Andina

Día del Trabajo: la historia recuerda el origen de la lucha por la jornada de las 8 horas

Historiador Antonio Zapata resalta que el Perú fue uno de los primeros países del mundo en reconocerla

Lima, año 1946 / Marcha pacifica de la Confederación de Trabajadores del Perú, banderola de la Confederación de Trabajadores del Perú 1886 - 1° de Mayo - 1946. DIa del trabajo.
Foto: ANDINA/archivo

Lima, año 1946 / Marcha pacifica de la Confederación de Trabajadores del Perú, banderola de la Confederación de Trabajadores del Perú 1886 - 1° de Mayo - 1946. DIa del trabajo. Foto: ANDINA/archivo

09:44 | Lima, may. 1.

Cada año, un día como hoy, se recuerda a los Mártires de Chicago, un puñado de hombres que en Estados Unidos, fueron ejecutados por participar en las protestas que derivaron en la conquista de la jornada laboral de 8 horas, una lucha que se originó el 1 de mayo de 1886 con una huelga en las fábricas de Chicago y se extendió por varios días tras una sucesión de enfrentamientos que dieron lugar, el 4 de mayo, a lo que se conoce como la masacre de Haymarket.

El 1 de mayo es una fecha internacional. Tiene que ver con los obreros norteamericanos, con sus huelgas y finalmente con una decisión de los socialistas para universalizar el 1° de mayo como el Día del Trabajo, recuerda el historiador, Antonio Zapata. 

"El impulso que generó la lucha y sacrificio de miles de obreros en el país estadounidense, llega también al Perú donde un grupo iluminado por estos tiempos irreversibles de cambios, introduce las nuevas ideas que luego calaron en nuestra clase obrera", refiere.

Cuenta que fue el 1 de mayo de 1905 cuando acontece una gran ceremonia de celebración donde Manuel González Prada y Manuel Caracciolo Lévano, ofrecen un discurso que es fundante de esta conmemoración. 

"No fueron simples discursos, por el contrario, se trazaron líneas, y entre estas líneas figuraba la lucha por la jornada de las 8 horas, la que era a su vez una consigna internacional del anarco sindicalismo que era la corriente de Caracciolo Lévano. González Prada era mas bien anarquista, en un sentido general de la palabra, el anarco sindicalismo era como una variante del anarquismo y González Prada era más de una corriente particular, pero estuvo ahí con un discurso que llamó el Intelectual y el Obrero, donde plantea la idea de que la unión de obreros y estudiantes es la fuerza motriz de la revolución en el Perú", asegura Zapata.



Señala que Manuel Caracciolo hizo el discurso práctico, la fundamentación de la jornada de las ocho horas, en la que el día está dividido en tres bloques de ocho horas: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y las otras 8 horas para la recreación.

Antonio Zapata, quien es además profesor universitario, afirma que este fue el planteamiento, y desde entonces se organizaron una serie de huelgas, siempre exigiendo la jornada de 8 horas. 
"Hay diversos momentos de huelgas, pero hacia fines de 1918 logran generalizar un ciclo de huelgas entre los obreros textiles que fueron la vanguardia, y ellos arrastran a los sectores populares de Lima".

En enero de 1919 - señala - hacen un gran paro. El presidente era José Pardo, que se había mostrado renuente a llegar a un acuerdo con los obreros, razón por la que los obreros nombran una delegación de estudiantes para que vayan a hablar con el ministro de entonces y con el mismo presidente.

"Esa delegación de estudiantes había prestado su local a los obreros en huelga para realizar sus reuniones, y fue ahí, en el local de la Federación de Estudiantes, donde eligen a tres personas para que negociaran con las autoridades. Una de esas personas era Víctor Raúl Haya de la Torre que en ese entonces era estudiante de la Universidad Mayor de San Marcos. Él es quien negocia y finalmente trae el acuerdo por el cual el gobierno cede".

Fueron 14 años de lucha hasta el 1919, que es la fecha cuando el Gobierno de Pardo reconoce las 8 horas.

Zapata refiere que este periodo refleja numerosos problemas de interpretación, como que la tradición anarquista y los Lévano por delante, minimizan el papel de Haya de la Torre, señalando que los obreros hicieron todo. 

"El padre de César Lévano, Delfín Lévano, quien era el sucesor de Manuel Caracciolo, pero también otros dirigentes como Nicolás Gutarra, que era un ebanista y dirigente de los carpinteros, y Carlos Barba, fueron los protagonistas de este proceso que fue muy largo. Eso lo resalta César Lévano en todas sus historias, pero los apristas, por su lado, colocan a Haya de la Torre como el personaje que hizo todo, el que tuvo la muñeca necesaria para encontrar una salida favorable para los trabajadores", refiere.

El historiador asegura que estos hechos han sido siempre tema de interpretación: cuál fue realmente el papel de los dirigentes obreros y cómo participa en la coyuntura final Haya de la Torre, quien fue muy habilidoso y logró lo que se propuso. Lo cierto es que la fuerza, el empuje y la constancia, le pertenecían al pueblo y a quienes eran sus líderes en esa época, los anarco sindicalistas.


Antonio Zapata resalta el hecho de que el Perú, fue uno de los primeros países del mundo en reconocer la jornada de las 8 horas cuando el presidente José Pardo, presionado por los acontecimientos, firma finalmente la ley. 

"No había en ese momento jornada de 8 horas en la mayoría de países, de modo que se constituye en una conquista temprana, y en esto, la clase obrera limeña se adelanta al movimiento en esa dirección, a una serie de países", enfatiza.

¿Cómo es que llegan estas ideas al Perú, había un nexo entre los obreros peruanos con los norteamericanos?, le pregunto.

Zapata refiere que el anarco sindicalismo llega a América Latina con los migrantes europeos, básicamente italianos, franceses y españoles, países donde estos movimientos eran muy fuertes. Los italianos y españoles llegan en el Siglo 19 sobre todo a Argentina; de allí se fueron expandiendo, hay incluso registro de militantes, obreros ítalo argentinos que llegan al Perú, que hacen labor y organizan a los primeros grupos.

"A Estados Unidos también llegan Italianos. Los mártires de Chicago son Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti. Es la inmigración italiana en norte y Sudamérica la que trae el anarco sindicalismo, y por eso es que había comunicación entre los ítalo americanos y los ítalo argentinos, o chilenos", precisa.

Un proceso duro

"La oligarquía de esa época no aceptaba esos cambios. Cuando uno revisa los conflictos sociales de los años 20, la gran mayoría de trabajadores querían que se implemente en su unidad productiva la jornada de 8 horas, pero los patrones se oponían y utilizaban todo tipo de artimañas para no aceptar. Desde las haciendas azucareras y muchos casos en las ciudades, la historia registra numerosos conflictos a lo largo de los años 20"

Los patrones -recuerda- buscaban subterfugios para prolongar las jornadas y esto se mantuvo incluso hasta los años 90. "Duró mientras hubo fábricas, obreros y patrones, pero ahora, en el mundo informal, eso ya no existe".   

Al hacer un repaso de la historia laboral en nuestro país, nuestro interlocutor refiere que los trabajadores tenían antes organizaciones mutuales y estas agrupaciones eran toleradas por los patrones en tanto no incentivaban la lucha de clases, sino que buscaban formas de ayuda mutua para que los trabajadores no la pasen tan mal. 

"Los patrones solían  ser generosos con esas sociedades de auxilio mutuo, hacían donaciones, apadrinaban algunas iniciativas, pero justo en este periodo, los mismos dirigentes (González Prada, Caracciolo Lévano y otros) transforman las viejas asociaciones mutuales en sindicatos y ese fue un proceso muy resistido por la élite, por los patrones".

En la década uno del siglo 20, que es el proceso de formación de sindicatos, los patrones no los reconocían y emplearon mil formar para hacerlo, incluso con coerción. "La historia revela numerosos muertes, especialmente en el norte, entre los cañeros, porque los patrones no reconocían a la organización de los trabajadores, no tenían quien los lidere y la huelga fue salvaje en el año 12. Se tomaron las haciendas, mataron capataces, prendieron fuego a los cañaverales, y la represión fue brutal a cargo de una unidad del Ejército, que dejó mas de 100 muertos".



En los años 20 los sindicatos logran organizarse. Mariátegui funda la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), pero en los años 30 vienen las dictaduras militares y desaparecen, queda uno por allí, pro patronal y en los 40 reaparecen, hacia el final de la guerra mundial, ya que es un periodo de democracia en el mundo entero. Al Perú llegan, y en el año 44, se organiza la Central de Trabajadores del Perú (CTP) liderada por los apristas.

Luego viene un nuevo periodo de represión con el general Odría quien masacra a la organización sindical. Matan al secretario general de la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), Luis Negreiros Vega, pero hacia el año de 1956 reaparecen nuevamente, hasta años recientes cuando otra vez el Gobierno de Alberto Fujimori acomete contra estas organizaciones sociales de defensa de los trabajadores. 

La historia sindical en el Perú es pendular. Ha tenido momentos de florecimiento, de gran actividad, pero también de ostracismo. Zapata refiere que el Perú tiene hoy una de las tasas de sindicalización más baja en América Latina, debido al avance de la informalidad. 

"Dado el nivel de informalidad en el Perú, que es superior al del resto de la región, el número de sindicalizados es muy bajo", refiere.

No obstante esta realidad, Zapata se suma al homenaje que corresponde a los viejos luchadores, aquellos que reivindicaron los derechos de la clase trabajadora. Para el historiador, el trabajo es el elemento fundamental de la sociedad, "por lo que es importante compartir con los trabajadores la conmemoración de este día", enfatiza.

(FIN) DOP/RMCH 
JRA

Más en Andina



Publicado: 1/5/2023