El Perú y América conmemoran hoy el Día Internacional del Jaguar, el felino más grande del continente y considerado en la Declaración de Lima de 2019 como el símbolo de la lucha contra el comercio ilegal de la vida silvestre. Conoce en este artículo un poco más sobre esta hermosa especie conocida también como otorongo.
Diversas instituciones como el Ministerio del Ambiente (Minam), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Museo Nacional de Historia Natural, entre otras han saludado esta fecha especial y recordaron la importancia de la conservación de esta especie.
El
jaguar u otorongo (Panthera onca) es el carnívoro más grande de América, solo superado por los osos pardos y polares, con distribución en 18 países. Sin embargo, se estima que el 50 % de su presencia en estos territorios se ha perdido, llegando al extremo de desaparecer en El Salvador y Uruguay.
Un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) revela que
existirían cerca de 64,000 ejemplares de jaguar en todo su rango de distribución que comprende desde Norteamérica hasta el sur de Argentina. Se estima que existe 6.7 jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados en el pantanal; y entre 2 y 4 ejemplares por cada 100 kilómetros cuadrados en Perú y Bolivia.
El 2019 se estimó que la distribución del jaguar puede haber disminuido en más de 55 % en el último siglo. En la actualidad, se encuentra desde el norte del estado de Sonora, en México, hasta el norte de Argentina y en el noroeste de Brasil.
Otorongo en el Perú
Este felino, conocido también en el Perú como otorongo, habita principalmente en bosques con densa vegetación y cuerpos de agua, así como en zonas pantanosas, pastizales inundables y bosques secos. En el territorio peruano se localiza en toda la selva baja y premontana hasta 2,000 metros de altitud, en los departamentos de Loreto, Ucayali, Junín, San Martín, Madre de Dios, Cusco, Puno y probablemente en Pasco.
Los investigadores afirman que el
jaguar requiere grandes extensiones de terreno para establecer su territorio y se moviliza grandes distancias, por lo que es necesario detectar y decretar áreas que funcionen como “corredores biológicos” para permitir el flujo de individuos de una población a otra y así mantener la salud genética de la especie.
Esta especie es considerada como uno de los indicadores del estado de conservación de los bosques. Un ecosistema saludable se caracteriza por poblaciones viables de jaguares y de las presas de las que se alimenta para sobrevivir. Este felino es considerado por los expertos como una especie ‘sombrilla’, dado que su conservación asegura la de otras especies con las que convive.
Un estudio revela que la población estimada de jaguares en la triple frontera amazónica es de 50 ejemplares, la mayoría de ellos adultos (machos y hembras). Esta cifra es el punto de partida para estudiar a la población, tanto en el área natural protegida por el Estado como en las reservas comunales aledañas.
Las causas identificadas de esta disminución poblacional del jaguar son la deforestación y destrucción del hábitat, la agricultura descontrolada, y el conflicto humano-jaguar cuando este felino es exterminado al ser considerado un peligro para la ganadería de los colonos en la selva.
Otra amenaza es la desaparición o casi extinción de especies que conforman la cadena alimenticia del jaguar, lo que genera una situación conocida como “defaunación” o existencia de un hábitat de baja calidad para este animal, explicó el experto.
La caza ilegal es una amenaza cuya dimensión no ha sido aún determinada, en vista que todavía no se reportan casos de incautación de pieles de jaguar en vías de comercialización. Sin embargo, no se descarta que esta sea una de las causas de la baja en la población de este felino silvestre.
Más en Andina:
(FIN) MAO
Publicado: 29/11/2021