La región Amazonas, en el nororiente peruano, es una tierra de gigantes. Allí se encontraron fósiles de titanosaurios —dinosaurios herbívoros de cuello largo— y ahora se puede afirmar que hace 66 millones de años también habitaron los feroces espinosaurios gracias a un diente descubierto en Bagua Grande, capital de la provincia amazonense de Utcubamba. La "Agencia Andina" te adelanta detalles del fascinante hallazgo.
Por primera vez se mostrará esta evidencia de que en el Perú vivió esta segunda especie en la exhibición paleontológica "Espinosaurios en el Perú", que será inaugurada mañana martes 16 de setiembre, en el Museo de Historia Natural (MHN) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).

Rodolfo Salas-Gismondi, jefe del Departamento de Paleontología de Vertebrados del MHN, quien formó parte de la expedición que halló el diente, sostuvo a la Agencia Andina: “[Este hallazgo] nos permite decir que es un espinosaurio; no tenemos otra opción entre los animales que vivieron en esa época, además del sustento de los análisis que se han hecho”.
El diente (número de la colección MUSM 5121) está casi completo y fue preparado con el apoyo del paleontólogo Jeff Wilson de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

El conjunto de las características anatómicas que presenta, como una corona delgada con dos carinas, sección circular, esmalte rugoso y estrías longitudinales, indica que se trata de un diente de Spinosauridae, grupo de dinosaurios carnívoros al que pertenece el famoso Spinosaurus aegypticus de África.

¿Cómo eran los espinosaurios?
El paleontólogo peruano señaló que los espinosaurios, en general, eran animales con mayor adaptación a la vida semiacuática; hasta el momento “no podemos saber de qué género es”.
Eran dinosaurios carnívoros, principalmente distribuidos África y el este de Brasil, aunque también se han encontrado en Europa. El Perú es el segundo país de Sudamérica donde se ha registrado este tipo de dinosaurios.
“El este de Brasil y el oeste del Perú habrían estado conectados, aunque había un mar interior en la Amazonía peruana. De tal manera que las faunas de dinosaurios de esa época eran compartidas entre ambos territorios”, explicó el científico.

Los habitantes gigantes vivieron en Bagua Grande entre 80 millones y 66 millones de años, que corresponde al Cretácico Tardío, el final de la era de los dinosaurios. El hallazgo en el Perú es interesante porque la mayor parte de los fósiles de esta especie se ha descubierto en el mundo en rocas del Cretácico Temprano y la etapa más temprana del Cretácico Tardío, como los de Brasil.
Importancia del hallazgo
Salas-Gismondi resaltó que “este descubrimiento muestra el potencial de Bagua Grande para el estudio de las faunas del final de la era de los dinosaurios”.
“En el Perú, en paleontología, tenemos descubrimientos extraordinarios, pero de otra era, como la Cenozoica; nos estaban faltando registros de la era Mesozoica, la era de los dinosaurios. Este es un primer paso hacia un mejor conocimiento de lo que pasaba en la era Mesozoica en nuestro país”, subrayó.
Comentó que “hay hallazgos de reptiles marinos, por ejemplo, en el Morro Solar, y en la costa norte, pero se han estudiado poquísimo y no se habían reconocido dinosaurios a partir de huesos. Estaba faltando registros [óseos o de dientes] en nuestro territorio, y es fantástico que ahora podamos tener fósiles de dinosaurios en el territorio peruano y no solo huellas”.
¿Por qué hay pocos vestigios en el Perú?
Pero por qué se han descubierto tan pocos registros óseos de dinosaurios en nuestro país. El investigador precisó que “hay una razón principal: en esa época, el Perú estaba principalmente bajo el agua”.
“El origen de la cordillera de los Andes empieza más o menos en esa época; había una cadena de montañas con volcanes que emergía, pero la costa y la Amazonía estaban bajo el mar, por eso es que solo en una pequeña franja vivieron dinosaurios”, explicó.
Otra razón por la cual no se han encontrado muchos dinosaurios en el Perú, agregó, “es porque no se han explorado esas rocas. Ahora Bagua Grande se presenta como el lugar con mayor potencial para encontrar restos óseos de dinosaurios”.
Aclaró que las huellas —comunes en el territorio peruano y en muchos países— también son fósiles. “Donde uno encuentra fósiles de huellas de dinosaurios, normalmente no encuentran huesos o dientes”, advirtió.
Los ambientes donde se forman las huellas son principalmente zonas costeras, con muy poca pendiente y el agua del mar está cerca. En esos lugares es por donde los dinosaurios caminaron y el agua cubrió sus huellas y los sedimentos que acarrea el agua con muy poca energía las preservaron, dijo.

“Los dientes y los huesos se preservan, principalmente, en ambientes con un poco más de energía, porque los sedimentos tienen que cubrir grandes huesos. Ambos ambientes existieron en Bagua Grande”, destacó.
En Bagua Grande hay rocas con fósiles de dinosaurios que son de ambientes terrestres y también rocas de origen marino con restos de reptiles marinos.
El descubrimiento y la exhibición
El descubrimiento del diente se hizo en rocas del Cretácico superior de la Formación Fundo El Triunfo —también conocida como Formación Chota— en la localidad de Llimbo, provincia de Utcubamba, durante una expedición internacional en 2016, en la que participaron Pierre-Olivier Antoine de la Universidad de Montpellier (Francia) y Aldo Benites-Palomino, Julia Tejada y Rodolfo Salas-Gismondi del MHN.
También se hallaron fósiles de dinosaurios saurópodos (cuello largo) y restos de tortugas, todos animales que vivieron en el intervalo que antecede al final de la era de los dinosaurios.
El estudio del diente es parte de la primera investigación sobre fósiles de dinosaurios en el Perú (titanosaurios y espinosaurios), todos descubiertos en Bagua Grande. El trabajo fue liderado por el paleontólogo peruano Giancarlo Olmedo.
La exhibición prevista para mañana martes a las 6 p. m. incluye una réplica del cráneo de Spinosaurus aegyptiacus de 1.5 metros de longitud, a fin de mostrar los huesos que se conocen a partir de fósiles descubiertos en rocas del Cretácico de África; y el diente de un espinosaurio procedente de Bagua Grande, considerado el primer hallazgo de este tipo de dinosaurios carnívoros en el Perú.
Para Salas-Gismondi, ahora “hace falta emprender nuevas expediciones a Bagua Grande para buscar restos óseos. Esperamos encontrar cráneos de titanosaurios y espinosaurios”, que, aparentemente, vivieron juntos y eran parte del mismo ecosistema.
Más en Andina:
(FIN) JOT