Aunque Ernesto y Elí no se conocen entre sí, sus historias comparten muchas similitudes. A pesar de las limitaciones económicas de sus familias, ambos encontraron en el servicio militar la oportunidad para acceder a una carrera universitaria sin necesidad de preocuparse por los excesivos gastos.
La perseverancia y el esfuerzo son las principales características de estos jóvenes soldados que lograron convertirse en ganadores del
primer momento del concurso Beca 18, convocatoria 2024. En esta nota, comparten sus primeras reacciones al ver sus nombres en la lista de seleccionados, así como su lucha por alcanzar una beca y sus nuevas metas profesionales.
Del cuartel a las aulas
Ernesto Isaac Guerrero Palomino nació en el distrito de Pichanaqui, ubicado en la provincia de Chanchamayo, en Junín, en el seno de una familia humilde dedicada a la agricultura. Aunque a simple vista parece un joven normal de 20 años, su postura recta y las manos en la espalda, en posición de descanso, delatan su formación militar.
Con el objetivo de ayudar a su familia con los gastos del hogar, Ernesto decidió realizar el servicio militar voluntario en el Ejército al cumplir la mayoría de edad. Lo que nunca imaginó es que la vida militar le abriría el camino para una de las becas del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
Después de dos años en los cuarteles, postuló al concurso Beca 18 en la modalidad Fuerzas Armadas, donde logró obtener el primer puesto. Gracias a este beneficio, pudo iniciar la carrera de Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Ahora puede estudiar sin que lo perturbe la falta de dinero. Además de la matrícula y las pensiones mensuales, la beca 18 de Pronabec también cubre sus gastos diarios como alimentación, pasajes, material de estudios, entre otros.
“Mi objetivo próximo es terminar la carrera y hacer mi servicio al Perú, pero también me gustaría continuar estudiando y especializándome en el extranjero”, comentó a la Agencia Andina.
Ernesto espera que su historia inspire a otros cadetes que, al igual que él, desean cursar estudios universitarios con el apoyo de una beca. Por ello, los anima a perseguir sus sueños y aprovechar las oportunidades que ofrece Pronabec.
“‘No se abandonen’, este es un término que usamos en el cuartel, porque es cierto, a veces, cuando se entra en esta rutina (militar) uno se olvida de estudiar, se olvida de lo que aprendió saliendo del colegio, así que les aconsejo no abandonarse y darle duro al estudio. Aunque parezca difícil, con esfuerzo pueden hacerlo”, agregó.
Motivación familiar
Elí Maldonado Zamudio, segundo puesto de la modalidad FF. AA de Beca 18-2024, creció en el centro poblado de Huachocolpa, en la provincia de Tayacaja, en Huancavelica, junto a sus abuelos maternos, quienes se dedican a la agricultura.
Al igual que el 90 % de becarios, el joven talento proviene de una familia de escasos recursos económicos. Debido a esto, tuvo que posponer por un tiempo su sueño de continuar sus estudios universitarios y optó por unirse a la Fuerza Aérea del Perú.
Al año de servicio, los encargados en la FAP le comunicaron los beneficios que tiene la institución con distintas universidades, institutos y programas educativos, entre los que se encontraba Beca 18, a donde postuló sin dudarlo.
Aunque falló en su primer intento, no se rindió, volvió a postular en el 2023 y esta vez logró aprobar con éxito el examen de preselección de Pronabec y luego ingresar a la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas para estudiar la carrera de Ingeniería de Sistemas.
“Yo solo tengo a mi mamá y a mis abuelitos, así que cuando vi los resultados los llamé inmediatamente para contarles, se pusieron muy felices. Aparte de ser el primer profesional de mi familia, esta beca me ayudará a darles una mejor vida”, resaltó.
Para sus compañeros militares, Elí les brindo el siguiente mensaje: “Tengo 21 años, he postulado dos veces y entiendo la presión que tienen por obtener la beca, pues ven a muchos de sus amigos o conocidos que ya están en la universidad o van a mitad de la carrera pero eso no debe desanimarlos, sigan estudiando. Puedes perder el rumbo por un momento, pero no para siempre”.
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