En medio del bullicio y la algarabía del Gran Corso del Carnaval en Cajamarca, una figura se destaca entre la multitud: Nataly, representante del centro poblado de Río Grande. Con la gracia y la elegancia que los cajamarquinos saben mostrar, nos relata con entusiasmo los detalles de su carro alegórico, un verdadero homenaje al carnaval de antaño.
"En nuestro carro alegórico representamos lo que es el carnaval de antaño", nos aclara Nataly, con un brillo de emoción en los ojos. Refiere que su motivo rememora al carnaval antiguo, el cual busca utilizar los instrumentos tradicionales. "No como ahora, que se ha modificado con el uso de las tarolas, el bombo..., que le dan un sonido distinto al carnaval actual", explica. Con un tono de nostalgia describe los elementos que adornan su carro: "Nosotros portamos elementos como la guitarra, la tumba y el violín, instrumentos tradicionales de nuestra querida Cajamarca".
Al inquirirle sobre el tiempo que les tomó realizar este impresionante carro alegórico, Nataly nos revela el arduo trabajo detrás de cada detalle. "Aproximadamente dos meses..., desde fines de diciembre ya se estaba viendo la idea y luego se ha ido materializando poco a poco para tener el resultado que hoy observamos".
Pero, más allá de la labor física, Nataly nos comparte la principal razón de esta preparación. "La finalidad que tenemos como centro poblado es recordar en realidad cuál es nuestro carnaval, nuestro carnaval antiguo, tradicional, y sobre todo los instrumentos que se deben presentar en el carnaval", admite con orgullo.
"Patrullas, comparsas y el carro alegórico son parte de la representación de nuestro centro poblado", enfatiza Nataly, destacando la importancia de cada elemento en la celebración. "Se busca la representación de nuestro centro poblado y que este sea reconocido, ya que se encuentra un poco aislado de Cajamarca", comenta.
Con estas palabras, Nataly nos transporta a las calles de Río Grande, donde el carnaval cobra vida con cada nota musical y cada paso de baile. Su dedicación y pasión son un reflejo del espíritu festivo que se vive en cada rincón de Cajamarca, recordándonos que, más allá del brillo y el color, el carnaval es una celebración de la identidad y la tradición.