La empresa AGL, la mayor generadora de electricidad y la principal responsable de emisiones contaminantes de Australia, cerró este viernes las instalaciones de Liddell, la planta de generación energética con carbón más antigua del país oceánico.
Cambio a un futuro más limpio
“Liddell finalmente llegó al final de su vida técnica y ha llegado el momento de que se clausure la estación de forma segura y respetuosa para unirnos al cambio de un futuro más limpio”, dijo el director ejecutivo de AGL, Damien Nicks, en un comunicado publicado hoy.
“El mundo está cambiando, también AGL”, precisó Nicks sobre el cierre de la planta, inaugurada en 1971 en la zona de Upper Hunter (unos 250 kilómetros de la ciudad de Sídney) para proporcionar energía a alrededor de un millón de hogares y negocios.
AGL tiene previsto convertir las instalaciones de Liddell -cuyos trabajadores han sido transferidos a otros departamentos o han recibido indemnizaciones- en un centro industrial de energía renovable, que incluirá la construcción de una batería a escala de red de 500 megawatts.
Energías renovables
La clausura de Liddell se enmarca en los planes de AGL de transformar todos sus centros que operan con energía fósil en instalaciones de energía renovable a fin de reducir sus emisiones contaminantes en unas 8 millones de toneladas por año, lo que equivale a un 5 % de las emisiones del sector eléctrico australiano en 2021, indicó Nicks.
AGL es considerado el mayor contaminador de Australia, según los datos del portal especializado en energías renovables Renew Economy, y solo en el año fiscal 2021-22 la compañía emitió unas 39,5 millones de toneladas de gases contaminantes.
Las medidas anunciadas por la empresa van en línea con el giro en la política energética de Australia tras la elección en mayo de 2022 del primer ministro laborista Anthony Albanese, quien se ha comprometido a convertir su país en una potencia de energías renovables para luchar contra la crisis climática.