Se formó en las aulas de la Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur (UNTELS) ubicada en Villa El Salvador y; luego de un largo camino, mucha dedicación y esfuerzo, llegó a convertirse en
, el reactor nuclear de investigación de potencia de 10 megavatios.
En entrevista con la Agencia Andina, la ingeniera Yaela Beraun explica cómo fue el proceso para obtener la licencia que le permita operar el reactor nuclear peruano y alienta a más mujeres para que se formen en el sector nuclear donde todavía el número de científicas e investigadoras es reducido.
“Ha sido un camino largo obtener la licencia de operadora, principalmente tenemos que pasar dos evaluaciones: un examen teórico y otro práctico que lo realiza la Oficina Técnica de la Autoridad Nacional (OTAN)”, señala Beraun Bellido.
Las funciones de la
OTAN comprenden la aprobación de autorizaciones como registros, licencias y autorizaciones específicas. Además, las inspecciones, fiscalización del cumplimiento de las normas y la emisión de normas de seguridad radiológica y nuclear en el país.
Para aprobar el examen teórico, la ingeniera peruana tuvo que llevar y culminar varios cursos sobre física nuclear y reactores. Luego de pasar las primeras pruebas, también aprobó el examen práctico que evalúa el conocimiento de toda la instalación, la planta, su funcionamiento y la operación del reactor. Lograrlo no fue fácil pero lo hizo posible gracias a su preparación constante.
“Luego de ser practicante en el departamento de operación del reactor, fui auxiliar de operación y en el 2019 llego a ser especialista de operación y mantenimiento. Me faltaba la licencia para poder operarlo y lo pude lograr en junio de este año”, comenta la ingeniera mientras muestra orgullosa el carnet que certifica de manera oficial su cargo como operadora del RP-10 hasta el 2027.
Un día de trabajo como operadora del RP-10
Desde una gran consola ubicada en la sala de control del RP-10, la ingeniera Yaela Beraun opera el reactor nuclear RP-10 que tiene como finalidad producir radioisótopos.
El
reactor nuclear es de tipo piscina, de cuatro metros de diámetro por 11 de profundidad. Sumergido a 10 metros de profundidad, bajo litros de agua desmineralizada, está el núcleo del reactor de siliciuro de uranio que bombea neutrones para la producción de radioisótopos.
El agua es un elemento muy importante para el reactor y cumple funciones de moderador, blindaje, refrigerante y lo protege de la radiación.
En este recinto se producen los radioisótopos que luego se aplicarán en la medicina nuclear, principalmente en el tratamiento del cáncer y el diagnóstico de diversas enfermedades.
Precisamente, una de las instalaciones clave del centro nuclear es la Planta de Producción de Radioisótopos, la cual se encuentra debidamente certificada por buenas prácticas de manufactura desde el año 2018 otorgado por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) del Ministerio de Salud (Digemid) para la producción y comercialización de los radiofármacos listos para usar en las clínicas y hospitales del país.
Los radiofármacos autorizados son: Pertecnetato de sodio Tc-99m (para detección del cáncer), Dolosam (Sm-153) (para el tratamiento paliativo del dolor), Ioduro de Sodio I-131 (estudios tiroideos y tratamiento del cáncer tiroideo y en la industria como radiotrazador) e Iridio 192.
Es importante resaltar que este centro nuclear es el único fabricante de Ioduro de Sodio I-131 en el Perú.
“Durante ese proceso de operación nosotros vamos controlando y monitoreando los parámetros tanto nucleares como convencionales que se tienen dentro del reactor y que se encuentren dentro de los límites y condiciones operacionales establecidos”, señala la ingeniera.
Junto a sus compañeros de trabajo también realizan un control de la instalación durante todo el tiempo que opera el reactor y los días que el reactor está en mantenimiento.La ingeniera resalta que existen tres áreas de trabajo para el correcto funcionamiento del reactor nuclear: operación, mantenimiento y seguridad.
“En el departamento de operación yo soy la única mujer, en el área de mantenimiento hay dos mujeres y en seguridad no hay mujeres. Espero que mi historia sirva de inspiración para que más niñas y adolescentes incursionen en el mundo de las ciencias e ingeniería y se animen a ingresar en el área nuclear, vengan a trabajar en el IPEN. Una de ustedes puede convertirse en la segunda mujer operadora del reactor nuclear,” concluye.
En coordinación con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, el Centro Nuclear RACSO del IPEN recibió en julio la visita de niñas y adolescentes de hogares de acogida e instituciones educativas emblemáticas, quienes fueron recibidas por el Dr. Rolando Páucar Jáuregui, Presidente del IPEN, junto a científicas de la institución.
El objetivo de esta visita fue inspirar a estas jovencitas el interés por la ciencia, mostrándoles los espacios liderados por mujeres en ciencia y tecnología nuclear, para que puedan explorar e incursionar en estas áreas, contribuyendo a su desarrollo personal y a la igualdad de género desde una edad temprana.