“No me quiero ir todavía porque siento que me falta hacer muchas cosas. Quiero poner una ONG, un albergue para animales, quiero seguir estando en política porque puedo ayudar a más personas. Todos tenemos un propósito en la vida, y el mío es ayudar a las personas”, cuenta Milagros Gonzáles Sierra de 49 años.
Ella fue diagnostica de cáncer de mama y cuello uterino hace un año, sin embargo, ello no es impedimento para que siga cumpliendo sus metas. Acaba de graduarse en gestión pública, se casará a mitad de año con su pareja que le dedica el 100 % de su tiempo.
Su familia, sus cinco hijos y 4 mascotas son el principal soporte en esta difícil lucha que como ella señala, no la vencerá.
El Ministerio de Salud (Minsa) informa que, en el Perú, cada año se detectan 4,809 casos nuevos de cáncer de cuello uterino, de ellos, 2,545 fallecen; por día se identifican 13 mujeres con cáncer de cuello uterino y 7 fallecen.
Los primeros síntomas que alarmaron a Milagros fue el malestar general continuo, bajó casi 40 kilos de su peso rápidamente, no podía comer porque en su boca le aparecieron una especie de llagas, además de diversos moretones en sus piernas.
Al conocer estos síntomas, su sobrina que es médico, le recomendó realizarse una serie de exámenes. En el lugar donde le entregaron los resultados, le dieron su referencia al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).
“Cuando escuchas esa palabra (neoplasia), tú dices ¿por qué?, o sientes que ya tienes cáncer, sin embargo, debes esperar los resultados. Me diagnosticaron cáncer de cuello uterino, pero con el correr de los demás exámenes, me confirman que también tengo cáncer al seno izquierdo”, recuerda.
En un primer momento, Milagros trató de ser fuerte, sin embargo, era muy difícil de asimilar para ella y su familia, pues como dice, cuando tienes cáncer toda la familia lo tiene.
“En ese momento es importante el estado emocional, te juega en contra si estás deprimido. No les voy a decir que no me deprimo, sí, me deprimo y mucho, pero no me puedo permitir estar más de un día deprimida porque no me hace bien. Vivo el día a día, porque no me puedo perder en un solo día, y eso es lo que le transmito a las personas, podemos pasar por muchas cosas, pero Dios no suelta nuestras manos”, comenta.
Essy Maradiegue, directora de la Dirección de Prevención y Control del Cáncer (DPCAN) del Minsa, enfatiza que la detección temprana del cáncer de cuello uterino mejora las probabilidades de un tratamiento exitoso y previene que, cualquier cambio en las células del cuello uterino, se conviertan en cáncer.
Maradiegue Chirinos explica que uno de los factores de riesgo para que aparezca el cáncer de cuello uterino está relacionado a la infección por el virus del papiloma humano (VPH).
En un 99 % esta neoplasia es causada por esta infección, y dentro de los factores se encuentran la edad en la que las mujeres inician sus relaciones sexuales, a menor edad de inicio hay mayor exposición de riesgo de adquirir el VPH y en un futuro cercano a desarrollar el cáncer de cuello uterino.
Además, si se tienen múltiples parejas sexuales, deficiencias nutricionales, múltiples embarazos a término, consumo de tabaco y el uso prolongado de métodos anticonceptivos hormonales también aumenta el riesgo.
“Por ello, entre las medidas de prevención está el recibir la vacuna contra el VPH en niñas y niños entre 9 y 18 años, tener una dieta saludable, mantener un peso adecuado, realizar actividad física, no consumir tabaco, evitar comportamientos de riesgo como relaciones sexuales inseguras, limitar la cantidad de parejas sexuales, usar preservativo y realizarse sus chequeos de manera regular”, explica.
Y es que la prevención es un punto fundamental para vencer esta neoplasia que es la primera causa de muerte entre las mujeres en nuestro país.
En el 2015, a la señora Julia Rafael Salvador, durante un chequeo ginecológico de rutina en el Hospital Santa Rosa, se le detectó una anomalía en el Papanicolau. De inmediato, el médico ginecólogo la derivó al Departamento de Oncología, donde los especialistas identificaron y trataron la displasia cervical en una etapa temprana.
“Mi madre falleció de cáncer de cuello uterino, fue muy difícil y yo no quería que mis hijas pasaran por eso. Yo iba a mi consulta como todos los años y cuando me dijo mi oncólogo que tenía un pre cáncer, muchas cosas pasaron por mi mente. Ya me veía morir. Salí derrotada del Hospital y no sabía qué decirles a mis hijas. Me agradezco a mí misma porque gracias a la continuidad de mis chequeos puedo decir con mucha certeza que la prevención fue un milagro porque sí no acudía a hacerme mis controles iba a ir cuando ya estaba todo avanzado”.
Para Julia, todas las operaciones que le practicaron significaban un riesgo, pero a la vez un milagro.
“Mi oncólogo estaba siempre a mi lado, luchando para que yo pudiera vivir. El mirar el rostro de mis hijas es lo que me daba la fortaleza. Si no hubiera prevenido no las hubiera visto crecer. Fue muy difícil, pero lo superé”, destaca Julia.
El caso de Teresa Fernández (35) refuerza la importancia de la prevención. Ella no presentaba ningún síntoma y mucho menos pasaba por su cabeza el tener en algún momento cáncer. Sin embargo, todo cambió cuando la empresa en donde iba a trabajar le solicitó un examen ocupacional.
“Es ahí en donde empezó mi calvario. Me dijeron que asista a un ginecólogo porque detectaron una infección urinaria, me realizaron la prueba de Inspección Visual con Ácido Acético (IVAA) y luego una biopsia, los resultados era pre cáncer. Cuando escuchas esa palabra, lo asocias a la muerte. Escuché diversas opiniones y llegué al INEN en donde empezó mi lucha contra esa enfermedad”, comenta.
Hoy en día, como señala Teresa, está feliz, contenta y libre de cáncer, pero sobre todo que sigue estudiando y trabajando para salir adelante con su hija.
“La prevención es muy importante y la frase ´Prevenir el cáncer de cuello uterino está en tus manos´ es muy cierta. Ahora tenemos a la mano las vacunas contra el VPH que es una gran estrategia y ayuda del Minsa para la prevención de esta enfermedad. Por ello, estamos trabajando para que VPH no signifique virus del papiloma humano sino vivir para la humanidad”, destaca.
El cáncer de cuello uterino no avanza de un día para otro, demora en promedio entre 10 a 20 años en desarrollarse, tiempo suficiente para que un profesional de salud pueda salvar a una mujer, porque al detectarse el virus o una lesión premaligna pueda recibir un tratamiento para evitar su desarrollo en cáncer.
Por ello, hoy Milagros Gonzáles les dice a sus familiares, amistades y a quienes recién conoce que deben hacerse sus chequeos anuales, papanicolaou, mamografías, porque es mejor prevenir que lamentar. “A cada persona que me dice que siente una molestia le digo que se haga su chequeo, muchas me dicen que tienen miedo, pero les digo que yo, por tener miedo, estoy en esta situación”.
En el día de la madre, Milagros les dice a esas madres que tienen un diagnóstico de cáncer que “disfruten su día, coman rico, bailen, abracen, se sientan orgullosas de la mujer que son, si tienen la fortaleza de traer una vida al mundo, tienen la fuerza y fortaleza para vencer esta enfermedad. Y a las mujeres y madres que están sanas regálense un chequeo general porque primero es la prevención”.
Datos:
La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es muy importante porque contribuye a la prevención del cáncer del cuello uterino.
En el caso del tamizaje o la detección precoz, el Minsa, de acuerdo a su norma técnica, cuenta con tres tipos de tamizaje para la población femenina entre los 25 a 64 años de edad: Papanicolaou (PAP), la Inspección Visual con Ácido Acético (IVAA) y la prueba molecular o detección molecular del VPH (DM-VPH).
Estos tamizajes deben realizarse principalmente a toda mujer con vida sexual activa para prevenir el cáncer de cuello uterino y/o detectarlo a tiempo. La causa más común de cáncer de cuello uterino es la infección del VPH que se adquiere a través de las relaciones sexuales.
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