La región Ica vivió una Nochebuena cargada de fe y tradición. El sonido de las campanillas, cascabeles y el zapateo de las cuadrillas de Negritos anunciaron el nacimiento del niño Jesús.
Las celebraciones iniciaron la noche del 24 de diciembre, cuando diversas cuadrillas de Negritos ingresaron a los templos locales de la provincia de Ica para participar de la tradicional misa de gallo.

Con sus coloridos atuendos, los danzantes escucharon la eucaristía antes de iniciar su recorrido por las viviendas de las familias iqueñas.
En el atrio del santuario del Señor de Luren, diversas cuadrillas o bandas del baile de Los Negritos, al ritmo del violín y su zapateo característico se robaron el aplauso de las familias iqueñas.

Las cuadrillas, desde tempranas horas del 25 de diciembre se dirigen a los hogares de las familias iqueñas que, como cada año, abren sus puertas para recibirlos para que bailen al frente de sus nacimientos instalados.
Es el caso de la banda de pastores Virgen de Chapi, del distrito de Pachacútec, que visitaron varias viviendas en el cercado de Ica.

Dentro de la coreografía de la cuadrilla de Negritos, el momento más emotivo es el arrullamiento, o arrullo, un acto ritual que consiste en “hacer dormir” al Niño Jesús.
“Ya nos vamos retirando, no lo sé hasta cuándo”, entonando esta canción, la cuadrilla de Negritos se despide de las casas de los vecinos.

La jornada festiva continúa con las cuadrillas recorriendo las calles bajo el sol iqueño, llevando la bendición del Niño a cada rincón de la ciudad de Ica.
Tradición en Palpa
Paralelamente, en la provincia iqueña de Palpa, la fe se desbordó en el templo San Cristóbal. Tres cuadrillas de Negritos se hicieron presentes para escuchar la Misa de Gallo.
La cuadrilla de Negritos de la familia Gutiérrez Aparcana, del sector Sacramento; de la familia Medina, del anexo San Francisco -del distrito de Santa Cruz-, y de la familia Avellaneda, cautivaron al público con el zapateo característico del baile de negritos.

Al culminar la eucaristía, los danzantes procedieron a la adoración del Niño Jesús, en el nacimiento instalado al lateral interior del templo.
La celebración navideña en Palpa destacó por su riqueza intercultural. Además de las tradicionales cuadrillas de Negritos, participaron dos grupos de Pallas, integrados por residentes del distrito de Laramate (provincia de Lucanas, Ayacucho), quienes mantienen vivas sus raíces andinas en la provincia de Palpa.
Estos grupos de Pallas, provenientes de los sectores de Sacramarca y Carlos Tijero, aportaron un matiz distinto a la celebración con sus vestimentas típicas y cánticos en quechua y español.
(FIN) GBL