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Víctor "Conejo" Benítez: el primer futbolista peruano en ganar una Champions

Con el poderoso Milan, el "peruano de fuego" alcanzó la gloria en Wembley en 1963

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08:16 | Lima, may. 31.

Por Raúl Borda

A Víctor Benítez Morales le decían “Conejo” desde cuando jugaba en el Racing, un equipo de “entusiastas palomillas” que llevaba los mismos colores del famoso club de Avellaneda. Este prodigio del fútbol que le daba a la pelota en las pistas de Caquetá fue captado por el cazatalentos "El cholo" Rafael Castillo quien lo llevó a los infantiles de Alianza Lima en los albores de la década del 50.

Benítez, un muchacho moreno, de ojos claros, de hablar suave, con nervio de acero y gran velocidad, no tardó en llegar al primer equipo íntimo como defensor. Allí alternaría con el gran Guillermo Delgado a quien luego tomaría la posta como el gran caudillo en la zaga de aliancista. Desde 1954, con 19 años, compartiría con jugadores de la talla de Oscar “Huaqui” Gómez Sánchez y Félix Castillo. Con Alianza, el “Conejo” consiguió dos títulos nacionales.

Sus grandes actuaciones le valieron para ser convocado a la selección nacional. Destacó en los campeonatos sudamericanos de 1957 en Lima y especialmente en el de Buenos Aires en 1959 donde comandó la zaga del combinado nacional que le ganó por goleada 5-3 a Uruguay y empató 2-2 en un partido memorable con Brasil que venía de ser campeón mundial en Suecia 58.

“Benítez, el gigante de Núñez” destacó en La Crónica Pocho Rospigliosi y agregó que en aquella ocasión “jugó en forma maravillosa. Desde el primer minuto… estuvo genial en los rechazos, en la entrada de cabeza, en la anticipación. Fauleó cuando fue necesario y cosechó los mejores aplausos de la noche. Nos lo había dicho Brandao el entrenador del Palmeiras en Lima, Benítez es el mejor jugador del fútbol peruano. Y el “Conejo” lo confirmó frente a los campeones mundiales en cancha de River”. 

La prensa argentina también quedó deslumbrada anotando que Benítez “es saltarín, su fuerte radica en el juego alto, pero no le falta entereza para las acciones rasantes dentro del área”. Después de anular las incursiones de Didí y Pelé, el arribo del peruano al fútbol platense era solo cuestión de tiempo.

Conejo Benítez

En La Boca


Su pase a Boca Juniors fue un acontecimiento, causó revuelo en los corrillos deportivos. El diario La Crónica envío al periodista Santiago Ferrando a Buenos Aires para que cubra todos los detalles de la firma del contrato entre el club xeneize y el jugador el 3 marzo de 1960. 

Allí el presidente de Boca Juniors, Alberto J. Armando, le dijo al cronista limeño que conocía a Benítez porque a él le enviaban todos los días la 3ra de La Crónica “y para que vea que no es mentira aquí están” y en plena conferencia sacó ediciones pasadas del diario. ¿Por qué cree que contrate al “Conejo” como ustedes le dicen a Benítez?, preguntó. Y terminó rematando: a Boca le hacen falta jugadores de la calidad del peruano. 


El presidente de Boca Juniors tenía tanta confianza en Benítez, entonces de 24 años, que no dudó en pagar un millón 250 mil pesos por su pase al tiempo de advertir que el peruano pasaba a ser uno de los futbolistas mejores pagados de la Argentina con una magnífica escala de premios.

“He sido el primer sorprendido con que Boca se interese por mi pase. Sé que aquí existen zagueros extraordinarios. Haré todo lo posible para alcanzar su línea de eficacia”, declaró Benítez. Y vaya que así fue.

El debut del peruano se dio 3 días después ante Independiente en cancha de Huracán con sesenta mil espectadores en las tribunas. Compartió equipo con Roma, Heredia, Isella y el gran Antonio Ubaldo Rattín, entre otros. Ese día Boca ganó 2-0 y el “Conejo” se metió al bolsillo a dirigentes, a compañeros de equipo y se ganó el aplauso de la hinchada.  “¡Qué rapidez!”, “es valiente el pibe” y “el peruano será sensación”, comentaron los entendidos.

En Argentina “tenía que luchar para no ser suplente. Mire que nunca me achiqué. Desde el primer día me sentí normal, sin temor. En Boca cada partido era una historia diferente. Los clásicos frente a River Plate eran toda una fiesta. El estadio parece un bombo, resuena, tiembla. Y la cancha es una “guerra”. Perder significaba la vergüenza. Ahí el hincha exige. En cambio, en el Perú todo es y sigue siendo muy diferente. Estadios con tribunas vacías y jugadores que no viven la profesión”, le dijo Benítez al periodista Luis Trujillano en una entrevista en 1977.

Lo cierto es que el “Conejo” no defraudó. Jugador versátil, de ida y vuelta, como defensa o volante, de 2 o de 6, fue figura en el xeneize. Salió en portadas de El Gráfico y con el popular club del barrio de La Boca se coronaría campeón en 1962. Ese año, directivos italianos fueron a ver a Rattín y terminaron llevándose al peruano que enrumbaría en noviembre a Europa para enrolarse en el poderoso AC Milan.

Conejo Benítez

En el país de “la bota”


Con el cuadro rossonero alternaría junto a Cesare Maldini, Gianni Rivera, José Altafini “Mazzola”, Dino Sani y Giovanni Trapattoni. En Italia, donde los niños tienen escuela y sueñan con ser defensas, Víctor Benítez se atrevió durante casi una década a resolver como un titán y salir airoso frente a fenómenos del gol como Gigi Riva y Enrique Omar Sivori.

La página digital Magliarossonera recoge una cita de la publicación “La gran historia de Milán” que destaca el paso de Benítez en el club lombardo como un "mediocampista de gran vitalidad, fuerte, ecléctico, incansable y trabajador. Protege al mediocampista de buenos pies, Rivera y Sani, y se beneficia de los oponentes más peligrosos". Tal vez por eso los rossoneros lo llamaron “Il peruviano di fuoco” es decir, el peruano de fuego.

En 1963 Benítez obtuvo el logro más importante de su carrera al ganar la Copa de Campeones de Europa, antecesora de la Liga de Campeones (UEFA Champions League). El 22 de mayo en el estadio de Wembley el peruano cumplió con la tarea de anticipar a Eusebio, “La pantera de Mozambique”. Fue figura del AC Milan que derrotó 2-1 al favorito Benfica y puso fin a la hegemonía ibérica en el fútbol europeo.

Víctor Benítez, el niño que le dio a la pelota con alma y corazón, aquel jovencito que luchó siempre por no ser suplente; 50 años después puede pasear por Milan convertido en leyenda y al rato pasar inadvertido en Lima. Ya en sus cuartales de invierno, recordaría alguna vez que “el dinero no es todo” y que “el mayor premio es la gloria”, aquella que alcanzó una tarde en la mítica “La Catedral del Fútbol”. 

Datos


- Víctor Benítez nació en Lima el 30 de octubre de 1936
- Se despidió de Alianza Lima jugando contra el Santos el 24 de febrero de 1960. Con Pelé en la cancha, los íntimos cayeron 2-1
- Benítez jugo también por el Inter de Milan, Messina, Venezia y la Roma
- Ganó la Copa de Italia con el AS Roma en 1969
- Se retiró en el Sporting Cristal en 1971

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(FIN) RB/RES

Publicado: 31/5/2019