Después de cerca de 12 años de que el terremoto de Pisco provocara la destrucción del Templo del Señor de Luren, el Patrono de Ica retornó a su casa, convertida en una monumental obra de arte, además de haber sido reconstruida con sistema sismorresistente.
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Esta
obra monumental, que demandó más de 36 millones de soles, fue ejecutada con la más avanzada tecnología y respetando el diseño del templo, con la modalidad de Obras por Impuestos.
La empresa minera Shougang Hierro Perú S.A.A. asumió el reto de ejecutar el proyecto que incluyó la construcción, habilitación urbana y ornamental del Templo del Señor de Luren.
El 26 de noviembre del 2016 se inició la elaboración del expediente técnico y el 24 de octubre del 2017 empezaron los trabajos por parte del Consorcio Luren, conformado por las empresas Cosapi S.A e IVC Contratistas, y concluyeron el 31 de marzo último.
Proyecto
El proyecto denominado “Recuperación de los servicios religiosos y de tradición religiosa del Santuario del Señor de Luren de Ica” se concretó en 5,791 metros cuadrados.
Comprendió la construcción, restauración de naves (principal y laterales), altar lateral, la ampliación de todas las zonas intervenidas y el desmontaje y restauración de todas las pinturas, accesorios y otros del recinto.
Además, incluyó el baptisterio (zona donde se encuentra la pila bautismal), área del coro, torre, transepto (nave transversal que cruza la nave mayor y da forma de cruz latina), centro de interpretación, atrio posterior y el nártex (atrio separado del resto de las naves destinado a los penitentes y a los catecúmenos).
La obra, que tiene un área techada de 1,920.63 metros cuadrados, contempló la construcción de cercos metálicos, cisterna, servicios higiénicos, arquerías, pérgola, glorieta, quioscos, veredas, entre otras.
Debido a la importancia del Santuario del Señor de Luren y su protagonismo en la sociedad iqueña se decidió diseñarlo con las mismas exigencias y estándares que los de una “Edificación Esencial” de Categoría A, de forma tal que pueda soportar sismos de gran magnitud, incluso mayores al del 2007.
De acuerdo con las Normas Técnicas de Edificación, el templo iqueño es una "Edificación Importante" de Categoría B. Así, el sistema antisísmico empleado brinda un tiempo de vida no menor a 500 años a la nueva estructura.
Altar mayor
En la reconstrucción de la cúpula participaron escultores, pintores y arquitectos, lo que permitió rehacer y diseñar los detalles que convierten al templo iqueño en una verdadera obra de arte.
El altar mayor, lugar donde reposa nuevamente la venerada imagen del
Patrono de Ica, cuenta con una gran cruz de mármol travertino; los candelabros que penden a lo largo de la nave central iluminan el templo.
La reconstrucción de la torre principal, de aproximadamente 40 metros de alto y ubicada a la entrada de la iglesia, fue minuciosamente levantada, cumpliendo un riguroso control técnico.
Asimismo, las obras incluyeron la construcción del centro de interpretación o anfiteatro y un museo, ambos forman parte del complejo arquitectónico del Santuario del Señor de Luren.
Catedral de Notre Dame
En este proyecto se hizo una reconstrucción virtual 3D del templo y se empleó escáner láser y fotogrametría con dron, a fin de lograr mayor precisión en la reconstrucción. Se informó que la tecnología utilizada es similar a la que se empleará en la reconstrucción de la Catedral de Notre Dame de París, Francia.
Para reforzar los 3,400 metros cúbicos de concreto armado que demandó la reconstrucción de los muros del Santuario del Señor de Luren se utilizaron más de 330 toneladas de acero, material que brinda seguridad a la nueva edificación.
En los 523 días de trabajo de reconstrucción se logró edificar un templo idéntico al colapsado, pero con un mayor aforo (bancas para unas 700 personas).
En suma, muchos elementos arquitectónicos son iguales a los que tuvo el santuario antes de su destrucción, como la imponente puerta de madera de ingreso, los vitrales, la mampara de madera, los altares a la Virgen del Carmen y san Martín de Porras.
Mano de obra
Los trabajos estuvieron a cargo de 320 trabajadores, entre profesionales, técnicos y obreros, de los cuales 230 fueron pobladores de Ica.
Además, participaron 66 restauradores de Cusco, Ayacucho, Pasco, Lima, Piura y 14 de Ica. Ellos se encargaron de la etapa de acabados de arquitectura no convencional como molduras, policromado y vitrales.
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(FIN) NDP/JOT
Publicado: 16/6/2019