Presentaron en Arequipa primer prototipo de nave espacial animada (con movimiento) que diseñó el ilustre arequipeño Pedro Paulet Mostajo en 1902, invento que sirvió de base para que el hombre llegue a la luna en 1969, lo que le valió para recibir los títulos de padre de la astronáutica y pionero de la era espacial.
La Universidad Católica San Pablo (UCSP) decidió recuperar el legado inventivo del destacado arequipeño, luego de recibir unas maquetas donadas por la Fundación Gustavo Quintanilla Paulet, que el sobrino de Pedro Paulet construyó en 1995 para la exposición que montó a fin de difundir el trabajo científico de su destacado pariente.
La maqueta a escala y animada del autobólido, nos muestra que las alas pueden moverse de forma vertical y horizontal de acuerdo a lo que la nave iba a realizar. Según el diseño de
Pedro Paulet, esta podía despegar de la tierra, viajar en el espacio, acuatizar e incluso desplazarse por debajo del agua como un submarino.
La
punta del autobólido, que tiene forma de lanza, es otra de las partes que tiene movimiento. En la maqueta de la UCSP puede subir y bajar, y lo hace para orientar a la nave.
Pedro Paulet hizo el diseño de este modo porque al no haber aire en el espacio, su nave no necesitaba de hélices o planeadores como sí pasa con los aviones.
La maqueta del autobólido gira hasta 180 grados en su base, movimiento que se logra gracias a un sistema mecatrónico incorporado, precisó Eber Huanca Cayo, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la universidad, quien lideró este proyecto.
“Hemos incorporado un sistema mecatrónico a la maqueta original para lograr animarla. También le instalamos microcomputadoras que son operadas con un comando que le ordena los movimientos. Antes hicimos modelos por computadora. Nuestra finalidad es que así se entienda mejor el diseño de Pedro Paulet”, manifestó Eber Huanca.
Tras señalar que otro aporte realizado por los investigadores y especialistas de la UCSP, fue el armado interior de la cabina de los astronautas. Para hacerlo usaron piezas impresas en 3D o con corte laser y los acabados fueron hechos a mano.
Eber Huanca, precisó que en la cabina hay válvulas a manera de timones, que sirven para controlar los conductos que hacían funcionar los motores-cohete y no un panel de control, porque esto no corresponde a la época en la que Paulet desplegó su trabajo, por lo que la recreación del interior de la nave fue compleja, para ello hicieron mucha investigación documentaria, acotó.
Motor-cohete de combustible líquido
Los investigadores de la UCSP también repararon la maqueta del motor-cohete de combustible líquido que Pedro Paulet diseñó en 1893. Con estos impulsaría su nave fuera de la tierra y la mantendría en el espacio, otro invento del genio arequipeño que sirvió de base para que el hombre llegue a la luna.
La nave espacial diseñada por Paulet tenía 72 motores-cohete, 35 en cada ala. Esto era lo que lograba impulsar el autobólido y mantenerlo en el espacio donde pese a no haber oxígeno, seguía funcionando.
El investigador Eber Huanca, explicó que esto era posible gracias a que el motor tenía dos tanques separados, uno con combustible líquido y otro con oxígeno que se unían en una cámara, ubicada en el medio. Hasta allí llegaba una chispa que es la que genera la combustión que era producida por transformador de alto voltaje.
La innovación lograda por Paulet es que su motor no funcionaba con combustible sólido como la pólvora negra, sino con combustible líquido: la panclastita.
Pedro Paulet Mostajo nació en Arequipa el 02 de julio de 1874, estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), gracias a una beca fue a estudiar a Francia donde cursó estudios de ingeniería y arquitectura.
Durante sus años como universitario y joven profesional siguió trabajando en sus ideas para llegar al espacio e incluso hacía pruebas con explosivo, y en uno de esos tantos ensayos perdió la audición del oído izquierdo.
Su trabajo tuvo frutos en 1893 al inventar el motor-cohete de combustible líquido. Esta es la pieza clave que impulsaría su otro invento, el autobólido de 1092. Este fue el primer diseño de una nave espacial en el mundo.