Frente a una propuesta de castración química, apostar por una educación sexual integral dentro y fuera de la escuela es una alternativa de mayor sostenibilidad en el tiempo que permitiría empoderar a la persona y disminuir los casos de abuso sexual en la población más vulnerable, señaló la doctora Irma Ramos Chávez, directora ejecutiva del Instituto Peruano de Paternidad Responsable (Inppares).
“La propuesta de castración química nos hace pensar que debemos buscar alternativas de mayor vigencia y sostenibilidad. Es por eso que nosotros apostamos por la educación sexual integral en las escuelas y fuera de ellas porque permite que las personas conozcan sus derechos y se empoderen”, precisó al programa Andina al Día.
El caso de la niña de 3 años ultrajada en la ciudad de Chiclayo, dijo no hace más que visibilizar este grave problema que afecta a nuestra sociedad y que muchas veces los casos de violencia sexual no se denuncian o quedan entrampados en el poder judicial.
Ramos indicó también que actualmente existen más de 1,400 embarazos de adolescentes menores de 15 años en nuestro país por lo que urge tomar conciencia de esta situación y promover continuas políticas de educación sexual en los colegios desde la etapa inicial de formación hasta el nivel secundario.
Con respecto a la propuesta de castración química a los violadores, la doctora indicó que sería mejor hacer efectiva la Ley 30838, que condena a cadena perpetua a quien cometa violación sexual contra menores de 14 años de edad por lo que no habría necesidad de realizar este procedimiento médico en los abusadores condenados.
“Desde el 2018, nosotros tenemos la pena de cadena perpetua para los violadores de menores de edad. Es importante que se haga efectiva esta condena porque de aplicarse, no necesitaríamos la castración química porque el violador estaría recluido en un centro penitenciario”, acotó.
Empoderamiento
La doctora considera que para disminuir y evitar más casos de violencia sexual en los niños y adolescentes es importante que esta educación integral sexual se imparta no solo a los alumnos sino a los padres de familia y líderes comunitarios con la finalidad de que toda persona pueda identificar al abusador y saber cómo proceder ante el hecho de vejación.
En un país donde existe una alta tasa de feminicidios, refirió es vital que los menores tengan las herramientas correspondientes para defenderse de los posibles agresores pero que esto podría lograrse siempre y cuando se les imparta toda la información correspondiente sobre estos temas de educación sexual que muchas veces no se habla en la escuela o en el hogar.
“Cuando no hay educación sexual integral, el niño tiene miedo de hablar sobre el abuso porque es un tema tabú que no se toca en la casa ni en la escuela. En cambio, cuando se imparte este tipo de educación, ellos se encuentran empoderados y son capaces de contrarrestar una agresión, de buscar un adulto protector e identificar una situación de riesgo”, aseveró.
El no denunciar la violación sexual, detalló, o mantenerlo oculto a la familia por miedo al castigo o reproche puede ocasionar un deterioro en la salud mental de la persona y convertirlo en un ser rebelde, violento, antisocial o capaz de transformarse en un posible victimario.
Por tanto, trabajar el enfoque de género, la igualdad entre el hombre y la mujer, el respeto de los derechos humanos y el machismo en los colegios y las comunidades permitiría establecer relaciones saludables con las demás personas y disminuir la tasa de feminicidios y violaciones en nuestro país.
De la misma manera, educar a los menores en estos temas de sexualidad ayudaría a prevenir las infecciones de transmisión sexual, al uso adecuado de los métodos anticonceptivos y a entablar relaciones armoniosas con su pares y tutores, expresó.