El exoplaneta TRAPPIST-1 d intrigó astrónomos que buscan posibles mundos habitables más allá de nuestro sistema solar ya que es similar en tamaño a la Tierra, rocoso y reside en un área alrededor de su estrella donde teóricamente es posible que haya agua líquida en su superficie. Sin embargo, un nuevo estudio con datos del telescopio espacial James Webb de la NASA revela que no tiene una atmósfera similar a la de la Tierra.