Tras el covid-19 a escala global, la digitalización y la conectividad han crecido a pasos agigantados. Según datos estadísticos del Banco Mundial (BM), la cantidad de usuarios con acceso a internet pasó de 413 millones en el 2000 hasta 3,400 millones en el 2016; mientras que se estima que en el 2020 se logró pasar los 5,000 millones de usuarios, un poco más del 70 % de la población mundial.
“Por otro lado, desde el 2000 la cantidad de servicios y formas de acceso a internet se ha incrementado, lo que ha traído consigo altos riesgos en las empresas, vida de las personas e infraestructura crítica nacional, esto último relacionado con los sectores básicos como salud, educación, energía, financiero, etc., los cuales han evidenciado la vulnerabilidad de esta”, afirmó el líder de Consultoría en Riesgo Cibernético de Marsh Advisory, Edson Villar.
Precisó que en los últimos 20 años se registró una serie de ataques, desde fuga de datos de tarjetas, como los casos TJX (2006), Home Depot (2014) y Target (2015), hasta impacto en industrias críticas como plantas nucleares (Caso Stuxnet, 2010), plantas de energía (en Ucrania, 2015), plantas de tratamiento de agua (Florida, 2021) y, el más reciente, el caso de Colonial Pipeline.
“No solo las industrias de retail y financiera han sido afectadas, sino también las industrias de entretenimiento, salud, educación, energía, telecomunicaciones, entre otras”, agregó Villar.
El especialista sostuvo que los temas tecnológicos y digitales no están aislados al 100 % de los temas sociales. Y es que este proceso de auge también ha provocado grandes brechas entre países.
“Actualmente, a pesar de haberse visto un gran incremento en las cifras mencionadas por el BM, en América Latina sólo el 65 % tiene acceso a internet, lo cual plantea una gran desventaja a esta nueva dinámica y economía digital”, refirió.
En América Latina
De igual manera, el uso inadecuado de la tecnología e internet ha estado también provocando el incremento de dicho riesgo y brecha social debido a la desinformación. La cantidad de países que han sufrido campañas de desinformación en redes sociales se incrementó en 150 % del 2017 al 2019.
“No cabe duda que el internet nos ha permitido mejorar como sociedad en varios aspectos. No obstante, no podemos cerrar los ojos y ser esquivos a la realidad de que los ataques cibernéticos traen consigo grandes riesgos para las organizaciones subidas en la ola de la transformación digital; pero también, y quizá las más cruciales, para el ser humano”, aseveró el ejecutivo.
Para ello, dijo, es importante que, como usuarios de internet, nos informemos sobre temas como seguridad de nuestros dispositivos, privacidad de datos, cómo identificar ataques de phishing, cómo prevenir un ataque de malware, entre otros. “No olvidemos que la mejor manera de navegar es hacerlo de forma segura”, puntualizó.
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