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Carla Arce-Tord, la astrofísica peruana que estudia la formación de estrellas y planetas

Conoce a la científica que difunde datos astronómicos desde redes sociales como @astrocarlaa.

Sus investigaciones en radioastronomía se han desarrollado en la Universidad de Chile, trabajando principalmente con el observatorio ALMA, en Chile

06:35 | Lima, oct. 10

Por Sofía Pichihua

Con más de 118 mil seguidores en Instagram y 46 mil en TikTok, la astrofísica peruana Carla Arce-Tord -recientemente nominada a los Premios Women that Build de Globant 2023- tiene dos propósitos: hacer ciencia y divulgarla. Su principal campo de estudio se centra en la observación del espacio y el uso de datos de potentes telescopios para analizar las características que dan origen a la formación de las estrellas y los planetas.

En los últimos años, el desierto de Atacama se ha convertido en el centro de operaciones de Carla Arce-Tord, física de la PUCP y PhD (c) en Astrofísica por la Universidad de Chile.



Es allí, en el llano de Chajnantor, donde se ubica el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el interferómetro de radio más potente a la fecha. Esta instalación astronómica cuenta con 66 antenas, de 7 y 12 metros de diámetro, que operan como si fueran un solo telescopio gigante para la observación del universo. 

Este imponente observatorio ha contribuido en múltiples descubrimientos, incluyendo la reciente revelación del origen del extraño comportamiento de un púlsar, una estrella muerta que gira a muy alta velocidad.

La astrofísica peruana Carla Arce-Tord explicó a la agencia Andina  la importancia de la radioastronomía, que se dedica a estudiar el universo mediante la observación de las ondas de baja frecuencia como las ondas de las telecomunicaciones (Wifi, TV, radio), que se originan en el espacio de manera natural a través de procesos físicos desde explosiones de supernovas (explosiones estelares), pasando por emisiones de granos de polvo y gas que hay en el espacio, así como campos magnéticos. 

Se estima que el 15% de la materia visible es gas y polvo interestelar, y esta región es la que facilita el análisis de las cunas estelares. Es decir, que la radioastronomía, específicamente la microfísica del polvo cósmico, permite entender cómo se forman los planetas y las estrellas. 

Durante su doctorado trabajó cuatro papers con investigaciones enfocadas en la microfísica del polvo cósmico en distintas escalas de tamaño: desde nebulosas hasta formación de planetas.



El uso de telescopios

“El estudio de la microfísica del polvo ha ido evolucionando. Este campo es bien versátil y abarca distintos procesos astrofísicos. Dependiendo de las capacidades de observación y los futuros telescopios que se vienen desarrollando vamos a tener mejores habilidades para estudiar más a fondo cómo funciona la microfísica del polvo”, dijo.

A su vez, precisó, estos estudios dependen de la frecuencia o la longitud de la onda que se observa. Así como el telescopio espacial James Webb observa en el infrarrojo, el ALMA lo hace en ondas de radio. 

La joven divulgadora científica, dedicada a la astrofísica observacional, destacó la importancia de que se trabaje de manera colaborativa con datos de estos instrumentos científicos para complementar los rangos del espectro electromagnético.

También ha usado datos del telescopio espacial WISE (siglas en inglés de Wide-Field Infrared Survey Explorer) de la NASA, así como del telescopio William Herschel (WHT)  o del radio telescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA).

“Mi grupo de investigación apunta al Webb por la observación en infrarrojo”, señaló. Si tiene éxito en alguna convocatoria, el equipo tendrá acceso a tiempo de observación en el telescopio espacial de la NASA.

En el infrarrojo es posible ver la emisión de los granos de polvo de tipo térmico, debido al calor que se irradia. En el radio telescopio se observan fenómenos de emisión de tipo no térmico, originados más por un movimiento de las partículas, indicó. Es justamente por ello que ALMA es denominado un observatorio del “universo frío”.

“Las preguntas que aún no hemos podido responder son básicamente por limitaciones tecnológicas. No podemos observar fuentes muy débiles o muy lejanas o, de repente, no tenemos la suficiente cantidad de datos para sacar una conclusión fiable. Hay científicos dedicados a ramas específicas de la astrofísica que esperan un telescopio específico y cuando ese telescopio venga, sabe que van a atender información muy valiosa”, dijo.

Ese fue el caso del telescopio espacial James Webb, que facilita la observación de objetos muy lejanos en el espacio. 

Ciencia en redes sociales

Arce-Tord está convencida que, como científica, su labor no se limita a continuar con sus investigaciones, también su misión es divulgar la ciencia.

En octubre de 2020, abrió su perfil en Instagram -donde es conocida como @astrocarlaa- y ha compartido claves sobre descubrimientos y eventos científicos históricos de los últimos años como la puesta en órbita y las primeras observaciones del Webb, y la misión Artemis I.

El “Lunes de noticia científica” se ha convertido en uno de sus espacios más populares en Instagram y TikTok, mediante videos cortos en los cuales destaca investigaciones astronómicas.  

Su trabajo como divulgadora científica le ha permitido acercarse a un público cada vez más interesado por la ciencia. En julio pasado participó también en la Feria Internacional del Libro de Lima y esta semana fue ponente en la conferencia tecnológica Techsuyo, en Arequipa. 

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(FIN) SPV
Publicado: 7/9/2023