Familiares de 10 mineros que llevan más de 24 horas atrapados tras el colapso de un precario yacimiento de carbón en México intentan este jueves mantener la fe en que siguen vivos, pero también reclaman por sus riesgosas condiciones laborales.
"Lo que queremos es que saquen los cuerpos", dice Angélica Montelongo, con mirada triste y cansada tras pasar la noche en vela esperando noticias de su hermano Jaime, uno de los mineros cautivos en Sabinas, municipio de Coahuila, en el noreste de México.
"Pero bueno, primeramente Dios, ¿verdad?, hay que tener fe de que estén vivos", replica segundos después Angélica, acopiando nuevas esperanzas.
Montelongo y otros familiares acompañaron toda la noche las arduas y apuradas labores para liberar a los obreros. Aguardan en las cercanías del socavón, de unos 60 metros de profundidad, que colapsó repentinamente al ser inundado por tres pozos conectados con la galería.
"Aquí el tiempo es muy importante, así que estamos muy concentrados (...) para poder rescatar cuanto antes a los mineros", dijo este jueves Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, durante la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Lo que quiero con toda mi alma es que rescatemos a los mineros", expresó a su vez el mandatario. "No hay que perder la fe", añadió, dirigiéndose a las familias de los trabajadores.
"Riesgo y necesidad"
Blasa Maribel Navarro también aguarda tras el perímetro de seguridad conformado por agentes de la Guardia Nacional.
Su primo Sergio Cruz, de 41 años, llevaba solo dos meses trabajando en esta mina, pero varios años en el peligroso oficio de extraer carbón para mantener a sus dos hijas. "Es que siempre es la inseguridad del trabajo", lamenta Navarro.
"Con el riesgo que hay y la necesidad (...) en casa, es a lo que llegan ¿verdad? a trabajar en estos lugares", añade la mujer, que, pese a todo, mantiene la esperanza de verlo con vida. "Porque confiamos en Dios", sentencia.
Un total de 234 rescatistas del Ejército y otras entidades gubernamentales fueron enviados al lugar del siniestro, unos 1.130 km al norte de Ciudad de México, en la llamada región carbonífera de Coahuila, informó este jueves la Secretaría de la Defensa.
Tras el colapso, cinco mineros "lograron salir" y fueron trasladados a un hospital, de los cuales dos fueron dados de alta, precisó Velázquez.
En el sitio se trabaja con ocho bombas de extracción y se espera el arribo de otros 17 equipos de bombeo con mayor capacidad "para agilizar los trabajos", informó el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, vía Twitter.
La mina accidentada tiene tres pozos interconectados por donde se extrae el carbón, según un diagrama que presentó el Ejército.
El accidente ocurrió cuando al excavar, los trabajadores se toparon con un área contigua llena de agua "que al derrumbarse provocó una inundación", explicó la coordinadora de Protección Civil.
Mina artesanal
La mina colapsada es del tipo denominado "pocito", muy utilizada para extraer carbón en Coahuila. Son infraestructuras artesanales que suelen ser peligrosas para quienes trabajan en ellas.
"(Los mineros) cavan un pozo de dos metros de circunferencia y se van cavando hasta llegar a un pequeño manto de carbón", explicó a la radio local el ingeniero metalúrgico Guillermo Iglesias.
Agregó que ese tipo de obras no tiene infraestructura de concreto que proteja a los trabajadores de derrumbes como una mina industrial. Lo único que soporta la tierra suele ser un gigantesco cilindro de plástico por donde los trabajadores ingresan, abundó.
El gobernador Riquelme explicó que los planos de la mina "no estaban actualizados". "No se tenía noción de hacia dónde salieron los tiros ni tampoco las condiciones de la propia mina", informó a la prensa.
Antecedentes trágicos
En el sitio, otros familiares no podían evitar el pesimismo. "Desgraciadamente, pues no hay mucha esperanza", dijo José Luis Amaya, primo de uno de los mineros, a la televisora Milenio.
En junio de 2021, siete mineros murieron tras el colapso de otra mina de carbón en la región de Múzquiz, también en Coahuila, principal productor de dicho mineral en México.
El más grave accidente minero en esta región, fronteriza con Estados Unidos, ocurrió el 19 de febrero de 2006, cuando una explosión de gas en la mina Pasta de Conchos, controlada por el conglomerado Grupo México, provocó la muerte de 65 trabajadores.
Solo dos cadáveres fueron rescatados luego de esa tragedia.
Ante una supuesta inacción del Estado, el caso fue llevado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde continúa el litigio. En febrero pasado, el gobierno anunció el inicio de los trabajos para el rescate de los cuerpos, pero las familias han expresado su descontento por la lentitud del proceso.