Al final de la educación secundaria, elegir una carrera profesional siempre ha sido la causa de episodios de ansiedad y estrés entre adolescentes. Pero hoy, en una coyuntura de incertidumbre por la pandemia del covid-19, el problema se agudiza e impacta en forma negativa en el rendimiento de los estudiantes.
“Hay desmotivación entre los jóvenes, a veces abandono y mucha inseguridad frente a una realidad volátil e incierta –opina la psicóloga Natalyn Núñez Cárdenas, especialista en orientación vocacional–. Y todo ello dificulta una asertiva toma de decisiones para el futuro”.
En las familias con posibilidad de asumir los costos de la educación superior, los padres y madres se preguntan: “¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a elegir bien su carrera?”. En su taller de orientación vocacional gamificado, Natalyn Núñez comparte tres herramientas para responder esa interrogante.
1. Convalidar emociones y sentimientos.
El papel que juegan los padres en este proceso es fundamental. Por ello, en primer lugar, es necesario convalidar las emociones y los sentimientos de los adolescentes, pues ellos están viviendo su propia crisis, además de los cambios típicos de la edad.
Para abordar esta tarea, los padres pueden emplear frases como “Entiendo cómo te sientes en este momento, hija”, “Creo que yo también me sentiría igual de triste, hijo”, “Supongo que, en una situación así, yo estaría tan molesto como tú”.
2. Hablar menos y escuchar más.
La segunda herramienta es simple: hablar menos y escuchar más. Hay que ayudar a los adolescentes en su autoanálisis para que ellos mismos descubran sus preferencias y verdaderos intereses, lejos de la presión familiar o social con respecto al futuro.
Evitemos juzgar las preferencias de nuestros hijos y demos apoyo para que sus decisiones conecten con su pasión. Para ello, podemos recurrir a preguntas básicas como: “¿Disfrutarías haciendo eso todo el tiempo?”, “¿Qué rol ejercerías en esa actividad?”, “¿Podrías cambiar el mundo haciendo eso?”.
3. Crear un plan de desarrollo personal
La tercera herramienta es co-crear un plan de desarrollo personal que sea la hoja de ruta para los siguientes pasos del estudiante y donde se especifiquen las acciones a corto, mediano y largo plazos. Los padres deben comprometerse a formar parte de la red de colaboración que contribuye al logro del objetivo.
Los padres acompañan la ejecución del plan y dan seguimiento a cada una de las etapas y objetivos. Frases para esta tarea son: “¿Te parece si buscamos profesionales que trabajen en esa rama?”, “Te ayudaré a buscar todas las instituciones que ofrecen esa carrera y cuál se ajusta a nuestro requerimiento”.
No minimizar el impacto
En medio de la pandemia, muchos adolescentes no solo han perdido a un ser querido, sino también el viaje de promoción, la fiesta de despedida, el contacto con los amigos. “Esta es una etapa muy difícil y lo menos que debemos hacer los adultos es minimizar esos efectos”, acota Núñez Cárdenas.
Esas pérdidas impactan fuertemente en áreas clave del desarrollo humano, como la afectiva, la psicológica, la emocional, la física y la social, por mencionar solo algunas. “Y, como vemos, todas son fundamentales”.
Por ello, basada en su experiencia con los talleres de orientación vocacional gamificados, la psicóloga propone algunas acciones clave en este proceso.
Por ejemplo, es necesario el soporte y acompañamiento de un adulto que ayude a disipar las dudas e inquietudes de los adolescentes; asimismo, identificar un mentor que forme parte de la red de apoyo para agilizar la ejecución de los siguientes pasos del plan de desarrollo personal.
Además, “hay que generar espacios (virtuales por ahora) donde puedan interactuar con otros adolescentes, ya que así se darán cuenta que no están solos en el proceso, sino que hay muchos jóvenes que están viviendo, sintiendo y pensando lo mismo que ellos".
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(FIN) CCH
Publicado: 7/11/2020