sirve como un indicador visual crucial, alertando al consumidor que el producto ya no es seguro para el consumo, proporcionando así una solución práctica para garantizar la inocuidad alimentaria. 

Para el físico sanmarquino Justianiano Quispe Marcatoma, encargado de centro de producción de membranas conformadas por nanofibras producidas por electrohilado, el enfoque de este proyecto permite revalorizar desechos agroindustriales, transformando un subproducto que de otro modo sería descartado en un componente clave para una tecnología de seguridad alimentaria.

Finalmente, el proyecto de investigación destaca por su enfoque en la sostenibilidad y la ciencia de materiales avanzada, es decir combina la revalorización de subproductos de la industria alimentaria con técnicas de nanotecnología para crear un producto funcional.

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Publicado: 16/12/2025