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Villa Panamericana, único lugar en el mundo donde pacientes covid y médicos viven juntos

Alberga más de 1,000 personas con síntomas leves y moderados de esta infección

ANDINA/Difusión

10:21 | Lima, jul. 12.

Por Karina Garay Rojas

Amparado en una serie de variados y estrictos protocolos de bioseguridad, Lima cuenta con el único lugar del mundo que alberga a más de mil pacientes confirmados y sospechosos de tener covid-19, todos viviendo en el mismo recinto, el cual se vuelve aún más sorprendente cuando sabemos que aloja además al personal médico y asistencial.

“Este es el único lugar en el mundo, que no siendo un hospital, atiende casos sospechosos y casos confirmados con coronavirus. Y donde tanto enfermos como personal de salud conviven en el mismo lugar”, comentó el doctor Carlos Olivera, director de Villa Panamericana de EsSalud, el singular complejo donde se combate esta infección en sus etapas tempranas. 

El enorme recinto de 44 hectáreas de extensión fue construido para convertirse en la Villa de Atletas de los Juegos Panamericanos desarrollados el año pasado en Lima. Su edificación se inició en 2017, destacando por su diseño funcional y adaptable a personas con discapacidad motora o que requieran movilizarse en silla de ruedas. 

Tiene una capacidad instalada de más de mil departamentos de 70 y 75 metros cuadrados, distribuidos en cuatro torres de 20 pisos y tres torres con 19 pisos. Cada departamento cuenta con tres dormitorios, sala, comedor, cocina y baños. 

Dicho complejo funciona como una gran relojería, donde pacientes y personal de salud libran a diario una lucha contra el coronavirus. Los primeros, para cerrar un angustioso ciclo de enfermedad y, los segundos, para esquivar con éxito una probable infección. 

“Tenemos más de 1,000 pacientes y los profesionales que los atienden viven acá. No van a sus casas hasta después de 15 días. Al menos en el Perú no hay un lugar así. Ellos no, se quedan dos semanas y luego descansan otros 15 días. Antes de salir pasan por una prueba de control”, comentó el doctor Olivera.     

¿Quiénes llegan hasta allí?

En la actualidad, la Villa Panamericana tiene ocupadas cuatro torres con 1,620 pacientes y más una sala de observación con capacidad para 100 camas, de las que están ocupadas 93. 

La sale atiende a quienes requieren un soporte oxigenatorio a bajo flujo. A ellos se les realiza diversos exámenes solicitados por el médico tratante, como rayos X, ecografía, hemogramas, bioquímica, entre otros. Si su caso se complica son derivados a un hospital.

Villa Panamericana
En la Sala de Observación los pacientes reciben oxigenación y son sometidos a diversas pruebas

Hasta aquí llegan también personas derivados de diversos nosocomios, todos con síntomas leves de la infección y que requieren aislamiento. Además, quienes están saliendo de la enfermedad y estuvieron previamente hospitalizados y que necesitan aún recuperarse. 

Otros vienen directamente de su domicilio tras ser evaluados por una unidad médica de EsSalud (llamaron al 107). También reciben casos sospechosos de covid- 19 identificados por diversas instituciones durante su labor diaria, como Defensa Civil, ministerios, Inabif, personal del Grupo Aéreo N° 8, entre otros.

A estos se suman personas infectadas con coronavirus que no pueden realizar el aislamiento domiciliario por problemas de hacinamiento o quienes buscan proteger a sus adultos mayores. El Hospital de la Policía, la FAP y el Ejército también envían pacientes. 

“Aquí todos son recibidos. Asegurados como no asegurados. Tanto de Lima como del resto del país. Tenemos a muchos que buscaban volver a sus regiones de origen, como Huancavelica, Amazonas, Loreto, Arequipa, Cusco, Ayacucho, Cajamarca, Ucayali, Pucallpa, Trujillo. Sin embargo, los pacientes de Lima siguen siendo los más numerosos, entre 75% y 80%”.

Al 3 de julio, así iba la tabla de internados y dados de alta. En lo que respecta a personas transferidas de hospitales, 985 aún permanecían en el complejo y 106 ya habían salido; quedaban 173 repatriados y 453 fueron dados de alta; 326 profesionales de la salud figuraban como internados y 16 ya en domicilio, a los que sumaban 56 policías internados y 93 con alta médica.

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Todos los pacientes dados de alta son llevados hasta su domicilio, asegurados y no asegurados

¿Cuánto tiempo se quedan y qué reciben?

Los que llegan con una prueba molecular positiva, con valor IGM, es decir con el virus activo, se quedan 14 días, a los que se suman 7 días más en su domicilio. Los que traen IGG -con presencia de anticuerpos y una infección de varios días- se quedan solo una semana. Los pacientes sospechosos pasan una prueba y luego son tratados de acuerdo al protocolo.

“Brindamos a nuestros pacientes una habitación personal, con una cama y un velador donde reciben desayuno, almuerzo y cena. Contamos también con servicio de lavandería y de residuos sólidos (biomédicos y de alimentación) todo bajo protocolos muy estrictos”, detalló Carlos Olivera, médico general con 22 años de experiencia.

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Aquí, el paciente tiene oportunidad de comunicarse con su familia, la cual puede traerle algunas prendas adicionales dado que Villa El Salvador es una las zonas más frías de la ciudad. Está prohibido el ingreso de alimentos perecibles.  

Los pacientes albergados en las torres presentan, por lo general, cefaleas, dolor de la garganta, fiebre, malestar general, síntomas que son tratados a diario por un médico y una enfermera. 

Para evitar la contaminación cruzada con el covid-19, se han establecido flujos, áreas rojas y verdes, que incluyen ascensores para pacientes, para personal, para residuos sólidos y hasta para alimentos. 

“Todo el personal de la Villa Panamericana de EsSalud cuenta con sus EPP completos. El personal de salud trabaja 15 días y descansa 15. Se les hace una prueba de control rápida antes de irse a su domicilio”.

Para el director de este lugar, el mayor reto es ofrecer una atención adecuada y de calidad a todos sus pacientes, “para que salgan recuperados y pueden incorporarse al mundo exterior sin problemas”. 


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El doctor Olivera (centro) lidera este complejo con apoyo de un gran equipo humano

Cambios psicológicos 

Explicó no es fácil ni para los pacientes ni para el personal que los atiende. Algunos sienten que se trata de una cárcel dorada sin rejas, donde se les cuida con esmero, pero de la que no se puede salir hasta cumplido el tiempo indicado. 

“Todo el mundo piensa que es como un hospital, porque se comporta como un hospital, se evalúa como un hospital, pero la verdad es que los pacientes están dentro de un departamento. Y dentro de él, hay un paciente en cada cuarto. Todo aquí es adaptado a un sistema de salud, a un protocolo establecido. Las personas solo pueden salir de sus habitaciones para comer y si desean ver televisión”.

Durante los 14 días de estancia, los pacientes pasan por dos etapas. Los primeros siete días están dominados por la angustia de saber si están contagiados por este virus, tienen mucha ansiedad y miedo. Experimentan cambios psicológicos y de actitudes. 

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Luego vienen los últimos siete días, con un paciente que sabe que no le va a pasar nada malo y está desesperado por salir y nuevamente comienzan los problemas. 

“Por eso tenemos 20 psicólogos que están trabajando terapias grupales, a través de la ventana, con música, bailando, tratando que el paciente se desconecte y se distraiga por un momento. Cuando hay pacientes muy ansiosos, se les trata individualmente”.  

Equipo muy entregado

El doctor Olivera, quien pertenecer a la Subgerencia de Atención Domiciliaria de Urgencias de EsSalud, comenta que entiende perfectamente lo que sienten los pacientes. Tuvo neumonía hace un año y medio y sabe lo que es no poder respirar bien. En mayo le confirmaron que dio positivo a la prueba de coronavirus y fue paciente de sus emblemáticas torres. 

No ha sido el único pues cerca de 100 expertos de su equipo de salud también se contagiaron en estos más de 100 días de labores. Felizmente, todos presentaron síntomas leves. 

“El miedo está presente en todos los que trabajamos acá, pero tenemos mucho orgullo por lo que hacemos. El trabajo que se hace aquí es resultado de un grupo humano grande que muchas veces se ve debilitado por el cansancio o la fatiga. En ellos hay un doble esfuerzo mental en la atención y concentración, que no son las mismas que trabajar en un escenario convencional”, dijo.

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Estar lejos de los seres queridos es lo más doloroso, no solo para pacientes sino el personal médico

Destacó la vehemencia y entereza de los jóvenes médicos que lo acompañan en esta tarea titánica, quienes -dijo- siempre tienen las puertas abiertas de su despacho-habitación para cualquier consulta, incluso muy avanzada la noche. “Nadie estuvo preparado para esto y siempre hay dudas”.

En la Villa Panamericana laboran cerca de 900 personas, entre personal de la salud y administrativo, que se divide en dos grupos cada 15 días.   

“Estamos a puertas de abrir otra sala de observación con 100 camas más. Tenemos unas 500 camas libres para pacientes leves. A la fecha, la Villa Panamericana de Villa El Salvador ha atendido a más de 6, 000 pacientes y ha dado de alta a cerca de 5, 000 personas. El 75% de los que han pasado por aquí tiene entre los 40 y 75 años, varones en su mayoría”, detalló el experto. 


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(FIN) KGR/RRC
JRA

Publicado: 10/7/2020