Durante el Foro Anual 2025 'Perspectivas Económicas 2026', organizado por la Asociación Peruana de Finanzas (APEF), explicó que el Perú ha recibido importantes flujos de capitales en el mercado de renta fija, especialmente en bonos soberanos, mientras que el tipo de cambio ha registrado una apreciación cercana al 10%, en línea con las monedas de la región.
Subrayó el repunte que ha tenido el precio del oro, pero resaltó que el cobre también ha mostrado una evolución favorable. Explicó que este comportamiento responde, en parte, a la creciente demanda asociada a la construcción de centros de datos, sector que viene registrando un fuerte incremento en inversión.
Agregó que la transformación energética mundial también está impulsando los precios, debido a la mayor demanda derivada de los procesos de electrificación vehicular y transición hacia tecnologías más limpias.
Condiciones externas permitirían alcanzar tasas superiores
En otro momento, el gerente general del BCR, Paul Castillo, explicó que la Reserva Federal ha reducido recientemente su tasa de interés y ha comunicado al mercado que mantiene una postura de “esperar y ver”, en la que prioriza obtener mayor información antes de adoptar nuevas decisiones.
Según detalló, las proyecciones anticipan una reducción adicional en 2026; sin embargo, el mensaje central es que los riesgos se encuentran relativamente balanceados. Con la actual tasa de interés, las condiciones monetarias son consideradas apropiadas para que los dos objetivos de la Reserva Federal —inflación y empleo— se mantengan alineados con el escenario previsto por la autoridad monetaria estadounidense.
Asimismo, mencionó que no se espera un ajuste abrupto de las condiciones financieras en los mercados internacionales. Recordó que los términos de intercambio continúan favorecidos por los altos precios de exportación, especialmente de los minerales, y destacó que estos alcanzan niveles no vistos desde 1950. “En la primera década de este siglo, un nivel alto de términos de intercambio permitió crecer alrededor del 5% o 6%, con tasas de inversión privada de dos dígitos”, indicó.
Actualmente, los términos de intercambio son incluso más elevados, lo que configura un entorno internacional muy favorable para retomar un ciclo de mayor crecimiento. Si bien el país crece alrededor del 3.3%, precisó que las condiciones externas permitirían alcanzar tasas superiores.
Exportaciones no tradicionales: el segundo motor del crecimiento
El gerente general subrayó que el dinamismo de la economía peruana no se explica solo por el efecto precio de los minerales. Las exportaciones no tradicionales también muestran un desempeño sobresaliente.
En el periodo agosto 2024 – septiembre 2025, el crecimiento promedio anual de estas exportaciones fue de 17.4%, la tasa más alta de la región. Además, Perú lidera envíos de productos como uvas, arándanos, espárragos y quinua, respaldado por una productividad agrícola que continúa en aumento.
Este sector, además, es uno de los que más empleo genera. Según Castillo, más de medio millón de personas trabajan actualmente en la agroexportación, con una tasa de crecimiento laboral que bordea el 24%, impulsando el consumo interno.
Demanda interna y confianza empresarial al alza
En el frente doméstico, Castillo indicó que la demanda interna muestra una recuperación significativa. La inversión privada creció 3.3% el año pasado y este año se aceleró desde 6% en el primer trimestre hasta 11% en el tercero. Esta tendencia está asociada a la recuperación de la confianza empresarial, que alcanza niveles no registrados desde hace cinco o seis años.
El indicador de masa salarial creció 7.8% entre enero y septiembre, mientras que las importaciones de bienes de capital avanzaron 17%, reflejando un mayor dinamismo en la inversión.
Asimismo, los medios de pago —pagos digitales, electrónicos e incluso circulante— crecen a ritmos de entre 10% y 12%, muy por encima del PBI, lo que confirma la expansión de la actividad económica.
Política monetaria cercana a la neutralidad
El BCR redujo en septiembre su tasa de referencia a 4.25%, nivel que se mantiene y que se ubica “muy cerca de la posición neutral”, explicó Castillo. Esta reducción, desde el pico de 7.75%, ya se ha transmitido al sistema financiero, impulsando el crédito, que crece a 5.6%, con buen desempeño del crédito corporativo e hipotecario.
Recordó que el Perú ha tenido una de las tasas de interés más bajas de la región durante todo el ciclo económico, en línea con una inflación estructuralmente menor. La inflación anual se mantiene alrededor del 2%, dentro del rango meta desde diciembre de 2023, y cerraría el año en torno al 1.7% o 2%.
Perspectiva 2026: riesgo manejable y fundamentos sólidos
Aunque reconoció riesgos externos —geopolíticos, comerciales o financieros—, Castillo sostuvo que el escenario base para 2026 es positivo. “Si estos riesgos no se materializan, el entorno internacional será favorable para la economía peruana el próximo año”, afirmó.
El país mantiene un nivel holgado de reservas internacionales (entre 26% y 28% del PBI), un tipo de cambio estable y un superávit externo sostenido por tres años consecutivos, condiciones que fortalecen la capacidad de respuesta ante shocks globales.
Finalmente, señaló que los factores que permitieron un crecimiento mayor al esperado en 2025 —alto ahorro interno, términos de intercambio récord y dinamismo exportador— seguirán presentes hacia el 2026, lo que abre espacio para que el Perú retome tasas de crecimiento más elevadas en los próximos años.