Seis especies de flora y fauna que serían nuevas para la ciencia han sido descubiertas por científicos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) en un reciente inventario de caracterización biológico sociocultural realizado en los bosques inundables del Abanico del Pastaza, uno de los Sitios Ramsar o humedales más importantes del planeta.
Así lo sostuvo Manuel Martín Brañas, director de Sociodiversidad del IIAP, entidad adscrita al Ministerio del Ambiente, quien encabezó el equipo multidisciplinario de 23 a 26 personas, entre investigadores y asistentes de investigación, que incursionó en la cuenca alta del río Tigrillo, afluente del río Chambira, que a su vez desemboca en el río Marañón, para desarrollar el estudio en estrecha colaboración con comunidades del pueblo amazónico urarina.

Esta investigación biológica y social, que demandó alrededor de 25 días de labor de campo en abril de este año, puso en evidencia el alto valor ecológico de esta zona del Abanico del Pastaza, así como el papel fundamental que desempeñan los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad amazónica.
“En abril hicimos un inventario de la caracterización biológico social, en los territorios del pueblo urarina que habita en toda la cuenca del río Chambira. Estuvimos en la zona aproximadamente 25 días, entre jornadas de viaje y estancia propiamente dicha. Es una zona bastante alejada, donde para llegar se requieren casi dos días de viaje, tanto por vía terrestre hasta la ciudad de Nauta, así como fluvial viajando a través de los ríos Marañón, Chambira y Tigrillo”, refirió en entrevista con la Agencia de Noticias Andina.
Mencionó que en esta investigación del IIAP participó un equipo multidisciplinario de 23 a 26 personas, conformado por científicos de diversas especialidades, como botánicos, ornitólogos, especialistas en bosques, ciencias sociales, entre otras disciplinas.

“Hubo un conjunto amplio de investigadores y de asistentes de investigación. Nuestra intervención fue precedida por dos viajes de 15 días cada uno en los cuales informamos a las comunidades, a través de dos de las federaciones urarina que hay en la zona, sobre el trabajo que se quería hacer y sobre los beneficios que las comunidades iban a obtener de este trabajo. Desarrollamos el mecanismo de consentimiento previo informado. Nosotros realizamos investigación para el desarrollo por lo que la investigación no puede ser ajena a las motivaciones que tiene la población para su propio desarrollo”, aseveró.
Refirió que solo el 2 % de las mujeres urarina habla castellano y si bien son más los hombres que hablan castellano, no lo hacen perfectamente. Su lengua materna y de uso habitual es el Urarina. “Eso puede ser en algunos casos complejo para iniciar investigaciones, pero en el IIAP tenemos estrategias y protocolos de acercamiento y diálogo con las comunidades”, sostuvo.
Los investigadores del IIAP que participaron en este inventario de la caracterización biológico social pertenecen a la Dirección de Sociodiversidad, Dirección de Diversidad Biológica, Dirección de Bosques y Cambio Climático, Programa Aquared, entre otras.
“Lo importante de este trabajo es una propuesta integral de investigación en zonas que son sumamente frágiles y vulnerables, tanto ecológica como culturalmente. Es una mirada institucional a estos paisajes bioculturales de suma fragilidad y, por lo tanto, muy importantes”, subrayó.
Agregó que, si bien el IIAP tiene experiencia de inventarios previos, faltaba integrar la visión social. Estos ecosistemas, que son sumamente importantes, no podrían serlo si no fuera por los sistemas de conocimiento de las poblaciones indígenas locales.
“Se hizo un trabajo conjunto en una zona donde era necesario tener diferentes miradas con diferentes disciplinas para tener una visión completa de este entorno biocultural”, dijo.
Nuevas especies de flora y fauna
El investigador del IIAP destacó que en el inventario se identificaron al menos seis especies que, según los entendidos, serían nuevas para la ciencia.
“Hay certeza de que existen nuevas especies porque se ha identificado al menos seis, entre peces, anfibios y plantas, que viven en este ecosistema inundable. Hay dos especies de plantas zamia, que hasta ahora solo se habían encontrado en zonas que no tenían tanta presencia de agua. Ahora se ha identificado una zamia que crece en zonas inundables. Se trata de un hallazgo interesante que revela importancia ecológica que tiene esta zona específica de la Amazonía peruana”, remarcó.

Explicó que, para estar totalmente seguros de que son especies nuevas hay que seguir un proceso, primero de tipo taxonómico, así como comprobar bases de datos internacionales. También hay que hacer un análisis de ADN para verificar efectivamente que esas especies no se encuentran en otras partes del mundo.
“Los especialistas tienen una alta certeza de que son especies nuevas, pero de todas formas para certificar que efectivamente lo son tenemos que seguir el proceso científico taxonómico y de identificación de ADN”, sostuvo.
Conservación gracias a comunidades indígenas
Martín Brañas afirmó que lo interesante de hacer el trabajo biológico integrado con la parte social es que se ha constatado que estos ecosistemas están muy bien conservados.
“Y parte de esta conservación recae sobre las comunidades urarinas que gestionan ese territorio. De ahí vemos la importancia que tienen los pueblos indígenas para conservar los ecosistemas amazónicos”, recalcó.
“En esta zona específica solo viven la población urarina, mientras que en la zona alta del río Chambira vive población achuar y en la parte baja hay población kukama”, añadió.

Explicó que estas poblaciones originarias tienen un vínculo muy cercano con su territorio. “Las comunidades dependen de los ecosistemas y estos a su vez dependen de las comunidades porque son ellas las que dan un manejo adecuado a los recursos que hay allí”, apostilló.
Argumentó que el pueblo urarina es una comunidad que tiene una lengua viva, pero que afronta amenazas importantes como la extracción de petróleo, la deforestación, la extracción selectiva de especies de los bosques.
“Para nosotros es sumamente importante, a través de este inventario, visibilizar también el gran papel que las comunidades urarinas tienen en la conservación de estos ecosistemas inundables. El pensamiento indígena es integral. Tiene un sistema de conocimiento bastante complejo que introduce la posibilidad de relacionarse de manera social con los seres que viven en el bosque. Este tipo de creencia, de convicción, de que los bosques no están vacíos, sino que están habitados y pertenecen a ciertas entidades que pueden ser no humanas, como la que ellos llaman madres o ‘nevas’ en lengua urarina. Es decir, tienen una gran importancia espiritual y cultural”, puntualizó.
Agregó que para hacer uso de los recursos en la Amazonía uno tiene que dialogar y tiene que cumplir ciertas normas o reglas de conducta para que esos seres de la naturaleza no inflijan enfermedades o generen algún tipo de mal. “Este punto es sumamente porque básicamente es el respeto que el pueblo urarina tiene por los entornos. Este es un factor fundamental para que estos bosques se mantengan en pie”, anotó.

Manifestó que las comunidades urarinas no son muy pobladas, dado que agrupan entre 150 a 200 habitantes, por lo que no ejercen una presión sobre los recursos naturales. A ello se suma que tienen conocimientos ecológicos sumamente específicos, en el sentido que saben en qué época pueden cazar determinados animales para no dañar la reproducción de esa especie. “Básicamente diversifican la forma que tienen de aprovechar el bosque mediante un calendario ecológico muy particular y específico que tiene el pueblo urarina”, dijo.
El científico del IIAP estos aspectos de la cosmovisión de los pueblos originarios se unen y generan lo que vemos ahora: uno de los bosques mejor conservados de la Amazonía. “Por ejemplo, en los aguajales que son grandes extensiones de la palmera del aguaje que es dioica, es decir que hay palmeras femeninas, que son las que dan los frutos, y masculinas. En otros bosques de aguajales en Loreto la proporción de palmeras de aguajal femenina es menor que las masculinas, debido a que se cortan esas palmeras para extraer el fruto”, afirmó.
“En el caso del pueblo Urarina no ocurre esto, porque la proporción de palmeras hembras y machos es equitativa, lo que revela que no hay una extracción destructiva de los frutos del aguaje y esto genera que esos bosques sean importantes para la región Loreto porque están muy bien conservados, pero también para el Perú y para todo el planeta”, remarcó.
Desarrollo sostenible de las comunidades
El científico señaló que el IIAP tiene como premisa seguir trabajando para el desarrollo sostenible de las comunidades. “Desde la Dirección de Sociodiversidad que dirijo vamos a seguir visitando y trabajando con las comunidades porque queremos seguir fomentando y favoreciendo algunos emprendimientos económicos basados en prácticas tradicionales del pueblo urarina. Por ejemplo, el tema de la fibra de aguaje que utilizan sus pobladores para producir cestas. Queremos seguir fortaleciendo el papel que la mujer Urarina tiene en este tipo de emprendimiento”, aseguró.
Adicionó que también hay aspectos más formativos, como el monitoreo efectivo de los aguajes en los bosques inundables y la capacitación permanente de los pobladores urarina para sobrellevar de mejor forma los efectos del cambio climático.
Divulgación de resultados
Martín Brañas dio a conocer que próximamente se tendrá listo un informe preliminar y para fin de año se tendrá el informe definitivo del inventario de la caracterización biológico social del Alto Tigrillo. “Estamos considerando la divulgación del informe a través de una publicación que sea muy visual, pero que también presente claramente la riqueza biológica y cultural”, afirmó.
Adelantó que el informe final de la investigación será compartido con las comunidades urarina, con sus federaciones, pero también con la sociedad nacional. “Porque creo que es muy importante que todos los peruanos sepan la gran importancia que tienen estos ecosistemas y que todos tenemos que poner un granito de arena para conservarlos”, apuntó.
Futuros proyectos de investigación
Martín Brañas adelantó que el IIAP va a seguir haciendo más inventarios de caracterización biológica y sociocultural. “En julio próximo iniciaremos uno en el departamento de Amazonas con el pueblo awajún, con las mismas premisas desarrolladas con el pueblo urarina. Un paisaje biocultural que es sumamente importante ecológicamente pero que también es importante desde el aspecto cultural. Seguiremos trabajando con y para las comunidades amazónicas, llevando el mensaje del Ministerio del Ambiente”, concluyó.
(FIN) LZD/MAO
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