Fundada como San Bartolomé de Huacho, en los últimos años esta ciudad del llamado Norte Chico, del departamento de Lima, combina modernidad y tradición, con una exquisita gastronomía y hermosas playas.
Para quien quiera apreciar su clásica arquitectura republicana, nada mejor que la plaza de Armas y sus calles aledañas. La ciudad ha crecido tanto que el área urbana ocupa no solo el distrito homónimo, sino también los de Santa María, Huaura, Hualmay y Carquín.
Asentada en una amplia bahía, Huacho posee un clima agradable y seco. Sin embargo, en estos días aún se puede disfrutar de un sol radiante que anima a visitar sus espléndidas playas.
El río Huaura permite a los huachanos contar con múltiples cultivos de pan llevar, desde arroz hasta frutas y cereales. Una realidad que ha permitido la aparición de diferentes fábricas de alimentos, conservas y golosinas. Su clima seco facilita una importante actividad ganadera.
Tal como se publica en el suplemento Lo Nuestro del diario oficial El Peruano, más que recomendable es visitar playas como El Paraíso, cercana al complejo arqueológico de Bandurria.
En Végueta, además de su plaza principal, iglesia y zonas agropecuarias, puede conocerse la playa Tambo de Mora y apreciar la isla Don Martín.
Infaltable para el turista nacional, y por qué no el internacional, es la visita al Balcón de Huaura. Cuenta la tradición que este fue el lugar donde el general José de San Martín proclamó, por primera vez, la independencia del Perú, el 27 de noviembre de 1820.
Otros lugares cercanos son la Reserva Nacional Lomas de Lachay y la albufera de Medio Mundo. La reserva está al noroeste de Huaral y al sur del distrito de Huacho, a la altura del kilómetro 105 de la Panamericana Norte.
Su ecosistema, basado en neblina, permite que haya verdor en invierno (de junio setiembre). En ella pueden apreciarse taras y especies vegetales, pero también aguiluchos, zorros costeños, perdices y venados grises.
Orígenes
En tiempos remotos, Urpay Huachac era la diosa de los humedales. Francisco de Ávila hace referencia de ella en su crónica Dioses y hombres de Huarochirí. De ese nombre derivaría el vocablo ‘huacho’.
El historiador Max Espinoza, en Toponimia quechua en el Perú, indica que el nombre proviene de ‘huaqcha’, es decir, huérfano. Los caciques de la costa castigaban duramente a los indios desobedientes, a quienes desterraban
a esa zona; por eso se les llamaba huachus, que significa huérfanos o abandonados.
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