Tras casi dos meses de intervención oportuna culminaron con éxito los trabajos de protección de las unidades de excavación de los sitios arqueológicos Collud-Zarpán y el sector Arenal de Huaca Ventarrón, en la región Lambayeque, frente el impacto de las intensas lluvias que generará el Fenómeno El Niño costero en el verano de 2024.
Así lo informó el arqueólogo Ignacio Alva Meneses, coordinador de supervisión de los trabajos de protección de los mencionados sitios arqueológicos, ubicados en los valles de Lambayeque y Zaña, ejecutados por encargo de la Unidad Ejecutora N° 005 Naylamp Lambayeque del Ministerio de Cultura.
Las obras se desarrollan mediante contratación directa por el Consorcio Pesan y empezaron a inicios de setiembre con un plazo de ejecución de 90 días calendarios.
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, Alva Meneses explicó que las labores de protección arqueológica consistieron en cubrir o sellar completamente con arena las unidades de excavación.
También se colocaron adobes junto a sacos de arena y luego se cubrió todo con arena fina mezclada con agua y cola, creando una inclinación que facilita el desplazamiento del agua de lluvia, evitando así inundaciones que afecten al patrimonio prehispánico.
La colocación estratégica de adobes en los perímetros de las unidades de excavación en Collud-Zarpán forma una barrera robusta contra el agua de lluvia.
“Los trabajos de protección están al 100 %. La zona ahora está protegida y es cómo si no se hubiera excavado. Con esta intervención el patrimonio no sufrirá ningún daño”, enfatizó.
En el caso de huaca Ventarrón, los trabajos consisten en la ampliación de los techos de protección y sigue abierta al público, refirió.
Otras zonas en proceso de protección
Además de las zonas mencionadas, los trabajos de protección a cargo del Consorcio Pesan comprenden el Museo de Sitio Huaca Rajada-Sipán, el sitio arqueológico Saltur, el complejo arqueológico Sipán y los Murales de Úcupe-Lagunas.
Asimismo, los sitios arqueológicos Huaca Brava, Cerro Pátapo, Pósope, Huaca Santa Rosa y Pampa Grande. “El avance en estos sitios arqueológicos avanza según lo previsto y se va a cumplir con el objetivo que es proteger”, manifestó.
Estos complejos prehispánicos lambayecanos fueron priorizados por el Ministerio de Cultura en vista de su mayor riesgo de afectación frente al impacto de las lluvias intensas y otros eventos asociados como consecuencia del evento El Niño.
Las labores de protección en todos los sitios arqueológicos mencionados demandarán una inversión total de 2 millones 336 mil 340.06 soles, ejecutados mediante contratación directa por el Consorcio Pesan, precisó la Unidad Ejecutora N° 005 Naylamp Lambayeque.
Ventarrón y Callud-Zarpán
En otro momento, el arqueólogo Ignacio Alva Meneses, quien dirigió hasta 2013 el proyecto de investigación arqueológica Huaca Ventarrón, expresó su deseo de que luego de culminar la etapa de emergencia ante la ocurrencia del evento El Niño en 2024, se reactiven los trabajos de investigación arqueológica en este complejo prehispánico emblemático de la región Lambayeque.
Destacó que las investigaciones arqueológicas en el área del cerro Ventarrón y el complejo Collud-Zarpán, iniciadas en 2007, han permitido conocer las características del origen y florecimiento de la civilización en el valle de Lambayeque.
El Templo o Huaca Ventarrón, ubicado al pie de la elevación del mismo nombre, fue el núcleo de un primigenio centro ceremonial cuya fase inicial ha sido fechada alrededor de 2,035 a 2,300 a.C.
En esta zona también se ubica el sitio de Arenal, situado en la falda suroeste de cerro Ventarrón. Este conjunto presenta alrededor de 1 kilómetro cuadrado de arquitectura monumental del Periodo Arcaico.
Por su parte, durante el Periodo Formativo -y, tal vez, desde el Periodo Inicial-, el complejo Collud-Zarpán, localizado al noroeste de Huaca Ventarrón, constituyó la capital teocrática del valle y abarcó más de 2 kilómetros cuadrados de arquitectura ceremonial repartida entre dos montículos alineados en sentido este-oeste.
Importancia de Ventarrón
“Ventarrón es fundamental para la historia de la costa norte porque representa la cuna de la civilización. Es contemporánea a Caral y presenta una historia paralela. Hemos descubierto que Caral no fue el único centro de origen de la civilización en el antiguo Perú, sino que hubo al mismo tiempo, de manera paralela, en ciertas regiones que luego se convirtieron en grandes focos de cultura”, sostuvo Alva Meneses.
“Con Ventarrón tenemos el origen de una tradición de la costa norte que luego se va a convertir en lo Mochica. Es el punto de partida de nuestra identidad y de una narrativa histórica que podríamos conocer y empezar a contar como una secuencia de la historia de la región y del norte del Perú en la que Ventarrón constituye la primera parte, seguida de Collud en una segunda parte, Sipán en una tercera y Chotuna, Batán Grande y Túcume en una cuarta etapa. Con Ventarrón y Collud hemos descubierto no dos sitios arqueológicos, sino dos etapas de nuestra historia que tiene cuatro capítulos”, agregó finalmente.
(FIN) LZD/MAO