Los incendios forestales de 2024 destruyeron miles de hectáreas de bosque en los departamentos de Ucayali, San Martín, Loreto, Madre de Dios y Huánuco. Estas zonas ahora forman parte de las acciones priorizadas por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), entidad dependiente del Ministerio del Ambiente, para restituir la cobertura vegetal y proteger la biodiversidad.
En Ucayali, el IIAP fabricó 878 800 esferas restauradoras con semillas de bolaina blanca (Guazuma crinita) las cuales se distribuyeron en 189 hectáreas de la comunidad nativa Puerto Firmeza. Según el equipo técnico, las plántulas de esta especie muestran un desarrollo visible y consolidan la cobertura inicial del suelo, aspecto clave para iniciar la restauración ecológica.
La iniciativa también se amplió a siete provincias de San Martín: Bellavista, El Dorado, Huallaga, Lamas, Picota, San Martín y Tocache, además de la provincia de Alto Amazonas, en Loreto. En conjunto, se intervinieron 429 hectáreas y se distribuyeron aproximadamente 1 300 000 esferas restauradoras.

Las zonas intervenidas entre 2024 y 2025 muestran avances alentadores en la recuperación de bosques afectados por incendios. El IIAP informó que la tasa de germinación alcanzó valores entre 42% y 63%. Esto significa que, de las 2 500 esferas lanzadas por hectárea, entre 1 000 y 1 500 lograron germinar y producir plántulas.

Fue la bolaina blanca la que alcanzó el mayor porcentaje con 63%. Le siguieron la shaina (Colubrina glandulosa) con 56 % y la quillosisa (Cassia multijuga) con 55 %. En cambio, la yanabara (Pollalestia discolor) registró el valor más bajo, apenas 42 %.
Cabe resaltar que no todas las plántulas que germinan logran sobrevivir ni mantener un crecimiento constante. Las especies con mayor supervivencia fueron la bolaina blanca con 48% y la shaina con 46%. Por su parte, la quillosisa alcanzó 24% y la yanabara 25%. En cuanto a la altura, la quillosisa llegó a 1,40 m en 210 días, seguida de la bolaina blanca, que alcanzó 1,25 m en el mismo periodo.
Estos resultados confirman que la tecnología funciona y puede mejorar con ajustes, en especial al potenciar especies de buen crecimiento como la bolaina blanca y la quillosisa.

Con base en estos avances, el IIAP decidió duplicar la cantidad de esferas dispersadas, pasando de 2 500 a 5 000 por hectárea. Con ello, se busca aumentar la supervivencia de las especies, ampliar la cobertura vegetal inicial y permitir que la fauna y los servicios ambientales se restablezcan en menos tiempo.
Estos avances demuestran que las esferas restauradoras son una herramienta viable para recuperar áreas degradadas por incendios forestales y pueden marcar la diferencia en la restauración de la Amazonía.
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(FIN) NDP/TMC
Publicado: 1/9/2025