Este domingo 10 de setiembre se celebra el Día de la cocina y gastronomía peruana y no hay mejor pretexto para celebrar esta fecha que un suculento caldo de gallina, uno de los platos favoritos de los peruanos especialmente cuando baja la temperatura o cuando hay que recomponer el cuerpo.
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Ya sea en un puesto humilde o servido dentro de un restaurante, nadie se resiste a su inconfundible poder restaurador, buscado por quienes libran agotadoras jornadas o los que simplemente desean consentir el cuerpo tras una mala noche.
Desde expertos de la cocina hasta simples mortales, todos alaban esta emblemática sopa, preferida por chicos y grandes, quienes la piden en su versión completa, con fideos, papas, huevo, presa de gallina, cebolla china y hasta cancha serranita. O la prefieren en su versión light, con todos sus emblemáticos ingredientes, menos la presa.
Plato nutritivo
Para licenciado Olger Román, del Colegio de Nutricionistas del Perú, se trata de una sopa nutritiva.
“Si la consumen en invierno te va a dar sensación de bienestar inmediato porque se sirve muy caliente. Al estar acompañada de huevo, nos provee de fósforo, un mineral que ayuda a regular el funcionamiento del riñón en personas sanas”.
Aunque para muchos puede tratarse de un plato enorme, el especialista reveló que contiene las mismas calorías que podría tener un buen desayuno, almuerzo o cena.
Refirió que no hay un horario ideal para consumirla porque cae bien en cualquier momento del día.
“Queda claro que no se trata de una entrada, sino de un plato principal en cualquiera de nuestras comidas. Para algunos, el caldo de gallina puede ser un buen desayuno porque aporta carbohidratos, proteínas, minerales, vitaminas, además de hidratarnos”, detalló el experto en entrevista con la agencia Andina.
No rompe la dieta
Además del fósforo, el caldo de gallina nos provee de calcio, minerales del complejo B y macronutrientes muy importantes, entre ellos la proteína, para el buen mantenimiento de nuestra salud.
“Por ejemplo, alguien que entrena por la noche, fácilmente puede cenar un caldo de gallina y le va muy bien. Si, por el contrario, está en un plan de bajar de peso, esta sopa no romperá la dieta si decide no comer todos los fideos. Ahora, si es alguien que está buscando ganar masa muscular, lo ideal es terminarse el plato completo”.
Para quienes les tienen miedo a las grasita que puede tener su delicioso caldo o la piel de la gallina, Olger Román aclaró que las grasas son necesarias para metabolizar algunas vitaminas como la A y D, debido a que son liposolubles, haciendo énfasis en que se trata de grasas naturales, no procesadas.
Levanta muertos
Ante un caso de agotamiento físico, por exceso de trabajo, ejercicio físico o salidas nocturnas, el caldo de gallina nos ofrece también potasio, un poderoso mineral para prevenir las contracciones musculares y regula la función nerviosa. Este mismo beneficio es alabado entre quienes se encuentra débiles o mal del estómago.
“Hay que alimentarnos adecuadamente, libres de mitos. No hay que pensar que el pan engorda, el caldo de gallina engorda o que no lo debo comer por la noche porque engorda. Mientras se coma lo que corresponda, de manera variada, sin excesos, y teniendo un adecuado descanso, claro que vamos a estar saludables”, concluyó el especialista.
Ya lo sabe, pida sin culpa un delicioso caldo de gallina en el momento que más le apetezca porque, además de sabroso, es saludable y está al alcance de todos los bolsillos. Para qué más.
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Publicado: 9/9/2023