El especialista indicó que desde 2002 se han concretado 23 acuerdos comerciales con naciones que concentran cerca del 82% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, los cuales han sido ratificados por sucesivos gobiernos.
Torres señaló que el país debe continuar aprovechando su ubicación estratégica, así como su patrimonio natural y cultural, para impulsar nuevos motores económicos como la industria de súper ingredientes para salud y cosmética, la industria naval y la aeroespacial.
Sin embargo, afirmó que una agenda clave pendiente es priorizar Obras de Estado y no solo obras de gobierno. Explicó que estas se diferencian por generar impacto sostenido en el crecimiento del PBI, la inversión, el empleo, el desarrollo humano y la prosperidad.
Recordó que hasta el momento dos políticas de Estado –la integración comercial y la conectividad marítima– han sido plasmadas como Obras de Estado, destacando los avances del modelo portuario desarrollado a partir de la Ley de Puertos de 2003. Según precisó, esta visión ha motivado inversiones superiores a 4,000 millones de dólares en infraestructura portuaria pública y privada.
No obstante, remarcó que estos avances aún resultan insuficientes para reducir la pobreza, que pasó de 22% antes de la pandemia a 29% en la actualidad, así como para enfrentar la informalidad que bordea el 80% de la economía. Sostuvo que convertir esa informalidad en ingresos fiscales permitiría mejorar los servicios públicos, fortalecer la seguridad y simplificar los procesos para hacer empresa.
Torres destacó que, si bien existe un plan de infraestructura logística en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, las Obras de Estado deben trascender un sector y responder a una acción integrada que empuje el desarrollo en el mediano plazo. Añadió que estas incluyen infraestructura para el emprendimiento –como carreteras, puertos, aeropuertos, trenes, telecomunicaciones, servicios básicos y gestión urbana– y también sectores claves como educación, salud, seguridad y justicia.
Finalmente, mencionó que proyectos como el tren bioceánico, el nuevo dique del SIMA, la ampliación del terminal de contenedores sur del Callao y la creación de una zona económica especial privada en Callao, Ancón y Chancay cuentan con amplio consenso y podrían convertirse en motores de crecimiento sostenido.