El Fenómeno El Niño es un evento climático cíclico que puede tener un impacto devastador en la infraestructura del norte del país. Para prevenir los daños asociados a este fenómeno, es crucial implementar estrategias de planificación y mitigación. En esta nota, exploraremos algunas medidas efectivas para proteger la infraestructura en la región y minimizar los efectos negativos de este fenómeno.
Este año, el
ciclón Yaku ocasionó una gran cantidad de eventos negativos para el Perú, dejando a miles de familias damnificadas, con cuantiosos daños en infraestructura. Derivado de este evento, hoy existe una gran preocupación por la futura llegada del Fenómeno de
El Niño Global porque, de acuerdo con investigaciones recientes, este
afectará especialmente la zona norte del país.

Prevenir daños en la infraestructura en el norte del país debido al Fenómeno El Niño requiere un enfoque integral que involucre monitoreo constante, diseño resiliente, educación pública y colaboración entre diversas entidades. Con medidas proactivas y una planificación adecuada, es posible minimizar los efectos negativos y proteger la vital infraestructura de la región.
Es fundamental estar debidamente preparados y disponer de planes de contingencia ante las lluvias intensas ocasionadas por este fenómeno climático. Se prevé que el punto álgido de estas precipitaciones se alcance en noviembre de 2023 y durante los primeros meses del 2024.
Por ello es importante establecer sistemas de monitoreo climático avanzados, los cuales permitirán detectar las señales iniciales del Fenómeno El Niño. Una alerta temprana brinda tiempo valioso para preparar y reforzar la infraestructura vulnerable.

Es por eso que evaluar y fortalecer puentes, carreteras y edificios resulta esencial. Los estándares de construcción resistentes a eventos climáticos extremos deben aplicarse para asegurar la durabilidad de las infraestructuras del hogar. Es importante adoptar prácticas de diseño que tomen en cuenta las condiciones climáticas extremas, como el aumento de las lluvias, los sistemas de drenaje y las estructuras de contención deben ser diseñados para manejar las crecidas repentinas.
Invertir en infraestructura resiliente implica construir con materiales y técnicas que puedan resistir los embates del Fenómeno El Niño. Esto incluye barreras de contención costeras y sistemas de protección contra inundaciones.
Del mismo modo, la reforestación de áreas vulnerables y la gestión adecuada de cuencas hidrográficas pueden reducir el riesgo de inundaciones. Los árboles ayudan a retener el agua y estabilizar el suelo.
Desarrollar planes de evacuación eficientes y claros es esencial para proteger a las personas en caso de emergencia. Estos planes deben considerar la ubicación de la infraestructura y las rutas de evacuación: reforzar los puntos críticos de todas las cuencas donde existe alta probabilidad de que se desborden los ríos y evacuar de inmediato a las personas que habiten en las riberas que están en grave riesgo.
Por último, es prioritario garantizar el acceso a los servicios básicos de calidad, como agua potable, desagüe y electricidad; de salud y transporte. Realizar acciones como la limpieza del sistema actual del alcantarillado en las regiones costeras como una alternativa de desfogue del agua ante eventuales lluvias torrenciales, y así evitar las inundaciones que se han registrado en Lambayeque y Piura, tras el paso del ciclón Yaku.
