El pie diabético es una condición que afecta cada vez a más peruanos de manera silenciosa. Puede presentarse en un paciente que tiene una enfermedad mal controlada, con deficiencia circulatoria y pérdida extrema de sensibilidad. Si pisa algo punzante o su pie entra en contacto con agua caliente, la herida puede perforar la piel.
El jefe de la Unidad de Pie diabético del hospital Almenara el Dr. Carlos Calmett, explica que, dado que el paciente no percibe la lesión, estas ulceraciones causadas por agente externo crecen y se infectan fácilmente.
Este cuadro, sumado a los problemas de circulación y afectación de nervios y vasos sanguíneos, aporta menor sangre a los tejidos, pudiendo conllevar gangrena. Es en ese momento que se puede generar la necesitad de amputar como medida extrema, para evitar que la gangrena avance.
En plena pandemia de la covid-19, expertos del Hospital Guillermo Almenara evitaron la amputación de miembros del 93% de pacientes hospitalizados por pie diabético, gracias a la oportuna atención, alta especialización y stock de equipamiento adecuado.
Llegan en etapas avanzadas
Los pacientes que llegan normalmente están en etapas avanzadas y solo en 2020, las camas de hospitalización de Medicina Interna III, estuvieron ocupadas en un 80% por enfermos con pie diabético. “En esta unidad nos dedicamos a salvar pies, no a amputar” sostuvo el Dr. Carlos Calmett, jefe de la Unidad de Pie Diabético.
El Servicio de Pie Diabético del hospital Almenara cuenta con tecnología moderna como equipo VAC (eficaz en el tratamiento de cicatrización asistida por vacío), Eco doppler, Oximetría transcutánea, equipos de circulación y Servicio de cámara hiperbárica, de ser necesario.
Detalló que cuando el paciente llega al servicio, los primero que se hace es revisar el pulso, drenar la herida ulcerada y limpiar la zona a tratar. Este procedimiento es diario e involucra a un equipo multidisciplinario que incluye: Medicina Interna, Cirugía Vascular, Radiología Intervencionista, Psicólogos, Psiquiatras, Traumatología y Medicina de Rehabilitación.
El especialista recomendó tomar en serio la enfermedad y recordó que la diabetes es congénita; es decir, si el papá, la mamá o el abuelito padece la enfermedad, entonces es muy probable que hijos y nietos hereden este mal.
Recomendó hacerse chequeos preventivos una vez al año en personas sin esta herencia familiar y cada 3 meses si hay familiares directos que la padecen.
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(FIN) NDP/KGR
Publicado: 3/5/2021