En la celebración por la llegada del Año Nuevo predomina la costumbre de celebrar con el grupo de amigos en un contexto recreacional, frecuentemente en la playa, en una fiesta o en una casa; sin embargo, ahora no será posible debido a las medidas restrictivas por la pandemia del covid-19. ¿Cómo afectaría este cambio en los jóvenes?
“Existe una fatiga pandémica. Hay un cansancio de parte de los jóvenes en relación al confinamiento que les hace entrar en un estado de negación, de autoengaño, de minimizar las cosas, de
‘a mí no me pasa nada’”, sostuvo el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia Oliver, del Instituto Guestalt de Lima (IGL).
En entrevista con la
agencia Andina, el especialista sostuvo que mantener esta actitud de autoengaño y negación puede llevar a adoptar
conductas de riesgo, como estar juntos en un lugar cerrado, quitarse las mascarillas, hablar más alto o acercarse a conversar por el alto volumen de la música.
El riesgo sería mayor si los jóvenes están bajo los efectos de bebidas alcohólicas, situación que podría llevar a compartir el mismo vaso, así como relajar otras medidas restrictivas.
“Existe la creencia de que a los jóvenes no les pasa nada. Sería importante que primero tomen conciencia de que eso no es real porque incluso niños han sido víctimas y han perdido la vida. Por otro lado, no están considerando las
secuelas que el covid-19 deja en algunas personas. Entonces,
no hay una conciencia real de lo que está pasando y las alertas son muy claras”, advirtió Saravia.
La Organización Panamericana de Salud (OPS/OMS), organismo de la Organización Mundial de la Salud, alerta reiteradamente que los jóvenes no solo corren el riesgo de enfermar gravemente o morir por la covid-19, sino que también pueden transmitir la enfermedad a sus seres queridos.
Consultado sobre el particular, el infectólogo del hospital nacional Cayetano Heredia, Leslie Soto, dijo que todas las personas tiene la misma posibilidad de infectarse, pero no todas tienen muchas posibilidades de complicarse y ahí están justamente los jóvenes.
"Son el grupo poblacional con defensas adecuadas y que en su mayoría no tiene enfermedades crónicas. Por lo tanto, la probabilidad de complicarse es muy baja; sin embargo, igual deben de cuidarse porque podrían complicar a sus familiares. Van a la casa y está el abuelito ahí que no sale, pero ya le están llevando el virus”, señaló.
Además, existe la gran probabilidad de
causar una alta cifra de contagios en esta fecha si se dan las reuniones presenciales tradicionales, lo que significaría un aporte importante de casos para una
posible segunda ola en el país.
Reflexión y cambio de actitud
El psicólogo Manuel Saravia recomendó dirigirse a los jóvenes con un discurso desde el corazón y las fibras emocionales, apelando a la empatía. No debe cometerse el error de dar un discurso autoritario, de prohibición, porque, por lo general, genera que los jóvenes tomen una conducta más rebelde y reacia a la autoridad, comentó.
“Tiene que ser un discurso más centrado en lo emocional, tiene que haber una estrategia de comunicación desde la propia familia para hacerles tomar conciencia de que
cuidarse a sí mismos también es cuidar a los que más quieren, que esa reunión se puede convertir en un factor de riesgo para las personas con la que ellos comparten la vida, generarle un daño al abuelito, a la abuelita, al papá, a la mamá, al tío, a las personas que son significativas en su vida, incluso a ellos mismos”, aseveró el especialista.
Además, es importante desarrollar en los jóvenes y adolescentes mayor capacidad de afronte para que no se frustren con las medidas sanitarias que existen en este momento y con todas las restricciones que se están dando nuevamente.
Alternativas
“La juventud está usando constantemente la tecnología, tiene el WhatsApp pegado a los dedos, entonces pueden hacer también por WhatsApp sus reuniones, compartir sus tragos, una cerveza acá, un ratito con mis amigos, ‘salud, salud’, champán, comer”, sugirió.
La OPS/OMS también recomienda el distanciamiento social como principal medida para detener la covid-19, por lo que es necesario quedarse en casa y reunirse virtualmente con amigos u otros miembros de la familia. De esta manera, podemos protegernos a nosotros mismos y a los miembros de nuestro hogar.
“El problema acá es ese sector de la población que se resiste. El peruano tiene que abrir su mente y aprender a desarrollar sus habilidades y competencias para poder divertirse mediante la virtualidad. El tema acá es transformar los rituales para que no se den a través de conductas de riesgo”, puntualizó el psicólogo Manuel Saravia.
Las reuniones sociales se pueden realizar, pero de manera virtual, dijo, porque eso es lo que toca en este momento. Un sector de la población sí ha logrado esta capacidad de disfrutar encontrándose bajo esta modalidad y ahora las fiestas infantiles y misas son virtuales; entonces
las reuniones entre amigos también pueden adaptarse mediante zoom, meet, WhatsApp u otra plataforma que realice videollamadas.
“Creo que esa capacidad de afronte es la que tenemos transmitirle a los jóvenes, no dejar que se frustren por una situación que es mundial y viene con esta segunda ola que está dándose en otros países”, finalizó el psicoterapeuta.