El líder indígena de izquierda Yaku Pérez y el exbanquero de derecha Guillermo Lasso sostienen una dura pelea para lograr el segundo puesto en el balotaje en Ecuador tras las presidenciales del domingo, que encabezó el socialista Andrés Arauz, según el escrutinio oficial del lunes.
Con el 97,56% de las actas escrutadas, Pérez, un abogado ambientalista de 51 años, daba la sorpresa con el 19,80% de los sufragios, mientras que Lasso, de 65 años, registraba un 19,60%, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Arauz, economista de 36 años y delfín del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), aparece como ganador con el 32,29% de los sufragios.
El escrutinio se ha visto frenado por la necesidad de revisar un 13,96% de las actas debido a inconsistencias.
El balotaje está previsto para el 11 de abril, cuando será designado el sucesor del impopular gobernante Lenín Moreno, que no se presentó a la reelección y cuyo período de cuatro años terminará el 24 de mayo próximo.
De mantenerse la tendencia, Pérez -con poca carrera política- será el rival de Arauz en una inédita segunda vuelta entre candidatos de izquierda en Ecuador, con 17,1 millones de habitantes, castigado por la pandemia y que arrastra una abultada deuda económica por la caída de los precios del petróleo.
El domingo, dos encuestas a boca de urna dieron como finalista a Lasso por detrás de Arauz. El CNE no tiene plazo para proclamar resultados.
Vigilia electoral
"No hay ninguna duda, estamos en el primer lugar, hemos recibido una votación abrumadora de distintas partes de nuestra patria", celebró Arauz tras las elecciones, en las que también fueron designados los 137 miembros de la unicameral Asamblea Nacional.
Ecuador volverá a las urnas ya que ninguno de los 16 candidatos obtuvo la mitad más uno de los votos válidos ni alcanzó un 40% de los mismos más una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, requisitos para ser elegido de manera directa.
Las elecciones de este domingo marcaron el resurgimiento de Correa, quien desde Bélgica evita la cárcel a la que fue condenado por corrupción, tras cuatro años de feroz campaña contra Moreno, su exaliado.
Si se confirman los resultados, Arauz, su ahijado político, tendrá que enfrentarse a Pérez, un enconado rival del exmandatario socialista quien obtuvo un buen resultado con un discurso ambientalista y de rechazo a la explotación petrolera y minera.
"El pueblo nos dio su respaldo y en los resultados oficiales ha quedado más que demostrado", afirmó Pérez, quien organizó una vigilia electoral para que se "respete la decisión de los ecuatorianos" ante los datos extraoficiales que lo ponían por detrás de Lasso, que aspira por tercera vez el sillón presidencial.
Pérez, que en 2019 fue elegido en las urnas prefecto (gobernador) de la provincia andina de Azuay (sur), es el primer indígena en llegar tan lejos en la disputa por la presidencia de Ecuador, donde los pueblos originarios conforman un 7,4% de la población.
Izquierdas nacionalista y ambientalista
Arauz, quien no pudo votar por estar empadronado en México, pretendía vencer en primera vuelta ante el riesgo de que el anticorreísmo de derecha e izquierda se unan para impedir su triunfo el 11 de abril.
El analista Pablo Romero, de la Universidad Salesiana, indicó a la AFP que "el gran triunfo era ganar en primera vuelta y hacia ello apostaron los correístas, mientras por otro lado había quienes pensaban que el correísmo estaba muerto, y eso no es cierto".
Para el balotaje, la imagen de Correa "no va a ser determinante ahora. Va a ayudar a sostener, pero Arauz tendrá que hacer algo más para asegurar el triunfo", señaló a la AFP el politólogo Santiago Basabe, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Si bien no lo consiguió, Arauz se alzó con la victoria y una ventaja parcial de 12 puntos porcentuales en unos comicios marcados por la dispersión del voto en un número récord de aspirantes y las medidas contra la pandemia, que ha dejado más de 258.000 casos y 15.000 muertos en el país.
Los ecuatorianos deberán elegir entre dos alternativas de izquierda: una nacionalista con ansias de revancha, que representa Arauz, y otra de corte ambientalista que, según Pérez, dará paso a un "estado plurinacional, digno, honesto e incluyente".
Debido a lo fragmentario de las fuerzas políticas no se espera que haya una mayoría partidista en la Asamblea Nacional.