El "Caribe de Baviera", nueva víctima del turismo masivo

El lago Eibsee, famoso por sus aguas turquesa en los Alpes alemanes, enfrenta problemas por el exceso de visitantes

AFP

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10:30 | Grainau, ago. 23.

El Eibsee, un lago de aguas turquesa enclavado en los Alpes alemanes y conocido popularmente como el "Caribe de Baviera", se ha convertido en uno de los destinos más demandados del país. Su belleza natural lo transformó en un imán para turistas, pero también en víctima del turismo masivo que hoy afecta a su entorno y a las localidades vecinas.

A media mañana de un lunes cualquiera, la estación de tren de Grainau luce abarrotada: unas 30 personas esperan el autobús que los llevará al lago. El vehículo anterior salió repleto y varios deben aguardar el siguiente. La situación no mejora en carretera: una sola vía conduce al Eibsee y únicamente existen dos aparcamientos para acceder al teleférico del Zugspitze, el pico más alto de Alemania. El resultado son largas colas y embotellamientos en los últimos kilómetros.

El efecto de las redes sociales


Con sus aguas cristalinas, islotes, bosques de abetos y montañas cubiertas de nubes, el "Caribe de Baviera" se viralizó en redes sociales durante los últimos meses. Las fotografías y videos de su paisaje idílico acumulan millones de visualizaciones, generando un entusiasmo similar al que experimentaron otras joyas alpinas como Hallstatt (Austria) o Annecy (Francia), ambas golpeadas por el fenómeno del “sobreturismo”.

“No pensábamos que habría tanta gente, pero es realmente hermoso”, comenta Clément, un visitante francés de Marsella, acompañado de su amiga Marion, quien resalta que “el color del agua es impresionante: tan clara y transparente, algo que no suele ocurrir en los lagos”.

Tras recorrer los 7,5 kilómetros que rodean el lago junto a su hijo, ambos regresan a su hospedaje en Garmisch-Partenkirchen, una gran estación de deportes de invierno cercana a Grainau.

Una presión creciente sobre el pueblo


Grainau, con apenas 3.600 habitantes, registra desde la pandemia unas 620.000 pernoctaciones anuales, lo que equivale a un promedio de 1.700 visitantes diarios. El municipio no dispone de cifras exactas de quienes llegan solo por el día, pero la presión es evidente.

El alcalde adjunto, Christian Andrä, compara esta saturación con “un partido de fútbol en Múnich” o una visita al Oktoberfest. Explica que muchos turistas ignoran las señales que advierten sobre los estacionamientos llenos, lo que agrava los atascos. Rechaza, sin embargo, instalar un sistema de barreras, que a su juicio solo generaría más caos, y pide a los conductores actuar con mayor responsabilidad.

Testimonios de los visitantes


Max, de 27 años, llegó desde Stuttgart y confesó que “tenía muchísimas ganas de volver aquí”, aunque tardó más de una hora y media en alcanzar el lago debido al tráfico. Yan, residente en Paderborn, admite que “hay muchísima gente”, pero destaca la facilidad de acceso desde Múnich y considera al Eibsee “un lugar fantástico para pasar el día”.

Impacto ambiental


Más allá de los problemas de movilidad, Grainau enfrenta también la sobrecarga en la gestión de residuos. El flujo constante de turistas obliga a retirar basura “casi a diario”, según resalta Andrä, una señal de que el éxito del “Caribe de Baviera” trae consigo retos urgentes para equilibrar turismo y sostenibilidad.

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(FIN) AFP/JAM

Publicado: 23/8/2025