La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) entregó cerca de 1,500 kits de ayuda humanitaria a familias de ciudadanos venezolanos desplazados y peruanas en condición de vulnerabilidad en las provincias de Virú y Trujillo, en la región La Libertad.
Inti Alvarado Romero, oficial de Protección Comunitaria en el Perú, informó que la ayuda se ha canalizado a través de los socios locales, que son organizaciones comunitarias en la fe como Cáritas Trujillo u otras que brindan ayuda y/o asistencia a familias refugiadas.
Detalló que se trata de kits utilitarios para el hogar con sets de cocina o baldes o también algunos alimentos no perecibles para que puedan compartirlos con sus familias, abrigos, entre otros.
“Estos kits sirven como paliativos para cubrir algunas necesidades básicas; de tal manera que puedan ahorrar un poco o buscar alguna alternativa que mejore sus ingresos económicos”, manifestó.
Tres entregas
La representante de Acnur en el Perú indicó que solo en La Libertad se hacen tres entregas de este tipo, que hacen un total de 4,000 kits de ayuda humanitaria en beneficio de familias en condición de vulnerabilidad.
“Los principales gastos de las familias de refugiados están asociados a vivienda y alimentación, dejando otros como los de educación, por eso muchos de los niños no acuden a las escuelas porque no hay ni para cubrir el costo del pasaje”, sostuvo.
Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, La Libertad alberga el 6 % de la población de venezolanos refugiados en el país.
Agradecen apoyo
Winni Salas agradeció el apoyo brindado por la Acnur debido a que cuentan con escasos recursos para cubrir la mayor cantidad de los gastos que tienen ella, su su esposo e hija, quienes desde hace dos años dejaron su natal Barquisimeto, Venezuela, para vivir en Trujillo.
“En las condiciones que nos encontramos es difícil conseguir los alimentos, por eso necesitamos y agradecemos toda la ayuda brindada”, dijo.
Su compatriota, Juliana Méndez, también se mostró agradecida con los sets de cocina, víveres y frazadas. Ella dejó su natal Valencia hace tres años para venir a Trujillo y escapar de la crisis. Lo hizo con su esposo y tres hijos, pero ahora debe ocupar trabajos eventuales para sacar sola a su descendencia.
“Muy agradecida, porque de alguna u otra manera nos están apoyando, nos toman en cuenta”, aseguró Rosángela Pérez, natural de Maracaibo, quien comparte un pequeño departamento con su papá, su pareja e hijo.
La hermana Rocío, coordinadora de Cáritas Trujillo, informó que ellos atienden alrededor de 500 personas, entre venezolanos y peruanos.
A ellos se les asiste con asistencia de comedores populares y atención en salud; en cuanto a los venezolanos se les brinda asistencia para que puedan conseguir sus documentos en regla para que puedan insertarse en el mundo laboral.
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