Anotó que esta red se extendió a lugares más lejanos en la sierra y la selva de nuestro país y hacia la costa de Ecuador. Prueba de ello son los diseños y materiales con los cuales confeccionaron los objetos encontrados tanto en el valle de Supe como en el litoral.
Vinculo armonioso con el mar
La investigadora resaltó que los hallazgos de Áspero muestran también que la relación de los antiguos peruanos con el mar era armoniosa y ello permitió una actividad pesquera sostenible, con un aprovechamiento racional de los recursos hidrobiológicos y con una visión transversal del territorio que les permitió agenciarse de los alimentos e insumos para su desarrollo cultural y comercial, con el cual tuvieron una presencia de más de 1,000 años.
A ello se suma el conocimiento avanzado que alcanzaron los moradores de Áspero en la elaboración de aparejos de pesca, como las redes y anzuelos que no dejan de sorprender en la actualidad y que constituyen una herencia cultural importante para la población de Supe dedicada hoy en día a esta actividad económica.
Consideró que estas son lecciones que nos han dejado los antiguos peruanos de Caral, basadas en el enfoque transversal del territorio, nos ayudarían mucho a lograr un desarrollo e integración social y económico que evitaría el abandono del campo por la migración a las ciudades, dado que el progreso sería más equilibrado al interior del país.
Avances en investigación y puesta en valor de Caral
Shady afirmó que como parte de los objetivos del Plan Maestro de la Ciudad Sagrada de Caral, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1999, se realiza la investigación en once sitios arqueológicos y se ha puesto en valor hasta el momento tres centros urbanos que se encuentran muy cerca del litoral.
Uno de ellos es el centro denominado Piedra Parada, localizado en la margen izquierda del valle bajo del río Supe. Sus edificaciones fueron distribuidas en una extensión de 37.54 hectáreas durante el Período Formativo Temprano, en una época posterior a Caral y Áspero, entre los años 1,850 y 1,550 antes de Cristo. En un recinto de uno de los principales edificios se encontró un friso de serpientes bicéfalas, que recuerdan al diseño encontrado en el Edificio Piramidal Mayor de la Ciudad Sagrada de Caral y que fue un ícono muy característico de la cultura Lima, que surgió 3,000 años después de Caral.
El segundo centro es El Molino, que se encuentra en la margen derecha del valle bajo de Supe, donde quedan restos de lo que fue el espacio de convergencia o plaza central, dos edificios piramidales y un área con arquitectura menor. Los principales edificios se caracterizan por sus plataformas escalonadas, salones ceremoniales con banquetas y fogones. La evidencia obtenida sugiere su desarrollo durante el período Formativo Temprano.

Era de Pando es el tercer centro urbano que se ha puesto en valor y se ubica también en la margen derecha del río Supe. Empezó a ganar preeminencia al finalizar el período Formativo Inicial, hacia el año 2,200 antes de Cristo. Está conformado por 48 edificios, ocho de ellos de forma piramidal, distribuidos sobre 50 hectáreas, entre las partes alta y baja del valle.
Shady manifestó que las investigaciones en los otros sitios arqueológicos continúan y seguramente depararán nuevas sorpresas positivas y que marcarán nuevos hitos en el conocimiento de la compleja organización social de la civilización más antigua de América.
Shady adelantó que la Zona Arqueológica Caral, que ella dirige, ha preparado un programa especial para tan importante efemérides que incluye la participación de la población de Supe, dado que la labor profesional no solo se circunscribe a la investigación científica, sino que tiene un importante componente social y educativo porque contribuye al mejor conocimiento de la extraordinaria herencia cultural y al fortalecimiento de la identidad local y nacional.
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