La lucha contra el cáncer implica una serie de tratamientos complejos y específicos, cada uno con sus propias características y aplicaciones. La quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia son herramientas fundamentales en este combate, pero ¿qué diferencias existen entre ellas y en qué momentos se utilizan?
Para arrojar luz sobre estas cuestiones, el oncólogo radioterapeuta y director de Oncodrip, Yan Carlos Vargas Caycho, proporciona a la agencia Andina detalles esenciales sobre estas modalidades terapéuticas, explicando su aplicación en función del estado y la complejidad del cáncer que enfrenta cada paciente.
Diferencias
Vargas Caycho explica que la quimioterapia se dirige directamente a las células neoplásicas para detener su crecimiento y desaparecerlas; la radioterapia daña directamente el ADN de la célula cancerígena, mientras que la inmunoterapia usa el propio sistema inmunológico del paciente para atacar la enfermedad.
En cuanto a la administración del tratamiento, la quimioterapia ingresa por la vena o la boca, inclusive puede administrarse de manera intraabdominal (por los tejidos que recubren los intestinos) o intratecal (por la columna), a fin de provocar un efecto en todo el cuerpo.
En cambio, la radioterapia es de uso local y se irradia solo en la zona afectada para destruir las células tumorales. En tanto, la inmunoterapia ingresa por el torrente sanguíneo para luchar en el camino con las células malignas.
Etapas y efectos secundarios
De la misma manera, el especialista expica que la quimioterapia se aplica en diferentes etapas del cáncer: al preparar al paciente para una cirugía, luego de una cirugía o también de forma preventiva, a fin de evitar una recaída por la enfermedad.
El radioterapia es el tratamiento principal para preparar al paciente ante una cirugía, y la inmunoterapia es un tratamiento adicional en caso los tratamientos anteriores no funcionen.
En cuanto a los efectos secundarios, la quimioterapia produce náuseas, vómitos, diarreas y caída de cabello, porque dañan las células sanas, mientras que la radioterapia, por aplicarse de manera local, daña igualmente la piel, los músculos y órganos de esa zona.
La inmunoterapia puede generar reacciones autoinmunes, es decir que el propio cuerpo empiece a atacar la partes de su cuerpo que se encuentran en buen estado.
Finalmente, la quimioterapia se usa en ciclos generales de 21 días; la radioterapia se aplica diariamente, menos los fines de semana, y el uso de inmunoterapia dependerá del tipo de lesión tumoral (para aplicarlo de forma continua o cíclica).
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JRA
Publicado: 18/4/2024