Green Day: la tercera no es la vencida

Banda estadounidense ofreció potente concierto en el Estadio de la Universidad San Marcos

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00:26 | Lima, ago. 28.

La música punk nació como una contracultura, una expresión minimalista, simple y directa, que remeció la sociedad cuando apareció en la lejana década de 1970. Sin embargo, la aparición de nuevas corrientes musicales apagó un poco la voz de los punkies, pero no la extinguió.

Hoy, 55 años después, el espíritu rebelde del punk no ha desaparecido. Quizás se haya adaptado a las nuevas tendencias, pero se mantiene vivo, potente, enérgico y ello se puede observar en bandas como Green Day la que, por tercera vez, tocó en la capital peruana.

Los liderados por Billy Joe Armstrong no se guardan nada, no han disminuido su entusiasmo desde que saltaron a la palestra en 1986 con su primer nombre: Sweet Children. Tres años después tomaron el nombre con el que se les conoce actualmente.




Desde el inicio con los promisorios Bad Nerves, la noche se perfilaba como una marea punk interminable. Los oriundos de Essex (Reino Unido) no defraudaron. Fueron el preámbulo perfecto para la presentación de Green Day. Ya, previamente, Armstrong los había calificado como “la mejor banda de Inglaterra en este momento” y quizás tenga mucha razón.

“Bohemian Rapsody”, el himno de Queen; y “Blizkrieg Bop” de los pioneros Ramones, fueron la cortina musical perfecta para el ingreso de los americanos al escenario. El público ya estaba entonado, animado por un simpático conejo que los alentaba a cantar y moverse, a la sola espera de la banda. Y ocurrió.

“American Idiot” abrió el concierto. Brutal, conciso, un mensaje contra los medios de comunicación de su país que enajenan mentes y transforman a las personas en el título de la canción. Así irrumpió Green Day su tercera vez en Lima.

“Holiday” y “Know Your Enemy” continuaron el show y, como ya es una costumbre en Billy Joe Armstrong, invitó a una persona de entre el público para que cantara con él. La afortunada, una joven que no creía lo que estaba viviendo, se desgañitó en el escenario, presa de la emoción y la incredulidad de estar al lado de su ídolo.



“Boulevard of Broken Dreams”; “One Eyed Bastard”; “The Grouch” y “Longview”, siguieron en el repertorio. Armstrong siempre sincronizando con el público, haciéndole partícipe de la noche, del concierto, de la energía que emanaba del escenario, convirtiéndolo en su coro más selecto.

“Welcome to Paradise” fue otra explosión. La gente dio rienda suelta a su energía en un solemne pogo que nadie quiso perderse. Jóvenes, adultos, todos formando masas incontenibles que chocaban entre ellas al ritmo de la guitarra de Armstrong, el bajo de Mike Dirnt y la incansable batería de Tré Cool.

“Hitchin' a Ride”; “Missing You” y “Brain Stew” soltaron sus acordes. Como buena banda punk, los espacios entre cada canción eran mínimos, una lección aprendida por los punkies estadounidenses de míticos maestros como Ramones.

Por supuesto, no podía faltar el reconocimiento a otro grande del rock que, si bien es cierto se desempeñó en un género diferente, su legado es imperecedero y así lo hizo saber Green Day, cuando su vocalista tocó el intro de “Iron Man” y, juntando las palmas de sus manos, las elevó al cielo en un gesto de respeto al gran Ozzy Osbourne.


“St. Jimmy”; “Dilemma” y “21 Guns” mantenían al público en vilo, saltando, gritando pogeando. Luego vinieron cuatro de sus más emblemáticos temas “Minority”; “Basket Case”; “When I Come Around” y “She”. La noche estaba completa y el público servido, pero los Green Day querían ofrecer más.

“Wake Me Up When September Ends”; “Jesus of Suburbia”; “Saviors”; “Bobby Sox” y “Good Riddance (Time of Your Life)” fueron las entregas con las que finalizó el concierto. 

El punk sigue rebelde, incólume y mientras Green Day se mantenga sobre el escenario, este genero no sucumbirá. Fue la tercera vez y no será la vencida, porque esperemos que haya una cuarta, quinta y más, pues el punk nunca será vencido.

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(FIN) VLA 


Publicado: 28/8/2025