Andina

Cómo el Perú ayudó a la conquista del espacio

En abril próximo Radio Observatorio de Jicamarca cumple 59 años al servicio de la ciencia

Foto:Andina/Braian Reyna

Foto:Andina/Braian Reyna

06:30 | Lima, mar. 2.

Fue pensado para un uso de solo 10 años, pero ha sobrevivido casi seis décadas: el radar ionosférico más grande del mundo está en el Perú y -quizá los más jóvenes no lo saben- ayudó en su momento a conquistar el espacio.

A 45 minutos al este de Lima y sobre un área de 90 mil metros cuadrados se encuentra el Radio Observatorio de Jicamarca (ROJ), el más potente de su tipo para el estudio y observación de los fenómenos que ocurren en la ionósfera.

En concreto, la información que recoge este radar ayuda a refinar las tecnologías de la comunicación para buen funcionamiento del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), de la televisión satelital o de los vuelos de avión.

“Muchas veces encontramos fallas en nuestra geolocalización y esto se debe, en gran medida, a que en ese momento está ocurriendo una tormenta electromagnética en la ionosfera”, explica a la Agencia Andina Marco Milla, director del Radio Observatorio de Jicamarca.

La actividad solar produce variaciones en la ionósfera, lo que puede alterar la propagación de las ondas electromagnéticas. Esto, a su vez, puede causar interferencia en las telecomunicaciones y señales de GPS, pudiendo afectar los transportes que dependen de ello, explica la institución.

Carrera espacial

Si bien la utilidad del radar es hoy importante para las telecomunicaciones, lo fue también en la década del 60, cuando se construyó. En plena carrera espacial, científicos estadounidenses necesitaban saber las características de la alta atmósfera por donde, en teoría, tendrían que pasar los cohetes espaciales que llevarían al primer hombre a la Luna.

Por iniciativa del Laboratorio Central de Radio Propagación del National Bureau of Standards (NBS), en coordinación con el Perú, se construyó este inmenso radar con 18 mil 432 antenas, gracias a las cuales se puede obtener datos de más de 1,000 kilómetros de altura. 

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Posición privilegiada

Pero, ¿por qué construir un radar de estas características en el Perú? Existen en el mundo (Groenlandia, Puerto Rico) radares similares a la de Jicamarca, pero el del Perú tiene una ventaja que lo hace único en el mundo: su posición geográfica.

Tanto Jicamarca (Chosica), como las localidades que están a lo largo de todo el centro del país, están ubicadas sobre la Línea Ecuatorial Magnética, que es diferente a la Línea Ecuatorial Terrestre. 

El campo magnético se origina en el núcleo de la Tierra. Es una esfera de hierro fundido en continuo movimiento, lo que convierte a nuestro planeta en un enorme imán, y hace que, por ejemplo, las brújulas siempre señalen al norte. 

Sin embargo, este campo magnético no es para nada estable, y esa inestabilidad es lo que se estudia dentro del Observatorio de Jicamarca, que en abril próximo cumplirá 59 años de funcionamiento. 

La inestabilidad del campo magnético no solo afecta las comunicaciones y las geoubicaciones (GPS) sino que es determinante para que no llegue a nosotros el viento solar. Si el campo magnético no existiera, tal como sucede en Marte, la vida como la conocemos tampoco existiría.

El observatorio de Jicamarca, al encontrarse sobre el ecuador magnético, tiene una posición privilegiada, ya que puede observar las distorsiones que se producen en la alta atmósfera de forma perpendicular (la distancia más corta es la línea recta).


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Gracias a las mediciones que se hicieron con este radar, la comunidad científica pudo conocer la ionosfera (área de la atmósfera donde converge el campo magnético de la Tierra con el de Sol), y así supieron las características que deberían tener los cohetes y satélites que deseaban mandar al espacio. 

En 1965, desde Jicamarca ya se había medido la aspereza de la superficie de la Luna. Dichas mediciones se efectuaron conjuntamente con la NASA para el proyecto Apolo 11, a fin de que Neil Armstrong en 1969 tuviera conocimiento de qué iba a pisar.

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Actualmente, la estación de Jicamarca forma parte de una cadena de radio observatorios que se ubican en el Hemisferio Oeste y va desde Lima hasta Groenlandia. Los resultados que arrojan los observatorios  tienen una gran incidencia en distintos ámbitos como la navegación aérea, el manejo de los satélites o los viajes de los transbordadores espaciales.

El observatorio está bajo la administración del Instituto Geofísico del Perú, el cual es operado por personal peruano capacitado, con el apoyo de la US National Science Foundation, gracias a un acuerdo cooperativo con la Universidad Cornell, EEUU.


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(FIN) LIQ/RRC

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Publicado: 2/3/2020