¡Hallazgo sin precedentes! Vestigios de un centro poblado ocupado hace más de 2,500 años por artesanos de la civilización Paracas, han sido descubiertos en el valle de la provincia de Chincha, en el departamento de Ica, por un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, del Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos y de la University of South Florida de los Estados Unidos.
Así lo reveló la Agencia de Noticias Andina el arqueólogo Henry Tantaleán, quien dirige el equipo de investigación, codirigido con su colega Charles Stanish, docente e investigador de la mencionada casa de estudios estadounidense.
Los arqueólogos se encuentran trabajando desde hace una semana en el sector de
Pozuelos, perteneciente al distrito de
El Carmen, al sur del valle de
Chincha, a la altura del kilómetro 204 de la carretera Panamericana Sur y a solo dos kilómetros de la
península de Paracas.
Tantaleán destacó que se trata del primer centro poblado de la cultura Paracas descubierto hasta ahora en Chincha, donde habrían residido, por lo menos, 100 familias de artesanos dedicados a producir los célebres textiles o mantos funerarios, piezas de cerámica y otros objetos que caracterizaron a esta civilización prehispánica. “Es el primero de su tipo; en otras zonas de la costa sur no hay”, afirmó.
Indicó que en las excavaciones realizadas en las primeras capas de los montículos de arena de Pozuelos, que comprende una extensión de 2 a 3 hectáreas, se descubrieron recintos de forma rectangular bien organizados, que habrían albergado cada uno entre 10 y 20 familias dedicadas a labores artesanales y que se vinculaban a las grandes pirámides que edificaron y en el que vivió la élite de la civilización Paracas.
Así lo evidencian los objetos encontrados en las excavaciones, las primeras de carácter científico, como restos de cerámica doméstica y también alegóricas como la representación de una cabeza trofeo, que remiten a una influencia de la cultura Chavín.
“Hemos encontrado vasijas enteras, figurinas con semejanzas a las cabezas trofeo, así como restos de moluscos, peces y plantas, además de cerámica doméstica, en espacios bien organizados. Son recintos rectangulares con muros hechos con adobes de barro, clásicos de la cultura Paracas, con una arquitectura muy bien organizada y orientada en ejes norte-sur y este-oeste”, manifestó.
La cerámica doméstica está representada en ralladores para producir chicha, la bebida ancestral de los antiguos peruanos, así como instrumentos para producir cerámica y tejidos. “Los famosos textiles y la cerámica Paracas se estaban produciendo en este centro poblado. Es la primera vez que se encuentra en Chincha un centro poblado donde tenemos evidencias de la actividad artesanal de la época Paracas. Por eso es tan importante este sitio”, subrayó.
Tantaleán también consideró que, por la naturaleza de los vestigios de alimentos encontrados, se puede colegir que Pozuelos fue un centro agrícola y pesquero importante, que estaba vinculado con el valle y con los asentamientos del litoral costero Paracas.
En Pozuelos se cultivó maíz, frijol, pallar, maní, pacae (cuyo tronco se utilizó para la construcción de viviendas), y también algodón nativo, el cual se convertía en hilos, y luego estos hilos en textiles gracias a instrumentos como los “piruros”, similares a las “ruecas” de las culturas andinas.
“Estas comunidades, que eran centros de producción cerámica y textil, estaban vinculadas con las festividades, banquetes y rituales que se hacían en los grandes edificios públicos monumentales. El valle de Chincha estuvo bastante cohesionado entre los años 500 antes de Cristo hasta el 200 después de Cristo, gracias a este sistema político que relacionaba irrigación, con grandes canales que atravesaban todo el valle, con las grandes huacas donde se celebraban rituales para observar los ciclos solares y agrícolas”, aseveró.
Ocupación anterior Chavín
Si bien esta zona urbana artesanal tiene el sello de la cultura Paracas, desempeñó 400 años antes, el rol de cementerio para la civilización Chavín. Tantaleán refirió que en excavaciones hechas por él y su equipo en 2017 y 2019 se descubrieron allí osamentas que, según el fechado con radiocarbono, se remontan al año 800 antes de Cristo.
“En 2019 encontramos restos de tres individuos, entre jóvenes y adultos, sepultados en tumbas individuales, acompañados por una vasija de cerámica. La excavación se realizó en una superficie de cuatro metros cuadrados. Con estas nuevas excavaciones esperamos encontrar más de una docena de individuos. Eso lo sabremos cuando lleguemos debajo de los pisos de las viviendas Paracas para dar con enterramientos previos Chavín”, estimó.
Equipo de investigación
El arqueólogo Henry Tantaleán lidera un equipo integrado por arqueólogos y estudiantes de arqueología de las Universidades Mayor de San Marcos, San Luis Gonzaga de Ica, y de la University of South Florida. Asimismo, participan en las excavaciones ocho pobladores de la zona.
Excavaciones y análisis de vestigios
Las excavaciones y otros trabajos de campo, así como de recolección de vestigios se realizará durante todo el mes de mayo, indicó Tantaleán. Luego se desarrollarán los análisis de los objetos encontrados en un gabinete implementado en un predio alquilado en Chincha Alta, en un plazo que puede tomar de tres a cuatro meses, agregó.
Protección provisional
Sin embargo, la integridad de este sitio arqueológico puede correr riesgo debido a la presencia en sus inmediaciones de un condominio privado de viviendas y de una granja de crianza de aves cuya expansión podría afectar la intangibilidad de este importante patrimonio cultural.
Perfil del investigador
Henry Tantaleán es arqueólogo formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de la cual es catedrático del Departamento de Arqueología y es también director del Museo de Arqueología y Antropología de la Decana de América.
También se desempeñó como docente de Arqueología de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque y fue profesor visitante de las universidades de Stanford (EE.UU.) y de Rennes (Francia) e investigador en la UCLA (EE.UU.). Obtuvo maestría y doctorado en Arqueología Prehistórica en la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Es investigador principal del Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos.
Tantaleán investigó y reveló importantes hallazgos en el sitio arqueológico de
Quebrada del Oso, considerada una auténtica “joya arqueológica del valle de Chicama”, en la región La Libertad, gracias a su notable nivel de conservación y porque revela su rol clave en la seguridad alimentaria y el desarrollo de la civilización Chimú, hace más de 600 años.
(FIN) LZD/MAO
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