Mario Arce, administrador de profesión, nunca dejó de creer que los jóvenes pueden hacer el cambio, desde el lugar que le toque. Como lo hizo él, al enrolarse como voluntario del estudio en fase tres de la vacuna china Sinopharm en nuestro país.
En septiembre del 2020, a seis meses de haberse decretado el estado de emergencia en el Perú a causa de la pandemia por coronavirus, no dudó un minuto en formar parte de este proceso que tendría efectos positivos para el país.
La primera convocatoria fue para 6,000 voluntarios. Eran muchos los interesados y apenas pudo dejó por escrito sus ganas de formar parte de este estudio histórico, uno de los más grandes de la región.
“El país estaba con bastante incertidumbre de saber qué iba a pasar con el covid-19 y cuánto iba a afectar nuestras vidas. La situación social se estaba descontrolando. La oportunidad de ser voluntario era la posibilidad de encontrar una solución con una vacuna que nos saque de los problemas a los que nos había metido este virus”, declaró al programa Modo Bicentenario de TV Perú.
Consideró que muchos jóvenes expresan sus ganas de cambiar el mundo, pero algunos se quedan en el activismo por redes sociales, cuando lo que se requiere es “tomar acción”.
Dos semanas después de su postulación, un doctor lo contactó para su primera cita, en la que fue sometido a numerosas evaluaciones de salud, incluso psicológicas. Un medio día que quedará para el recuerdo y el de su familia, que siempre lo apoyó.
Todos los voluntarios que acreditaron buen estado de salud, como él, asumieron el compromiso de participar durante un año en el estudio, con un seguimiento constante sobre su evolución.
Recordó que tras una prueba molecular, para verificar que no estaba infectado con el nuevo coronavirus, fue inoculado con una sustancia que desconoce aún si fue vacuna o placebo.
No bajemos la guardia
“Algo muy importante a tener en cuenta es que la vacuna va a reducir el riesgo de contraer el virus y que no haya más muertos. Nada me asegura de que no vaya a contagiarme más adelante, pero la vacuna permitirá que la infección no tenga un efecto tan negativo en nosotros. Debemos seguir manteniendo los protocolos y no confiarnos”.
Expresó su tristeza al ver que la población no entra en razón sobre la importancia de seguir los protocolos de bioseguridad, pese a que es la única manera de superar la pandemia. El Perú está bastante cansado, pero hay que seguir dado pelea a esta infección, refirió.
“La vacuna es una esperanza que nos acerca a volver a la normalidad (…) Creo que ese es el sueño de todo peruano: regresar de alguna manera a su vida. Sé que no va a ser lo mismo, pero la única manera de salir de esto es con la vacunación. Sin ciencia no hay futuro”.
Consideró que si bien las redes sociales están llenas de información, muchas personas pueden tener contacto con información incorrecta.
A quienes aún tienen dudas sobre la seguridad y eficacia de la vacuna que actualmente se aplica en el país les pidió informarse en fuentes serias y que tengan a la ciencia por delante.