Andina

Estrés por deudas aumenta riesgo de contraer cáncer y otros males físicos

Muchos males físicos son causados por el estrés que provocan en las personas los problemas económicos. Folto:  INTERNET/Medios

Muchos males físicos son causados por el estrés que provocan en las personas los problemas económicos. Folto: INTERNET/Medios

08:36 | Lima, abr. 29 (ANDINA).

El estrés generado por las deudas económicas, así como la depresión y ansiedad por la falta de dinero aumentan el riesgo de contraer cáncer y otros males físicos entre las personas con predisposición a enfermarse y a desarrollar males oncológicos, se informó hoy.


Gloria Cueva Vergara, directora de Salud Mental del Ministerio de Salud, explicó que las personas agobiadas por la falta de dinero sufren de estas alteraciones psíquicas que debilitan su sistema inmune y los vuelven proclives a contraer diversas enfermedades físicas.

“El estrés aumenta la vulnerabilidad psicosomática. En el adulto perdura y se percibe como una situación ‘inescapable’. Si una persona tiene deudas, pierde el trabajo o afronta otro problema, esto puede hacer que sus defensas bajen”, expresó en conversación con la agencia Andina.

Si bien es cierto, algunas personas son más vulnerables que otras ante este tipo de situaciones, hay quienes no las resisten y se enferman mentalmente, padecen de ansiedad o depresión y esto podría desencadenar un trastorno de carácter clínico, remarcó la especialista.

Agregó que el estrés no resuelto y la depresión son enfermedades sistémicas que afectan el sistema emocional y el sistema inmune. Ello puede generar que las personas se resfríen más seguido, sufran de migrañas, insomnio, presión alta y hasta males cardiacos y digestivos.

La experta en temas de salud mental comentó que la violencia también constituye un factor de vulnerabilidad frente a la enfermedad. Por ejemplo, si una persona maltratada en la infancia tiene deudas impagas, se puede deprimir a tal punto de enfermar y hasta pensar en el suicidio.

“A esta situación se puede llegar como una salida rápida, porque las estructuras iniciales, emocionales y psicológicas de esta persona no han sido bien estructuradas o cimentadas en la niñez y, por lo tanto, se hace más vulnerable y se derrumba”, manifestó Cueva Vergara.

Para desarrollar estos trastornos mentales, apuntó la experta, existen varios factores, uno de ellos es el genético, es decir, si los padres del paciente eran depresivos, hay mayores probabilidades de que el hijo también sufra de depresión ante alguna situación adversa.

“Otra factor es el entorno social, el estrés de la vida diaria, el maltrato sufrido en algún momento de la vida, el abandono, la soledad, la insatisfacción, la baja autoestima, o las pérdidas que pueda haber sufrido la persona durante su vida”, comentó.

En ese sentido, Cueva recomendó a las personas con estas alteraciones psíquicas recibir ayuda especializada, pues muchos piensan erróneamente que el estrés o la depresión son problemas que obedecen a una simple debilidad de carácter y los minimizan.

“Hay quienes creen que pueden resolver esos problemas por sí solos y no piden ayuda. Lo cierto es que estas alteraciones son una enfermedad que se puede tratar para lograr la recuperación de la persona para que mejore su calidad de vida”, subrayó.

El estrés puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o ansioso. Entre sus síntomas más comunes se encuentran el dolor abdominal, los dolores de cabeza y el dolor o tensión muscular.

Cuando una persona está muy estresada puede notar una frecuencia cardíaca más rápida, latidos cardíacos saltones, respiración rápida, sudoración, temblores, mareos, estómago flojo, necesidad frecuente de orinar, boca seca, problemas para deglutir.

También se puede tener dificultad para concentrarse, sentirse cansado la mayoría de las veces o alterarse con mayor frecuencia. El estrés también puede causar problemas sexuales e igualmente dificultades para conciliar el sueño o tener pesadillas.

Lo que alivia el estrés no es igual para todos, pero en líneas generales se puede atenuar con algunos cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, empezar por consumir una alimentación saludable y bien balanceada, al igual que dormir bien y hacer ejercicio.

Asimismo, se sugiere reducir la cafeína, la ingesta de alcohol y el cigarrillo y evitar la cocaína y otras drogas psicoactivas.

Encontrar maneras saludables y divertidas de hacerle frente al estrés ayuda a la mayoría de las personas. Por ejemplo, se puede intentar hacer yoga, tai chi o practicar la meditación.

Se puede intentar equilibrar las actividades divertidas con el trabajo y los deberes familiares, programando un poco de tiempo libre todos los días para pasar tiempo con personas con las que se disfruta, entre ellas, la familia.

De igual forma, es recomendable aprender a hacer trabajos manuales, tocar un instrumento, escuchar música o simplemente hablar con un amigo o un ser querido, lo que es de mucha ayuda.

(FIN) MVF/ART


Publicado: 29/4/2012