Una niña que saborea un chupetín, un padre que lleva de excursión a sus hijos, un anciano que se levanta cada mañana para disfrutar la luz del nuevo día... Los tres tienen algo en común: están felices. Existen tantas ideas de felicidad como personas hay en el mundo y en el Perú las respuestas son diversas a la pregunta ¿qué te hace feliz?
En una breve encuesta al celebrarse hoy el
Día Internacional de la Felicidad, la
Agencia Andina constató que tocar la guitarra, degustar un contundente plato de comida o simplemente beber un café junto con el mejor amigo puede llenar de felicidad a muchos adultos; mientras que la misma sensación pueden provocarle los videojuegos a un adolescente.
Y si bien el Perú está en el puesto 65 de 156 países "más felices", según el más reciente Ranking Mundial de la Felicidad, la psiquiatra Vanessa Herrera, experta en
salud emocional, nos explica el concepto de este término que todos quieren hacer suyo.
“La felicidad es sentirnos bien con nosotros mismos. Con nuestras familias, con nuestra comunidad. Compartir la vida sanamente para tener un presente saludable y así poder apostar por un futuro de bienestar”.
Para la especialista del
Instituto Nacional de Salud Mental, la felicidad es más importante en la vida de una persona que la economía. "Hablamos de la felicidad con equidad, con justicia social, con valores comunitarios y también cuidando el planeta, eso también contribuye a la dicha humana”.
Sobre la necesidad de beber alcohol para tener algún momento de felicidad, la psiquiatra dijo que cuando esto ocurre en exceso significa que la persona no puede sentirse suficientemente bien y recurre al alcohol para llenar vacíos en su vida.
¿La felicidad se enseña?
Los padres, afirmó Herrera, podemos enseñarles cómo ser felices a nuestros hijos. "Si disfrutamos del presente, si nos complace hablar con nuestra pareja, si mostramos afecto, si nos satisface nuestro trabajo, si nos desarrollamos académicamente..., con eso instruimos a nuestros hijos acerca de lo importante que es deleitarse de nuestras vidas saludablemente y ser felices”.
El expresidente de Uruguay José Mujica, quien pasó más de 10 años encarcelado y es conocido por sus sobrias disertaciones sobre la vida y la felicidad, dice: “O logras ser feliz con poco y liviano de equipaje, porque la felicidad está dentro de ti, o no logras nada. Esto no es una apología de la pobreza, esto es una apología de la sobriedad”.
¿El dinero importa poco?
Y, ¿cuánto influyen las posesiones y la economía dentro de la felicidad de una persona? La Agencia Andina buscó la respuesta con el humorista Hugo Salazar, quien a través de sus espectáculos y talleres ha brindado momentos felices a muchos peruanos.
“Yo identifico la felicidad con la tranquilidad, con la paz. No creo que signifique la cantidad de dinero que uno tenga en la cuenta bancaria, y tampoco es ese estado de hipnosis que uno siente de vez en cuando al presentarse una gracia. Efectivamente hay momentos y etapas de risas, pero no se puede vivir permanentemente así”, comenta antes de ingresar al canal de televisión donde labora.
Reconoce que el ser humano necesita una base material para poder vivir bien; pero, advierte, eso no es lo más importante. "Si mi salud está resquebrajada, si los médicos me prohíben que viaje, si no puedo tener
emociones fuertes, ¿de qué me sirve tener 5,000 millones de dólares en el banco?".
"Prefiero vivir tranquilo, estar saludable, escuchar un buen disco, tomar un buen trago, conversar con la gente a la que quiero y que me quiere...”, refiere Salazar.
En una antigua disertación sobre la felicidad, Facundo Cabral recordó lo que, según san Francisco de Asís, es la fórmula de la felicidad: “Deseo poco, y lo poco que deseo lo deseo poco”. Y añadía de su propia cosecha: “Lo mejor de la vida es gratis": desde el abrazo a papá, hasta decirles te amo a tus hijos; desde acompañar a tu mami viendo una telenovela, hasta decirle te amo a tu pareja.
¿Cómo nació el día?
Pocos saben que el Día Internacional de la Felicidad nació en el reino budista de Bután, uno de los países más pequeños y con menos población del planeta, ubicado en las cumbres del Himalaya, al sur de Asia, entre China y la India.
Allí, el 2 de junio de 1974, día de su coronación como rey de Bután -tras la muerte de su padre-, el príncipe Jigme Singye, de solo 18 años, dijo: “El índice de la Felicidad Interior Bruta (FIB) será más importante que el índice del Producto Bruto Interno (PBI)”. Y así fue.
Hoy, esta pequeña nación cuestiona al mundo: ¿Y si los indicadores de la macroeconomía mundial no fueran lo suficientemente exactos para medir el verdadero bienestar de la sociedad? Si medimos únicamente nuestra producción económica, ¿no estaríamos esclavizándonos solo a producir y producir y seguir produciendo? Por ello, en el Reino de Bután más importante que la producción económica es construir modelos de vida para alcanzar la felicidad.
Bután llevó esta interesante discusión a la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y así todos los países aprobaron que el 20 de marzo de cada año se celebre el Día Internacional de la Felicidad, y ese es el motivo por el cual usted está leyendo estas líneas. ¡Que tenga un feliz día!