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Día de la Mujer: antes víctimas de la violencia, hoy promotores de la paz

Facilitadoras y Facilitadores en Acción del Mimp cuentan sus historias

Por la armonía y el amor en los hogares el voluntariado del programa Facilitadoras y Facilitadores en Acción se incrementa cada año. Foto: ANDINA/Eddy Ramos.

Por la armonía y el amor en los hogares el voluntariado del programa Facilitadoras y Facilitadores en Acción se incrementa cada año. Foto: ANDINA/Eddy Ramos.

04:00 | Lima, mar. 8.

Por Susana Mendoza

Un grupo de mujeres y hombres que vivieron violencia en sus hogares, como víctimas o perpetradores, ha logrado transformar su historia y ahora recorre Lima, casa por casa, promoviendo la paz y enseñando a prevenir los golpes o el maltrato psicológico.

Se trata de integrantes del programa Facilitadoras(es) en Acción del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), quienes la semana pasada recorrieron parte de San Juan de Lurigancho para orientar a las familias o detectar algún caso de violencia del que nadie se atreve a hablar. 

“Cortar el círculo de la violencia”


Una de ellas es Gladys Vera Caytano, quien se siente una "mujer de éxito" pues hace lo que más le apasiona como técnica de enfermería: atender a las personas en el área de triaje del hospital San Juan de Lurigancho.  

Violencia contra la Mujer

Nueve años antes no imaginaba que retomaría su trabajo. Esto fue posible cuando decidió aclarar la situación con su esposo y padre de sus hijos. Luego de aceptar durante mucho tiempo su maltrato, le dijo una tarde: ¿o vamos a un psicólogo o cómo es?

Todavía le dio una oportunidad para que eligiera. Él se fue de la casa y ella se quedó. Fue padre y madre de sus hijos. Trabajó de cocinera, costurera, desarrolló mil oficios, recuerda, no solo para asegurar un plato de comida, sino para olvidar los años de humillación.

Quise cortar con el círculo de la violencia, que mis dos hijos varones y mi hija no repitieran lo que veían en casa. No fue sencillo, no es fácil decir basta ya, pero tuve que mirarme en el espejo y empezar a creer en mí", contó a la Agencia Andina.

Violencia contra la Mujer

No iba a depender de nadie nunca más. De ello tuvo certeza tras participar en los talleres de espiritualidad impartidos por la diócesis de San Juan de Lurigancho y por el Ministerio de la Mujer.

“Esto pasó hace 15 años. Superé esos tristes momentos con ayuda del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual (PNCVFS), que en el 2002 me invitó a ser una facilitadora activa en San Juan de Lurigancho. Voy a luchar contra la violencia hacia la mujer hasta que me muera.” 

El programa Facilitadoras(es) en Acción ha logrado reunir desde que se inició en Lima el 2002 a 11,500 voluntarios, quienes tienen la tarea de visitar casa por casa a las familias para compartir con ellas el abecé de la prevención de la violencia familiar y sexual.

“Ya no me convencen con dulces palabritas”


A Graciela Izquierdo Castillo la convocaron para ser facilitadora el 2002, luego de haberse separado dos veces de su pareja. Es madre de cuatro hijos e hizo de todo para mantenerlos. Atendiendo los "consejos" de sus padres y familiares que le decían "dale otra oportunidad", había tolerado muchas frases hirientes de su pareja.

Violencia contra la Mujer

Próxima a cumplir 70 abriles, Graciela reconoce que de no ser por su constancia y diversas capacitaciones que recibió sobre liderazgo y autoestima no hubiera podido cambiar.

Aprendí a no ser sumisa, a volverme fuerte y no ser voluble para cambiar mis vivencias. Hoy las chicas son más liberales y pueden decir lo que piensan, no se avergüenzan en admitir que el marido no lleva dinero a casa y se las ingenian. Hoy trabajo para que las mujeres no sufran más”, afirma. 

En la actualidad, Graciela tiene un negocio exitoso de chocolates, los cuales ella elabora a base de cacao y maní. Le tuvo que poner "punche" para sacarlo adelante. Antes había sido electricista, vendedora ambulante y carpintera. Pero fue a partir de 1983 cuando aceptó ser promotora de salud para ayudar a su comunidad en un momento en que su vida tomaba el rumbo que ella quería.

Ahora ya es abuela y bisabuela y aprecia ser parte de este programa, que congrega entre facilitadoras, facilitadores y agentes comunitarios a un total de 11,700 personas voluntarias, en su mayoría mujeres que vivieron la violencia de género en sus hogares y que hoy son formadas para hacer realidad la equidad entre hombres y mujeres. 

“Preparación psicológica para ser papás”

 
Pablo Córdova Huatuco vivió el maltrato de sus padres, que luego él mismo ejercería contra sus hermanas y hermanos cuando fue adolescente y adulto. Felizmente, dice, ya todo pasó. Y de esa experiencia aprendió que era mejor tener pocos vástagos, para educarlos y amarlos bien.

Violencia contra la Mujer

Por eso tuvo la precaución de ser padre de un solo hijo y guardar sus energías para viajar por Latinoamérica y hacer lo que más le gusta: conocer personas de diferentes países.

Antes de ser parte del programa de facilitadores del Mimp, hace 17 años, se dio cuenta de que no quería que la violencia distorsionara la vida en el hogar que ya formaba. Así es como aceptó la invitación de sus vecinas para integrar una organización que promovía los derechos de las mujeres. 

Violencia contra la Mujer

“Allí empecé a valorar a las mujeres. Poco a poco he entendido que es mejor que los hombres se realicen evaluaciones psicológicas antes de casarse, porque no estamos bien si agredimos a las mujeres.” 
 
Es facilitador desde el 2011 y para el 15 de este mes está organizando una celebración por el Día Internacional de la Mujer en la comisaría de Bayóvar, al lado del centro comunal. 

Gladys, Graciela y Pablo son parte de esa legión de voluntarios resilientes que convirtieron sus momentos de tristeza y desamor en una fuerza vital para ayudar a mujeres y hombres a salir del círculo de la violencia familiar.


(FIN) SMS/RRC
GRM

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Publicado: 8/3/2019