El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) implementó uno de los bancos de germoplasma de papa nativa más importante del Perú, que conserva 1,134 accesiones —unidad de conservación que comprende semillas o plantas, que se identifica con un código alfanumérico—, las cuales permiten incrementar las investigaciones para el proceso de mejoramiento del cultivo.
Con motivo del Día Nacional de la Papa, que desde el 2005 se conmemora cada 30 de mayo, destacó que el tubérculo es el principal cultivo en términos de área sembrada en el país y contribuye en un importante porcentaje del producto bruto interno (PBI) en el sector agropecuario.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 30 de mayo como Día Internacional de la Papa, luego de adoptar por consenso el proyecto de resolución A/78L/L.16 presentado por el Perú, para sensibilizar al mundo sobre la importancia del tubérculo para el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y la nutrición, la conservación de la biodiversidad y las funciones de los ecosistemas.
¿Por qué es importante el banco de germoplasma?
Prueba de su importancia, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Midagri dirige el banco de germoplasma que está ubicado en las regiones de Cusco, Ayacucho, Puno, Junín y Cajamarca. Los insumos sirven para desarrollar investigaciones y estudios agronómicos a fin de generar tecnologías que permitan conservar la calidad genética.
También cuenta con 237 accesiones conservadas de forma in vitro como copia de seguridad y 187 accesiones de especies silvestres de papa que se encuentran conservadas en el banco de semillas.
Las investigaciones se enfocan en conocer las características agromorfológicas de la papa, sus capacidades física y químicas, así como la identificación de accesiones promisorias que puedan generar nuevas variedades de papa con alto rendimiento en campo, tolerancia a plagas y mayor capacidad nutritiva.
La conservación en campo se desarrolla mediante la implementación de campos experimentales y parcelas demostrativas donde, a parte de trabajar el mejoramiento genético de las acciones, se efectúan procedimientos de análisis agromorfológico a los campos semilleros.
Producto de estas investigaciones, el INIA ha generado a lo largo de estos años la producción de 42 variedades de papa con alta calidad genética, las cuales incrementan el rendimiento de campo en un 80 %, además de mejorar en un 70 % la rentabilidad económica del pequeño y mediano productor.
Por su alto valor genético, estas variedades tienen una alta resistencia a plagas y enfermedades, así como a sequías, lo que permite garantizar una cosecha óptima y oportuna. Además, ofrece al productor un mejor rendimiento por hectárea (hasta 21 toneladas).
Tienen altos contenidos de hierro, zinc, polifenoles y antioxidantes, lo que las convierten en ideales para combatir la anemia, desnutrición, tipos de cáncer. Estas papas con alto valor poseen buena calidad de pulpa adecuada para la producción de derivados como jugos, licores, actividad panificadora, entre otros.