Hoy, 23 de setiembre, se celebra el Día de la Aviación Nacional, en conmemoración de la hazaña del piloto peruano Jorge Chávez Dartnell, quien cruzó los Alpes piloteando su aeronave Bleriot hace ya 111 años, convirtiéndose en uno de los pioneros más importantes de la aviación mundial y en héroe de nuestra nación.
Jorge Chávez Dartnell nació en París, Francia, el 13 de enero de 1887. Sus padres fueron peruanos. Desde muy joven se sintió atraído por la velocidad, destacó como deportista y atleta. Se graduó como ingeniero a los 21 años en la escuela parisina “Violet”.
Él quería ser piloto de aviones. En febrero del 1910, su afición lo lleva a ingresar a la escuela del aviado. El 28 de febrero, Chávez realiza el primer vuelo de su vida en un biplano, manteniéndose en el aire 1 hora y 42 segundos. Luego de eso, obtiene su brevete internacional de piloto número 32.
Como pionero de la aviación, Jorge Chávez llevó al límite la tecnología de la aviación e inspiró a otros pilotos. Siempre estaba resolviendo problemas del campo aeronáutico y sugiriendo modificaciones a su aeronave.
Participó en varias competencias aéreas y destacó en muchas de ellas. Alcanzó el récord mundial de altura dos veces, superándose a sí mismo, en la última ocasión alcanzó 2,652 metros. Esto hacía presagiar que podría conseguir su más grande proyecto: la travesía de los Alpes.
En setiembre de 1910 participó en un nuevo concurso que consistía en volar los Alpes suizos y aterrizar en Italia. El despegue de su monoplano fue perfecto y llegó al valle de Domodossola (Italia). Logró la hazaña. Sin embargo, cuando estuvo a punto de aterrizar, las alas de su nave se desprendieron y se precipitó a tierra.
Jorge Chávez quedó gravemente herido, no pudo recuperarse de las fracturas y contusiones y, cuatro días después, murió. Sus últimas palabras fueron: “Arriba…siempre arriba”.
Sus restos fueron repatriados al Perú con solemnes ceremonias en 1957 y hoy reposan en la plaza de Armas de la base aérea Las Palmas, en Surco. El Aeropuerto Internacional en Lima lleva su nombre y en el Campo de Marte de Lima se levanta un monumento imponente que honra a Chávez.