Hoy, todos los colegios de los pueblos recónditos y ciudades hacen un alto para rendir homenaje al forjador de las nuevas generaciones de peruanos: el maestro. La capacitación permanente constituye una clave en este sacrificado y fundamental oficio.
La fecha se remonta a los años aurorales de la independencia: el 6 de julio de 1822, el generalísimo don José de San Martín funda la primera Escuela Normal de Varones en Lima. Por aquellos años solo los hombres tenían derecho a recibir instrucción; las mujeres estaban relegadas a las tareas domésticas.
Es preciso manifestar que el primer sistema de educación fue el lancasteriano, instalado por el pedagogo escocés Diego Thomson, a instancias del militar argentino. Thomson fue el primer director de la Escuela Normal de Varones.
Según dicho sistema, los alumnos más avanzados se convertían en monitores y contribuían a la mejor formación de sus condiscípulos.
Años después, durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría, mediante el decreto supremo publicado el 4 de mayo de 1953, se instauró esta fecha como Día del Maestro.
Seis doctorados
Raquel Carmona Castillo es una maestra que durante sus 30 años de carrera en el magisterio ha logrado seis doctorados en distintas especialidades. “Yo soy una educadora por vocación. Mi especialidad es la defensa nacional porque deseo inculcar peruanidad a nuestros niños”, afirma.
Por sus venas corre sangre de ilustres personajes de la historia nacional, como el mariscal Eloy Ureta, vencedor de la guerra con Ecuador de 1941. Otros ilustres parientes suyos son los exalcaldes de Lima Nicanor Carmona y Alberto Andrade Carmona.
“He enseñado en todo el país, pero me sentí muy bien cuando trabajé en zonas de frontera, donde el Estado tiene dificultades para llegar a los estudiantes”, dice la señora Carmona. En la selva inhóspita y las gélidas serranías piuranas fue testigo de las duras condiciones en las que trabajan los educadores, donde solo había un profesor para los cinco años de primaria, lo que dificultaba las tareas de aprendizaje.
Trabajó en las fronteras para ver cómo se hacía identidad nacional en esos alejados territorios nacionales.
“Enseñar en esas zonas ha sido una de mis experiencias más gratificantes, porque me enseñó a querer más a nuestra patria y conocer a estos peruanos que mantienen viva la llama de la peruanidad”, reseña.
En la sala de su casa están los cientos de medallas y reconocimientos otorgados por el Estado y la empresa privada en treinta años de fecunda labor, entre ellos las Palmas Magisteriales en el Grado de Educador y las Palmas Magisteriales en el Grado de Maestro, el máximo reconocimiento que el Estado otorga a un profesor peruano.
“El niño es el regalo más grande que una madre entrega al mundo. Es el tributo que otorga a la sociedad y el aporte valioso para el futuro de la humanidad”, sostiene Carmona Castillo, actual docente en la Universidad Nacional Federico Villarreal.
Pieza clave
Freddy Ortiz Nishihara, especialista en temas educativos, recuerda que el maestro es pieza clave en toda sociedad porque forma la conciencia de los jóvenes.
“Ante una realidad muy difícil, el docente peruano tiene la gran tarea no solo de brindar conocimientos, sino también de inculcar valores éticos y morales al niño y adolescente”, dice.
En ese sentido, saluda la política de capacitación permanente en el sector Educación. “Los profesores deben tener en cuenta que todos los días se aprende y, por ello, la capacitación es vital para optimizar la educación”, recalca.
Experiencia moqueguana
Pone como ejemplo el éxito logrado en Moquegua: desde hace varios años, esta región sureña obtiene el primer puesto a escala nacional en logros de aprendizaje del educando. El cambio de mentalidad, la capacitación docente y la participación de los padres en la educación de sus hijos han sido primordiales para el éxito.
“El ejemplo de Moquegua se debería repetir en todas las demás regiones del país porque los maestros ahí han comprendido que sin capacitación no hay mejoras en la educación”, asevera Ortiz Nishihara.
Reorganizar los currículos
“Formar a las futuras generaciones de docentes es una responsabilidad que asumimos día a día”, indica Carlos Oyola, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Ha formado generaciones de maestros en sus 35 años de servicio.
“El docente debe ser un verdadero conductor, un inspirador, un soñador que debe proyectarse y dirigir con su ejemplo. Hoy, en pleno siglo XXI, las instituciones formadoras de docentes deberían de proyectarse socialmente con su acreditación académica, a fin de ayudar a solucionar los problemas socioeconómicos que atraviesa el país. La educación debe reorganizarse con nuevos currículos, acordes a nuestra realidad, y dignificar al magisterio”, comenta.
Campaña
Este año se ha lanzado la campaña de gratitud “Profesores que inspiran” (www.profesqueinspiran.pe); también va por las redes sociales.
Cifras
7.5 millones de estudiantes hay en los tres niveles de educación.
5.6 millones de alumnos estudia en las instituciones públicas.
340 mil docentes laboran en los diferentes centros de enseñanza del país.
62 mil colegios. De ellos, 49,000 son públicos y el resto, del sector privado.
(FIN) DOP