Andina

El Suspiro limeño, un postre emblemático y producto de bandera peruano

Suspiro limeño

Suspiro limeño

08:45 | Lima, may. 17 (ANDINA).

La repostería peruana es una tradición. Ya antes de la llegada de los españoles los dulces eran centro de la atención y nuestras antiguas culturas supieron desarrollar el manejo de las frutas para prepararlos.

Con una cuota de creatividad y el aporte del azúcar fueron saliendo de las cacerolas una infinidad de postres, ranfañotes, turrones, sanguitos, y entre tanta delicia, un dulce emblemático: el suspiro limeño, cuyo nombre, nadie sabe a ciencia cierta, si lo provocó su sabor, o una tapada colonial dibujando pasos por la acera.

El suspiro es una de las joyas de la repostería peruana, broche de una gastronomía que de artesanal ha pasado a tener ribetes de filigrana. Es, además, un símbolo de la cultura peruana, costeña. Es integrador, consumido por todas las sangres, por visitantes de afuera y del interior y justamente por esas características que seducen al paladar, es que se le reconoce como producto bandera. Es amable.

Puede ser consumido en cualquier época del año y en casi cualquier lugar. Las distintas presentaciones y variedades, que son producto de la creatividad de nuevos chef, lo convierten en un potaje de consumo obligado. Es más, no hay quien en una incursión gastrónómica, de descubrimiento de texturas, sabores y dulsores, no lo pruebe.

Historia de miel
- Más limeño no puede ser. Lo relata Josie Sison Porras de la Guerra, biznieta del gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres, quien tuvo el privilegio de probar el auténtico postre preparado por las mismísimas manos de su creadora, quien además le contó la historia original de uno de los dulces emblemáticos de la repostería peruana.

-En su libro El Perú y sus Manjares, Sison cuenta que, doña Amparo Ayarza, cocinera experta y esposa enamorada, quiso agasajar a su esposo, el poeta José Gálvez, y en una noche en que éste retornaba a casa del trabajo, cerca de la Iglesia Santa Rosa, lo recibió con un dulce en el que mezcló manjarblanco con yemas de huevo y merengue con almíbar. Al probarlo, el vate le comentó que era tan suave y dulce como el suspiro de la mujer limeña.

Los picarones.
Los indígenas del Perú prehispánico preparaban sus alimentos con camote y zapallo. Cuando llegaron los españoles se combinaron con otros ingredientes y se creó este tradicional postre, clásico en las procesiones del Señor de los Milagros, tradicional fiesta religiosa de más de 300 años.

DOP
Publicado: 17/5/2008