La gran mayoría de viviendas destruidas en el sismo que afectó este fin de semana la provincia de Caylloma, en Arequipa, estaban construidas de adobe. La pregunta es ¿las viviendas construidas con este material están condenadas a la destrucción en un movimiento telúrico?
Según el ingeniero Miguel Díaz, del Laboratorio de Estructuras de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), no es recomendable construir con adobe, pero debido al gran arraigo que este material aún mantiene en buen número de localidades rurales, se ha buscado mejorar su resistencia.
“Debemos tomar en cuenta que el adobe tiene un comportamiento muy frágil, se rompe como una galleta, pero con una mayor fuerza, es un comportamiento explosivo. Eso provoca que los restos de escombros caigan sobre las personas, perjudiquen su integridad y puedan provocar la muerte”, señaló en diálogo con Andina.
Díaz forma parte del Centro peruano-japonés de investigación sísmica y mitigación de desastres (Cismid) desde la década del 70, luego del terremoto de Huaraz, e investiga el comportamiento de los materiales de construcción en eventos de esta naturaleza.
Adobe con ichu
Comentó que una manera de mejorar la resistencia del adobe -que al final de cuentas es una mezcla de agua con barro- es agregándole ichu o pasto andino. Si bien esa mezcla no mantendrá la vivienda en pie, retardará su caída, dando tiempo a sus ocupantes a ponerse a buen recaudo.
Adobe con bambú
Una segunda manera de ganar resistencia es entrelazar con varillas de bambú la mezcla de adobe con ichu, a fin de que tenga más fortaleza y resista mejor a los movimientos.
Para ello, hay que dejar a mitad de cada unidad una apertura, un medio círculo, que unido al medio círculo de la otra unidad, forma un espacio circular por donde se introduce el bambú, y mejor si es una varilla de fierro.
¿Esto encarece los costos de construcción? El ingeniero Díaz dice de ninguna manera, pues el ichu es un elemento que está en los Andes, al igual que el bambú, salvo que se opté por la varilla de fierro, que si tiene un relativo costo.
Otra manera de ganar resistencia es el uso de adobes mezclados con cemento, que ya se venden en el mercado, pero que debe tener en las esquinas de la construcción un confinamiento de madera, pues se trata de las zonas más vulnerables ante un sismo.
También ladrillo
Pero no se crea que solo las viviendas de adobe están en peligro, también las de ladrillo, y no por deficiencia de los materiales, sino por su incorrecto uso, y esto es común en las grandes ciudades.
El ingeniero Díaz contó que es casi una práctica generalizada en la autoconstrucción de viviendas el uso del llamado ladrillo pandereta, con 18 orificios, para toda la estructura de la casa, cuando solo se puede usar en la división de ambiente.
Agregó que por lo general los albañiles o maestros constructores aconsejan a los propietarios usar el pandereta porque es menos pesado, y puede ocupar menos espacio, pero si se trata de paredes, lo que se debe usar es el ladrillo king kong, que es más resistente.
Para este tipo de viviendas, el Cismid propone la construcción de una red o canastilla de varillas de fierro, adherida al ladrillo, antes del empastado, de manera que ante un fuerte movimiento refuerce la estructura, y evite la caída.
La pregunta cae por su propio peso, con todas técnicas, por qué no son usadas por las comunidades.
El especialista reflexiona y dice que falta una mayor difusión, y eso pasa por dejar el lenguaje técnico, e ir a los pueblos a explicarlo de manera sencilla, con pruebas de campo inclusive, para demostrar la seguridad y sencillez de las propuestas
(FIN) EGZ/RRC